La desaparición de Caamaño, un evento que sacudió al mundo
La desaparición del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, en Europa, el 23 de octubre de 1967, cuando ocupaba el puesto de agregado militar en Londres, Inglaterra, armó un revuelo en el gobierno del presidente Joaquín Balaguer, tal como consta en documentos desclasificados.
Caamaño logró notoriedad internacional luego de convertirse en 1965 en el líder de la Revolución de Abril en el país, gesta que procuraba el retorno al poder del presidente Juan Bosch, derrocado por un golpe de Estado el 25 de septiembre de 1963. Comandó la resistencia a la invasión militar de los Estados Unidos, como desencadenante, el 28 de abril de 1965, y fue presidente de la República desde el 3 de mayo hasta el 3 septiembre de ese año, cuando firmó el Acta de Reconciliación Institucional Dominicana.
Los informes confidenciales diplomáticos y de inteligencia, cruzados con el presidente Balaguer, constan en un conjunto de documentos desclasificados en 2015 por el Fondo Presidencia, disponibles en cajas en el Archivo General de la Nación (AGN).
Las acciones desatadas a raíz de la desaparición de Caamaño, de 35 años de edad, se combinaban con un poderoso despliegue de los organismos de inteligencia, encabezado por el secretario de las Fuerzas Armadas, mayor general Enrique Pérez y Pérez.
Este jefe militar mantenía al tanto al presidente Balaguer de las operaciones nacionales para arrestar a los disidentes del gobierno, especialmente contra miembros y dirigentes de partidos de izquierda, a quienes apresaban y les instrumentaban expedientes hasta por la confiscación de libros con ideas comunistas o el repartos de volantes.
El seguimiento abarcaba la búsqueda de informaciones sobre los dominicanos que estaban en París, y se perseguía a quienes llegaban a esa ciudad tras entrenar en Cuba. Igualmente, se le daba seguimiento a otros dirigentes comunistas como Narciso Isa Conde, de quien reportaban tenía más de seis meses fuera del país.
El Ejército Nacional, ante los informes de inteligencia de que Caamaño ingresaría por Puerto Plata, al norte, o por pueblos del sur, preparó desde 1968 planes de defensa que incluían, además del resguardo de las instalaciones militares, la toma militar de oficinas públicas, responsabilidades de los alistados y oficiales, y el control de las entradas y salidas de ciudades.
Caamaño había visitado al coronel Lachapelle Díaz, agregado militar en la Embajada Dominicana en La Haya, Holanda, y no regresó. Su ruta, desde Londres, era Madrid, para encontrarse con su esposa e hijos.
El oficial nació el 11 de junio de 1932. Era hijo del general Fausto Caamaño (un jefe militar de la dictadura de Rafael Trujillo), y de la señora Eneroliza Deñó de Caamaño. Había estudiado en el Colegio La Salle y figuraba entre sus compañeros de estudios el empresario José Luis Corripio.
La muerte del líder militar fue anunciada y su cuerpo fue mostrado a un reducido grupo de periodistas el 16 de febrero de 1973, trece días después de su desembarco desde Cuba con 8 hombres en la Playa Caracoles, al sur del país. Tenía el propósito de iniciar un frente guerrillero contra el gobierno de Balaguer. Su desembarco se produjo prácticamente cinco años después de que circularan especulaciones sobre su llegada.
Se muestran comunicaciones, vía cartas y telegramas, entre el presidente Balaguer y los embajadores dominicanos en Inglaterra, Porfirio Herrera Báez; en Holanda, Cirilo José Castellanos y en España, Porfirio Dominici. Reflejan las comunicaciones el interés de cada diplomático por demostrar lealtad al mandatario.
El embajador Castellanos le comunicó a Balaguer que tenía dudas de la veracidad de los informes de Lachapelle Díaz y Manuel Ramón Montes Arache sobre la desaparición de Caamaño. Mientras que Herrera Báez le expresó al mandatario, en una carta, que se trataba de sensacionalismo del filósofo del ‘pentagonismo´y profeta de la ´dictadura popular´, en alusión a Bosch.
Entre los hallazgos figura un intercambio de cartas entre Balaguer y Caamaño, en marzo de 1968, a raíz de la revocatoria para viajar fuera de su jurisdicción que dispuso el presidente.
