Procuran sacar a las magnolias de las especies amenazadas
De cinco reportadas, una se encuentra en toda la isla
Dos están en Haití pero no se ha comprobado si quedan en ese territorio
En la República Dominicana hay tres especies de magnolias y las tres están amenazadas. Las autoridades del Jardín Botánico Nacional (JBN), de la Fundación Progressio y del Botanic Gardens Conservation International procuran apoyo del Ministerio de Medio Ambiente para ejecutar un plan de conservación.
“Las magnolias son plantas muy primitivas y no es justo que, ya por acciones humanas, en menos de dos siglos se hayan diezmado al nivel que están”, dijo ayer Ramón Elías Castillo, de la Fundación Progressio.
En la isla La Española se han reportado cinco especies del género Magnolia. En el lado dominicano está la Magnolia pallescens, conocida como Ébano Verde, que se encuentra en la vertiente noreste de la Cordillera Central. El JBN reporta que esta especie es la más explotada desde 1940, por la belleza y por la calidad de su madera, y está amanenazada por el uso de los terrenos donde crece para la producción de agricultura de subsistencia y crianza de ganado.
La otra es la Magnolia hamorii, llamada comúnmente Tabacón, localizada en la zona oriental de la Sierra de Bahoruco.
En territorio haitiano están la Magnolia ekmanii y la Magnolia emarginata, pero los investigadores no han podido precisar si aún quedan ejemplares.
Mientras que la Magnolia domingensis es compartida en ambos territorios y es una especie endémica de la isla. Está incluida en la Lista Roja de la Flora Vascular de la República Dominicana (2016) y en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza para la categoría de Peligro Crítico. Del lado dominicano se localiza en Loma Rodríguez y Loma Barbacoa.
Entre 2017-2018 el JBN, la Fundación Progressio y el Botanic Gardens Conservation International ejecutaron un proyecto para desarrollar un plan de acción de conservación integrado para las magnolias amenazadas en el país.
Hicieron un levantamiento de campo en distintas regiones y determinaron que se hace necesario consolidar colecciones de conservación en el lugar y fuera de su hábitat natural, divulgación pública y educación, fortalecimiento de la colaboración internacional y motivación e interés de las agencias gubernamentales relevantes.
Castillo adelantó que se producirán semillas en viveros para tratar de reforzar las poblaciones. Además, se buscarán sitios donde se puedan habilitar parcelas en zonas donde no han existido, y que estos proyectos cuenten con apoyo del Ministerio de Medio Ambiente.
“Primero que le preste un poco más de atención a la población que queda -dijo-, que no se siga devastando, que no se tale, que no se tumbe, y segundo, conjuntamente entre el Jardín Botánico Nacional, la Fundación Progressio y el Ministerio, establecer viveros en diferentes sitios para tratar de reproducirla y llevarla a su hábitat natural”.