Extradición de francés salva imagen de República Dominicana
Los franceses que planificaron la fuga de los pilotos se burlaban ante los medios galos de que Armada dominicana solo contaba con dos navíos sin combustible
PARIS, Francia. Lo que en un principio constituyó un fuerte golpe a la imagen de la República Dominicana y sus instituciones, se ha transformado en un triunfo diplomático y judicial con la decisión de una corte egipcia – coincidencialmente el día de la Independencia Nacional—de extraditar a Santo Domingo a uno de los principales responsables de la fuga rocambolesca de dos pilotos franceses condenados por narcotráfico.
Detenido en El Cairo en febrero, el experto en seguridad aérea y criminólogo francés Christophe Naudin va camino a una prisión dominicana en una larga jornada aérea desde el nordeste africano a los Estados Unidos y posteriormente a la capital dominicana, custodiado por dos oficiales. Las autoridades egipcias atendieron un reclamo de la Procuraduría General de la República a través de la Policía Internacional (Interpol) para que los protagonistas del escape marítimo de los pilotos Pascal Fauret y Bruno Odos fuesen atrapados.
La extradición de Naudin es producto de la actividad diplomática intensa de la embajada dominicana en el Cairo en coordinación con la Procuraduría. También de la representación en París que, al igual que Egipto, tiene cabeza femenina, las embajadoras Rosa Hernández y Gabriela Bonetti, respectivamente. Desde la detención misma de los dos pilotos en marzo del 2013, con un cargamento de cocaína en un avión privado en Punta Cana que se dirigía al sur de Francia, Hernández debió emplearse a fondo para convencer de que se observaba el debido procedimiento en el caso y contrarrestar la enorme ofensiva mediática dado que los pilotos eran antiguos militares con una impresionante hoja de servicio.
Tan pronto las autoridades egipcias notificaron a la embajada dominicana, se contrató un bufete de abogados para llevar a la corte los argumentos preparados por la Procuraduría. Paralelamente, la embajadora Bonetti desarrolló una campaña de información a todos los niveles del gobierno egipcio con el propósito de hacerle ver que se trataba de un caso criminal y que Naudin es cómplice de la huida de dos convictos contra los que pesaba impedimento de salida pese a encontrarse en libertad provisional. Simultáneamente, coordinaba los pasos legales a seguir en el difícil tinglado de la judicatura en un país musulmán.
A ella correspondería también manejar la logística de la extradición a Santo Domingo y que también envolvió la embajada en París, de donde procede uno de los oficiales que custodia al reo francés.
Naudin, quien junto al diputado europeo Aymeric Chauprade y el asistente parlamentario en Estrasburgo de Jean-Marie Le Pen (expresidente del partido de extrema derecha Frente Nacional), Pierre Malinowski, se llevó la sorpresa de su vida cuando las fuerzas de seguridad egipcia tocaron a la puerta de la habitación que ocupaba en un hotel cerca del aeropuerto cairota, el 4 de febrero. Muy poco después estaba ante el juez que decretó su encarcelación hasta la audiencia en la que se conocería la petición dominicana, quince días después, y que fue atendida favorablemente con el fallo del 27 de febrero.
Se temía que la intervención de la embajada francesa en El Cairo entorpeciera las gestiones dominicanas. No fue así, sin embargo, ya que el cónsul galo se limitó a brindar la asistencia legal correspondiente a Naudin. O por lo menos pareció así ya que Francia sabe perfectamente que los pilotos son culpables y su salida clandestina violó las leyes dominicanas.
Se burlaban públicamente de República Dominicana
Habitual participante en tertulias de radio y televisión, Naudin, al igual que Chauprade, se burlaban públicamente de la República Dominicana. En una entrevista en noviembre en Valeurs Actuelles, un semanario parisino de actualidad, Malinowski, también ex-militar, hablaba de la labor de inteligencia que habían hecho previamente y de que la Armada dominicana solo contaba con dos navíos sin combustible. Confirmaba, además, que “nunca salimos de las aguas territoriales, contrariamente a lo que se ha escrito”.
Tanto hablar perdió a Naudin en su tropiezo con la justicia egipcia. En los medios franceses, específicamente en Le Figaro del 19 de octubre del año pasado, reivindicaba la operación, bautizada “Diner en ville” (cena citadina) y se preciaba de haber sido responsable de “la parte operacional”.
En la revista francesa citada, aparece Naudin en una foto en pantalones cortos y un chaleco salvavidas amarillo en el velero que recogió a los pilotos narcotraficantes en la segunda fase de la operación de fuga. De acuerdo a Malinowski “Chauprade era el jefe del equipo 1, encargado de la misión más peligrosa: sacar a los pilotos por el mar y llevarlos a donde se encontraba el equipo 2, de Christophe Naudin, quien debía conducirlos a Francia”.
En el velero que comandaba Naudin, los dos fugitivos fueron llevados a la isla franco-holandesa de San Martín, donde tomaron un vuelo de Air Caraïbes hacia Martinica. De allí viajaron a París en la aerolínea Corsair. En Francia se ha preguntado en los medios si los narcotraficantes ingresaron a con documentación falsa. Se ha dicho, específicamente en la televisora Europe I, que Naudin “es también conocido en los dominios de los papeles falsos y de la usurpación de identidad”.
Fauret y Odos fueron detenidos en Marsella poco después de arribar a su país. No obstante los recursos de sus abogados, el peligro de fuga, paradójicamente, los matiene encarcelados a disposición de los jueces de instrucción Christine Saunier-Ruellan, Guillaume Cotelles y Christophe Perruaux, quienes investigan el escándalo bautizado como Air Cocaïne. El avión Falcon 50 donde se llevarían los 680 kilos de cocaína a Francia ya había sido utilizado en otras operaciones de narcotráfico, amén de que el mismo fue alquilado en oportunidades por el expresidente Nicolas Sarkosi.