Embajador en Holanda: desaparición
El presidente Balaguer fue informado desde Holanda por el embajador Castellanos de la desaparición de Caamaño, en carta 432A, enviada el 14 de noviembre de 1967. Esa misiva fue respondida como recibida por el secretario Administrativo de la Presidencia el 1 de diciembre siguiente. “...de cuyo contenido quedó debidamente enterado el excelentísimo señor presidente de la República”, le comunicó José A. Quezada.
En adición a mi cablegrama cifrado 429, de fecha de ayer (Presidente Balaguer, Santo Domingo, RD.
AGREGADOS MILITARES ESTA EMBAJADA INFORMAN CORONEL CAAMANO DESAPARECIO EN LA HAYA HACE VEINTE DIAS punto HAN RESULTADO NEGATIVAS DISCRETAS INVESTIGACIONES HOLANDA, INGLATERRA, FRANCIA Y ESPANA/ Embajador Castellanos/ Noviembre 13, 1967), cúmpleme informarle, muy cortésmente, lo siguiente:
“A las 7 de la mañana del pasado domingo 12 d/c, vinieron a verme el agregado naval y el agregado militar de esta embajada, capitán de fragata Manuel Ramón Montes Arache y capitán Héctor Lachapelle Díaz (en otros textos le ponen rango de coronel), respectivamente, para informarme que el día 21 del pasado octubre había llegado a esta ciudad, procedente de Londres, el agregado militar de nuestra embajada en Inglaterra, coronel Francisco Caamaño Deñó, proponiendo seguir viaje a España el día 25 del mismo mes”.
“Pero que a eso de las 11 de la noche del día 24, el coronel Caamaño salió solo de la casa del capitán Lachapelle, donde se encontraba hospedado, con el propósito de dar un corto paseo a pie y no regresó más. En vista de ello, el capitán Lachapelle llamó por teléfono al coronel Montes Arache y juntos recorrieron esa noche toda La Haya, sin haber podido encontrar al coronel Caamaño. Pensaron que éste, como ya lo había hecho en ocasiones anteriores, podía haber decidido viajar a otro lugar sin previo aviso y por tanto no se alarmaron mayormente”.
“Al ver que pasaban los días y el coronel Caamaño no daba señales de vida, llamaron por teléfono a París, Londres, Madrid y Valencia obteniendo siempre respuestas negativas. En consecuencia, Montes Arache y Lachapelle viajaron a esas ciudades y también a Benidorm (a casa del profesor Juan Bosch) y en ninguno de esos sitios tenían noticias del coronel Caamaño”.
“Frente a tal desaparición ellos convocaron a una reunión aquí en La Haya, en la cual tomaron parte, además de Montes Arache y Lachapelle, nuestro embajador en la Unesco, Héctor Aristy; el agregado militar de nuestra embajada en Italia, coronel Emilo Ludovino Fernández; el agregado asistente militar de nuestra embajada en Inglaterra, capitán Pedro Julio Guerra Ubrí, y nuestro cónsul general en el Havre, Sucre Félix”.
“Dichas reuniones tuvieron efecto los días 12,13 y 14 del mes en curso (noviembre 1967)”.
“Después de haber escuchado el relato que me hicieron los expresados militares, consideré oportuno enterar de todo esto a nuestro embajador en Londres, ya que el coronel Caamaño está acreditado allí. El embajador Herrera Báez, discretamente, se comunicó con nuestro embajador en España, quien le informó haber tenido conocimiento de que el día anterior el coronel Caamaño había participado en una reunión en Madrid. Esta comunicación me la transmitió enseguida el embajador Herrera”.
“Deseando tener mayores detalles de la supuesta presencia en la capital española del coronel Caamaño, llamé al embajador Dominici, quien me dijo que por ser domingo no estaba en condiciones de confirmarme lo que él le había informado al embajador Herrera Báez. En ese momento se cortó la comunicación telefónica, razón por la cual envíe un telegrama al embajador Dominici, rogándole que con carácter de urgencia me confirmase su información. Todavía no me ha contestado”.
“En atención a lo antes expuesto, estimé mi deber informar a usted todo lo que me habían referido los mencionados militares, lo que hice por medio de mi cablegrama cifrado arriba indicado y del cual todavía no he recibido respuesta”.
Dudas sobre relatos de militares
“Considero oportuno dejar bien claro, que todo cuanto le he expuesto no es más que una repetición de lo que me dijeron dichos constitucionalistas y que personalmente tengo serias dudas acerca de su veracidad”, manifestó el embajador Castellanos a Balaguer.
“Varios hechos me han llamado mucho la atención, y dejo a su inteligencia y experiencia, sacar de ellos las conclusiones de lugar:
1.- Recién a los 19 días de ocurrida la supuesta desaparición del coronel Caamaño, fue cuando Montes Arache y Lachapelle me la participaron.
