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Justicia

Pilotos condenados y que huyeron de República Dominicana dispuestos a declarar en Francia

Su abogado dice que “salieron de un país en el que la justicia no existe”

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Pilotos condenados y que huyeron de República Dominicana dispuestos a declarar en Francia
Imagen de archivo de los pilotos franceses Pascal Fauret y Bruno Odos (FUENTE EXTERNA)

PARÍS. Los dos pilotos franceses condenados a 20 años de cárcel en República Dominicana por tráfico de cocaína y que no respetaron la prohibición de salir del país para volver a Francia esperan declarar “rápidamente” ante la justicia francesa, dijo a la AFP este martes su abogado.

“Mis dos clientes se encuentran con su familia en la región” de Lyon (centro-este) de la que son originarios, explicó Jean Reinhart, el abogado francés de Pascal Fauret y Bruno Odos, precisando que había solicitado que “puedan ser escuchados rápidamente” por la jueza de instrucción encargada de la investigación en Marsella (sudeste).

Una fuente cercana al caso indicó este martes que los dos hombres —exmilitares según su abogado— llegaron a Francia pasando por la isla de San Martín y Martinica.

El abogado no quiso sin embargo dar detalles de esta huida.

Otros dos franceses fueron condenados a la misma pena de 20 años de prisión —que el gobierno francés calificó de “muy severas”— el 14 de agosto. Se trata del pasajero Nicolas Pisapia y del contratista del vuelo, Alain Castany, que siguen en el país caribeño. Otros cuatro dominicanos fueron también condenados a entre cinco y diez años de prisión.

Los cuatro franceses, que se declararon inocentes en el juicio, cumplieron 15 meses de detención provisional en un centro de alta seguridad. Fueron puestos en libertad mientras se examinaba su apelación pero tenían prohibido salir de República Dominicana. Los otros dos franceses siguen en el país caribeño.

Consultado por la AFP, el fiscal general dominicano, Francisco Domínguez Brito, dijo que este martes hará una declaración sobre el caso.

Los hechos se remontan a la noche del 19 de marzo de 2013, cuando los cuatro franceses se disponían a despegar del aeropuerto de Punta Cana rumbo a Francia a bordo de un avión Falcon 50 donde las autoridades encontraron 680 kilogramos de cocaína repartidos en 26 maletas.

El tribunal dominicano los consideró culpables del crimen de asociación y posesión de sustancias controladas en la categoría de traficantes.

Su defensa reclamó su absolución, alegando que no se podía demostrar que tuvieran conocimiento de que había droga a bordo del avión. Los acusados explicaron que “nunca fueron escuchados por los dominicanos”.

“Depositamos el recurso de apelación”, confirmó el lunes a la AFP en Santo Domingo la abogada de los aviadores, María Elena Gratereaux, y dijo no estar al corriente de la salida de sus clientes. “Me enteré por la prensa”, aseguró.

“Su abogado se puso en contacto con la jueza de instrucción”, confirmó la fiscalía de Marsella. “Se están gestando las decisiones, me pronunciaré cuando se tomen”, añadió el fiscal, Brice Robin.

Eurodiputado cenó con ellos en octubre

El presidente del comité de apoyo a los pilotos, Philippe Heneman, dijo que los había “visto en París”, sin detallar la fecha o las circunstancias del encuentro. Los dos hombres, que sufren “varios problemas de salud, de dientes, espalda y de audición en el caso de uno de ellos”, se “encontraron con sus esposas y sus hijos”, según Heneman

Por su parte, Aymeric Chauprade, un eurodiputado del partido de extrema derecha Frente Nacional que les apoya “desde el principio”, indicó a la AFP que cenó con ambos el 17 de octubre en un hotel de República Dominicana.

“Se habían armado de una cierta combatividad, y me di cuenta en ese momento de que estaban decididos a volver a Francia para poder defenderse”, contó.

“Estoy encantada de que los pilotos, que son inocentes, puedan declarar en Francia y no en una república, entre comillas, donde no existe la justicia”, comentó una allegada de Fauret.

Sospechas en Francia

La justicia francesa también intenta desenmarañar el caso. Los gendarmes empezaron a seguir la pista en enero de 2013 de los “comportamientos sospechosos” de los pasajeros de un Falcon 50 que había aterrizado un mes antes en Saint-Tropez.

En febrero de 2015, la jueza de instrucción marsellesa viajó a la isla para hablar con los dos pilotos, que se lo pedían desde hacía meses. Pero a solo unos días de su juicio y a la vista de que la magistrada estaba acompañada del fiscal local, los acusados prefirieron guardar silencio.

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