¿Por qué quemaron a "Carlito el loco"?
SANTO DOMINGO.- Carlos Calderón es un sanjuanero que dice tener 33 años. En La Zurza, Distrito Nacional, lo conocen como "Carlito el loco" porque presenta deficiencias cognitivas, aunque quizás le cambien el apodo porque el viernes pasado lo rociaron con gasolina y le prendieron fuego. Sobrevivió a duras penas, pero su rostro y cuerpo quedaron irreconocibles.
Su versión da cuenta de que el viernes 28 del mes pasado se encontraba acostado en una esquina entre las avenidas Máximo Gómez con Nicolás de Ovando, cuando unos hombres, que dice no reconocer, le echaron gasolina y lo prendieron sin mediar razones.
Al verlo en llamas, las personas de la zona lo llevaron al hospital Luis Eduardo Aybar donde duró dos días interno y posteriormente "le dieron de alta", según él. Su rostro quedó irreconocible y presenta quemaduras en todo su cuerpo.
Hasta ahora nadie vio quiénes cometieron el crimen ni por qué. Aunque fue en horas de la mañana, los testigos brillan por su ausencia. Ni siquiera el herido puede argumentar razones por las cuales lo quemaron vivo.
Hoy contamos su historia, publciamos su fotografía, con la esperanza de que las autoridades salgan en su auxilio.
Carmelita Diloné es una de las vecinas de Carlos en La Zurza y dice que él sobrevive porque los moradores le dan comida y agua. Cuenta que el herido tiene un tío que vive cerca del lugar, pero que ignora la condición de su pariente.
No posee cremas ni utiliza ningún tipo de antibióticos para evitar contagiarse las heridas. De hecho, las mantiene al descubierto en medio de la mugre en la que sobrevive.
"Yo me voy para San Juan desde que me sane; es más, mañana mismo me voy", vociferó Carlos desde su guarida de un metro de ancho por cuatro de largos. Sobre la yola hay una jaula de gallinas y dos más a lo interno, por lo que las moscas y mosquitos son constantes.
Como no tiene recursos ni recibe la ayuda necesaria, Carlos duerme sobre un pedazo de cartón y se arropa con una sábana sucia y maloliente. Su única ropa es un pantalón corto rojo porque los viejos zapatos no aguantan más pisadas.
Cuenta que no tiene hijos y que es huérfano. Si le dan deseos de orinar o evacuar se va a la cañada. La mayor parte del día se la pasa en su refugio, no sé si para ocultarse de las burlas o para que no lo terminen de matar.
Por un lado quizás "Carlito el loco" tenga razón en no salir de la yola porque en los alrededores la vida no augura mejor suerte. La miseria y la marginalidad no han quemado el rostro de los demás, pero la impotencia de no tener alimentos ni techo seguro calcina cualquier esperanza de equidad y progreso.