2.- Según afirma Lachapelle, cuando el coronel Caamaño llegó a La Haya, trajo consigo una valija grande y otra pequeña de mano. Después de su desaparición, solo se encontró la valija grande y un ticket de avión para regresar a Londres. Entonces, ¿por qué llevó con él la pequeña valija de mano la noche de su desaparición, si solo salió de la casa de Lachapelle para hacer una pequeña caminata?
3.- A pesar de que todos los constitucionalistas que estuvieron en esta ciudad decían estar consternados por la desaparición de su líder, sus rostros no revelaban ese sentimiento.
4.- La desaparición del coronel Caamaño ha coincidido con la llegada a Europa del diputado Jottin Cury.
Evitar escándalos constitucionalistas
El embajador dominicano en Holanda también escribió al presidente Balaguer la carta 434A el 16 de noviembre de 1967. Desde la Presidencia dio acuse de recibo Quezada el 1 de diciembre.
“En mi comunicación 432A de fecha 14 de noviembre en curso, informé a usted que hasta ese momento no había recibido contestación al cablegrama que yo dirigiera a nuestro embajador en España, solicitándole me confirmase su información acerca de la presencia en Madrid del coronel Francisco A. Caamaño Deñó. Anoche recibí un cablegrama con la contestación esperada, y cuyo texto copio a continuación:
´1292 Su 428 contestado con retardo tratando de verificar información oficiosa transmitida por teléfono –punto- Continuo investigando (Fdo.) Embajador Dominici´.
“Considero interesante hacer de su elevado conocimiento que los militares que prestan servicios en esta embajada están amenazando, aunque de una manera velada, con informar a la prensa internacional de la presunta desaparición del coronel Caamaño, en caso de que dentro de un plazo ´prudencial´ nuestro gobierno no tome ninguna decisión positivo a este respecto”.
“Con el mayor respeto, y siempre dentro de un marco de absoluta discreción, estoy tratando de evitar que dichos militares armen un escándalo con este asunto, haciéndoles ver la responsabilidad que sobre ellos caería si llegasen a dar un paso en falso”.
“Puede usted estar seguro de que me mantengo bien despierto en salvaguarda de los intereses de su Gobierno, y que no permitiré que esta misión diplomática a mi cargo sea tomada como instrumento para la ejecución de propósitos inconfesables. Atento servidor y leal amigo”.
Boche de Balaguer: Necedades
Mediante el cablegrama 8792 el presidente Balaguer le había enviado al embajador Castellanos el siguiente mensaje: “SU 429 –punto- RECOMIENDASELE TENER MAS CUIDADO PARA NO EXPONER ESA EMBAJADA A SERVIR COMO INSTRUMENTO DE NECESADES COMO LAS QUE MENCIONA EN SU CABLE DE AYER
El 23 de noviembre el secretario administrativo de la Presidencia contestó al embajador Castellanos, sobre su carta 433A, del 15 de noviembre de 1967, y le reiteró tener la precaución recomendada en el cable 8792 que le fuere remitido el 14 de noviembre de los corrientes.
Profundamente mortificado
En la carta del 15 de noviembre, que Castellanos envió a Balaguer, decía estar profundamente mortificado:
“Acabo de recibir su cablegrama 8792 contestando mi cifrado 429 y debo confesarle que su lectura me ha mortificado profundamente.
“Tal como le decía en mi comunicación 432A, de fecha de ayer, tenía serias dudas acerca de la veracidad del relato que me hicieron los agregados militar y naval de esta embajada sobre la supuesta desaparición del coronel Caamaño, y si mi animé a referirle lo que me habían relatado dichos militares, fue porque entendía que usted debía estar enterado de los planes que según parece ellos están poniendo en práctica”.
“Además, al actuar de ese modo creía dar cumplimiento a las instrucciones que directamente usted me impartiera por medio de su comunicación de fecha 13 de febrero de 1967, relativas a ´mantener a este Despacho informado sobre las actividades que desarrolla en este país el capitán Héctor Lachapelle Díaz, EN, agregado militar adscrito a esa misión diplomática y, muy especialmente sobre cualquier movimiento o viaje fuera de su sede que realice con o sin el consentimiento de usted”.
Con invariable afecto, lo saluda su siempre servidor y leal amigo...”
Si me atribuyen informaciones son falsas
Castellanos, embajador en Holanda, informó al presidente Balaguer el 29 de noviembre de 1967, comunicación 448A, sobre solicitud de información, de día y de noche, de periodistas holandeses y agencias internacionales sobre Caamaño.
Adjunto a la comunicación envió un recorte del diario católico ´De Volkskrant´, 200,000 ejemplares diarios, (Hoge militar uit Santo Domingo in Den Haag verdwenen?: Alto militar de Santo Domingo desaparecido en La Haya?), con la transcripción sobre la ´presunta desaparición´ del coronel Caamaño.
“...Deseo asegurarle que si llegasen a aparecer en algún diario declaraciones atribuidas a mí, las mismas serian totalmente falsas”, le garantizó al gobernante.
El secretario administrativo de la Presidencia, Quezada, da cuenta del recibo de carta de Castellanos correspondiente al 29 de noviembre de 1967, “de cuyo contenido ha quedado debidamente enterado el excelentísimo Señor Presidente de la República”.
No respondieron a Molina Morillo
Quezada también da como recibida la carta del 24 de noviembre de 1967, dirigida al presidente Balaguer por Castellanos, a través del oficio 44721 del 1 de diciembre de 1967.
Esa carta, confidencial, es relativa a un telegrama recibido a las 11:00 de la noche de la referida fecha: “Rogámosle informarnos por esta misma vía cargo este periódico si ya esa embajada envío a Cancillería dominicana el informe que recibió acerca de la desaparición coronel Francisco Caamaño. Gracias. (FDO) ´El Nacional de Ahora”. Castellanos dijo que consideró prudente archivar dicho mensaje y no darle ninguna respuesta.
“Hace un momento me llamó por teléfono desde Madrid, el doctor Rafael Molina Morillo, del diario El Nacional y la revista Ahora, interesado en obtener detalles en relación
con la presunta desaparición del coronel Caamaño”.
“Yo me limite a contestarle que oportunamente referí a nuestro gobierno lo que habían informado los militares que prestan servicios en esta Embajada...”
“Como conozco la forma sensacionalista y hostil a nuestro Gobierno de las publicaciones arriba indicadas, le recomendé tuviese mucho cuidado en no tergiversar mi escueta declaración. Me hubiese gustado no hablar con dicho periodista, pero como soy yo quien atiende a las llamadas telefónicas por no contar en esta misión con ningún otro funcionario, no me quedó otro camino que levantar el teléfono cuando él llamó”.
Llamada de Peña Gómez
Quezada, secretario Administrativo de la Presidencia, dio acuse de recibo de comunicación del embajador Castellanos, en Holanda, del 23 de noviembre de 1967, y sobre su debido conocimiento por parte del presidente Balaguer.
“Cúmpleme llevar a su elevado conocimiento, muy cortésmente, que el agregado militar de esta embajada, capital EN, Héctor Lachapelle Díaz, me acaba de informar que desde Santo Domingo lo llamó por teléfono el doctor José Francisco Peña Gómez, secretario general del PRD, para decirle que en la prensa dominicana se había publicado una noticia según la cual había desaparecido en Europa el coronel Caamaño y que deseaba saber si esto era cierto”.
“El capitán Lachapelle me dijo que le contestó diciéndole que dicha información era correcta, pero que la esposa del coronel Caamaño se encuentra actualmente en su residencia en Madrid, y que no ha desaparecido como parecer ser que se comenta en nuestro país”.
“Igualmente me informó dicho militar que desde Londres el capitán Guerra Ubrí, lo había informado de que esta mañana lo llamaron por teléfono la madre del coronel Caamaño, el doctor Peña Gómez, periodistas del diario El Nacional, interesados todos en saber la suerte corrida por el indicado coronel”.
“El capitán Lachapelle me suministró un dato que quizás pueda ser de alguna importancia. Me dijo que hoy en la mañana le contaron en el banco en el cual tiene su cuenta aquí en La Haya, que el coronel Caamaño, días antes de su presunta desaparición, había cambiado en billetes 900 dólares que tenía en travellers cheque”.
“Seguiré teniendo a usted al corriente del desarrollo de este asunto, al cual he puesto la debida atención”.
Desde Inglaterra: sensacionalismo de Bosch
El embajador dominicano en Inglaterra, Porfirio Herrera Báez, comunicó al presidente Balaguer, en carta del 12 de noviembre de 1967, que lo había llamado la mañana de ese día por teléfono internacional desde La Haya el embajador Castellanos informándole que elementos civiles y militares “constitucionalistas” acreditados en las embajadas en Europa habían acudido a la embajada para informarle que desde hacía 19 días se ignoraba el paradero del coronel Caamaño.
“Quiso el embajador Castellanos comunicarse con usted (Balaguer) por teléfono, pero yo lo disuadí. Convine en que sería preferible hacerlo por la vía cablegráfica bajo cifra, pero después de comunicarme con el embajador Dominici, con la debida discreción, en Madrid, para controlar estas especies, y decirme que estaba enterado de que Caamaño habría estado ayer en Madrid (11 noviembre de 1967), según informaciones, enteré sobre el particular al embajador Castellanos y consideré con él que bastaría enterarlo a usted por carta”, escribió Herrera Báez.
“A mí me ha parecido, a poco de reflexionar sobre estas versiones, que en esto hay más de sainete, que de drama, algo de la imaginación del filósofo del ´pentagonismo´ y profeta de la ´dictadura popular’ (alusión a Bosch), quien trataría de montar una pantomima para fines de sensacionalismo político allá”, agregó.
Sobre el particular el presidente Balaguer le contestó el 22 de noviembre de 1967, y le recomendó que lo mantuviera debidamente informado de toda incidencia futura que considerara fuera de su interés.
Embajador en España: ¿Ramfis y Bosch?
El embajador dominicano en España, Porfirio Dominici, envió carta al presidente Balaguer el 16 de noviembre de 1967, indicando “...aún está sin aclarar el ‘misterio’ del paradero del coronel Caamaño. Ya sabemos que la señora está tranquila en Holanda y que su marido salió hace más de 15 días de Londres”.
“Acabo de informarme de manera inequívoca que Ramfis se encuentra en Alicante, una playa muy cercana a Benidorm, actual residencia del profesor (Juan Bosch). ¿Es que se encontrarán allí los tres grandes?”
Revocatoria de viajes a Caamaño
Antes del escándalo por la desaparición, el embajador dominicano en Inglaterra, Herrera Báez, informó al presidente Balaguer acuse de recibo de su comunicación 14133, del 27 de marzo de 1968, en la cual disponía revocar la autorización concedida el 21 de enero de 1966 por el presidente provisional Héctor García Godoy, en favor del coronel Caamaño, agregado militar, para que pudiera viajar fuera de su jurisdicción sin la necesidad de obtener un permiso especial, cuantas veces lo deseare.
Esa decisión fue publicada como aviso en el periódico Daily Mail (3 de abril de 1968), y el diplomático justificó su importancia, argumentando que era uno de los medios de mayor circulación en Londres, pues tenía un tiraje de 2, 174,212 ejemplares diarios, y sería dimensionado por las agencias noticiosas internacionales. A través del secretario Administrativo de la Presidencia, José A. Quezada (14245), se le comunicó al embajador que la comisión que estudió el caso recomendó la publicación del aviso en periódicos de mayor circulación en Londres, Ámsterdam y Madrid.
Además de la publicación como aviso en el Daily Mail, fue reportado un artículo de John Dickie (Travel ban on lost envoy), corresponsal diplomático de ese diario, el 3 de abril de 1968, quien atribuyó decir a Caamaño que no tenía ningún gusto por la vida diplomática y deseaba volver al ejército.
Los resultados de esa comisión, favorables a la revocación del permiso a Caamaño, fueron comunicados por el secretario de las Fuerzas Armadas, mayor general Pérez y Pérez, al presidente Balaguer mediante comunicación 6094, del 20 de marzo de 1968, un día después de recibirlos.
Integraron esa comisión el comodoro Miguel Cintrón Romero, subsecretario de las Fuerzas Armadas; coronel Diógenes Noboa Leyba, EN; coronel piloto Mario Alfredo Imbert McGregor, FAD; coronel Rolando Haché Rodríguez, FAD; teniente coronel José Alejandro Rodríguez Alba, EN y capitán de fragata Guillermo Striddel, M de G.
En la misma carta de Balaguer se instruía al embajador que comunicara la decisión a Caamaño. El consultor jurídico del Poder Ejecutivo en la ocasión era el doctor J. Ricardo Ricourt.
Cartas entre Balaguer y Caamaño
El 31 de marzo de 1967 el archivo de la
Secretaría Administrativa de la Presidencia registra una carta de 46 palabras del presidente Balaguer a Caamaño, en su función de agregado militar en Londres, a quien saluda como ´estimado señor y amigo´.
“Me es muy grato avisarle recibo de su carta del próximo pasado mes en curso, y expresarle en contestación de ella que he tomado muy buena nota de su contenido para los fines útiles.
Le reitera su aprecio y le saluda con la más distinguida consideración, Joaquín Balaguer”.
Esta misiva contestaba la escueta carta que le envió Caamaño el 8 de marzo de 1967 en papel timbrado de la Embajada Dominicana en Londres. “Honorable Señor Presidente: Respetuosamente cumplo con el deber de remitirle copia de la carta que el suscrito le dirigiera al señor embajador de la República (Dominicana) en Londres, licenciado Porfirio Herrera Báez. Le saluda con la más alta consideración, Francisco Alberto Caamaño, coronel, agregado militar”.
Se refería a una carta del 7 de marzo de 1967 en la que Caamaño respondía al embajador Herrera Báez otra misiva que por su vía había enviado el secretario de las Fuerzas Armadas, mayor general Enrique Pérez y Pérez, del 1 de febrero de ese año.
“Solicito de usted que haga llegar al general Enrique Pérez y Pérez mi opinión sobre los conceptos que él expone en la mencionada comunicación. Estoy autorizado por el señor presidente de la República, comandante en jefe de las FFAA, que me designó agregado militar, a viajar fuera de mi jurisdicción sin solicitar previamente permiso”. Le transcribió la carta que en ese tenor envió el entonces presidente provisional García Godoy al embajador dominicano en Gran Bretaña, en la ocasión, Alejandro Espaillat, el 21 de enero de 1966”.
Instrucciones de Cancillería
El ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Amiama Tió, solicitó mediante comunicación al subsecretario administrativo de la Presidencia, R. A. Font Bernard, el 13 de diciembre de 1967, “...el envío con la debida regularidad de todas las informaciones publicadas por la prensa que se refieran a nuestro país y al Gobierno”.
El 24 de noviembre de 1967 el subdirector general de Información y Prensa de la Presidencia, Eduardo Comarazamy, envió al presidente Balaguer un cable procedente de Londres, captado por teletipo de su oficina, a un mes de la ausencia de Caamaño.
El embajador en Ecuador
Desde Quito, Ecuador, el embajador dominicano, Manuel Antonio Jiménez Rodríguez, reportó el 1 de diciembre de 1967, mediante el oficio 664-967, transcripciones del diario El Comercio, que publicó un cable de AFP fechado en París, con el título ‘Caamaño Deñó estaría fomentando guerrillas en su país o en Cuba’. La publicación atribuía la especie a fuentes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en Francia. “Los amigos de Caamaño en París descartan, por el momento, el rapto o el asesinato. Algunos allegados que tuvieron la oportunidad de conversar en los últimos tiempos con él describen a Caamaño como un hombre ‘impulsivo’ y ‘profundamente ansioso de volver a la acción”, señala el despacho de prensa.
Igualmente, reporta un cable de United Press International (UPI) fechado en Madrid, en cuyo texto la esposa de Caamaño, que vivía con sus tres hijos en esa ciudad española, calificaba de absurdo que él viajara clandestinamente a Cuba.
El embajador Jiménez Rodríguez comunicó que algunos diplomáticos latinoamericanos acreditados en Quito lo habían telefoneado en interés de conocer su apreciación sobre el particular.
General Pérez y Pérez
A las notificaciones de prensa al respecto se sumó el secretario de las Fuerzas Armadas, Pérez y Pérez, quien mediante comunicación 27878 del 16 de diciembre de 1967 remitió al presidente de la República un despacho del periódico El Tiempo, editado en Nueva York, con el título ´Caamaño en Habana; intentan derrocar al gobierno Balaguer´. Firma el artículo Simón Rojas, y se refería a un supuesto complot, aprovechando las fiestas de fin de año.
DNI
El 1 de diciembre de 1967 el Departamento Nacional de Investigaciones (DNI) fue enterado de un alegado plan para secuestrar al embajador de Inglaterra en el país.
“Respetuosamente llevo a su conocimiento que con motivo de la ausencia del coronel Francisco A. Caamaño Deñó, de su sede en Londres, se nos ha informado que miembros del Movimiento Revolucionario 14 de Junio y del Partido Revolucionario Dominicano, tratan de secuestrar al embajador de Inglaterra en nuestro país. Hemos dado aviso de este asunto al jefe de la Policía Nacional”, comunicó el secretario administrativo de la Presidencia, José A. Quezada, vía el oficio 44734. La información la había recibido a través de un memorándum confidencial enviado por el coronel FAD, NeyTejeda Álvarez.