Mujeres en Estados Unidos demandan que se les permita el pecho descubierto en las playas
WASHINGTON. Hace ochenta años los hombres estadounidenses no podían estar con el pecho descubierto en la playa, y hoy son las mujeres las que reclaman ese derecho en numerosas ciudades donde enseñar un pezón, incluso si es para amamantar, es delito.
En Estados Unidos el bikini llegó más tarde que en países como Francia y, medio siglo después, sus mujeres batallan para poder tomar el sol sin la parte de arriba, algo común y aceptado socialmente en muchos lugares de Europa.
La última guerra sobre la exhibición del pecho femenino se libra ahora en un gélido Nuevo Hampshire, donde unos legisladores republicanos han presentado una propuesta de ley para convertir en delito que una mujer “exponga a propósito la aureola o el pezón de su pecho o pechos en un lugar público”.
La propuesta, en un estado cuyo conocido lema es “vive libre o muere”, encontró el rechazó frontal de la legisladora demócrata Amanda Bouldin, que criticó la ley por “sexista” en un mensaje público de Facebook.
Sus palabras fueron inmediatamente contestadas por el impulsor de la propuesta, el republicano Josh Moore, en unos términos que han escandalizado a muchas personas en toda la nación.
“Si la inclinación natural de una mujer es enseñar su pezón en público y tú lo apoyas, entonces no deberías tener problema con que la inclinación del hombre sea mirarlo y agarrarlo. Después de todo... todo es relativamente natural, ¿no?”, escribió Moore en la misma red social.
Su compañero, el también republicano Al Baldasaro, se sumó a la disputa y entró en el terreno personal.
“Amanda. Sin faltar al respeto pero tu pezón sería la última cosa que querría ver. Tú quieres convertir nuestras playas familiares en un espectáculo pervertido. Los libertarios quieren playas nudistas, reúne dinero y compra una”, escribió en la misma conversación de Facebook.
“Si quieres exponer a tus hijos a la desnudez, hazlo. Algunos de nosotros creemos en los valores familiares”, añadió.
La propuesta de ley, que excluye la excepción de amamantar, convierte el hecho de enseñar un pezón en un delito punible al considerarlo un acto de “lascivia” y “exhibición obscena”.
Esta norma, presentada en invierno en un estado donde la temperatura media anual no supera los 8 grados centígrados, es la respuesta conservadora a la protesta que en agosto llevó a un pequeño grupo de mujeres a hacer “topless” en la playa Hampton del estado.
La movilización es parte de la campaña global de la organización “Free the Nipple”, creada por la directora y actriz estadounidense Lina Esco en 2013 a raíz de la frustración de no poder lanzar su película homónima a gran escala en el país.
“Free The Nipple”, que pudo verse finalmente en 2014, sigue la protesta de un grupo de mujeres en Nueva York que, exponiendo sus pechos ante las cámaras y el público, reclaman poder ir, como los hombres, sin parte de arriba.
En Nuevo Hampshire actualmente es legal que tanto hombres como mujeres muestren el pecho en público, pero existen ordenanzas municipales que permiten detener a las mujeres que lo hacen alegando que se trata de una alteración del orden público.
Esta situación se repite en los otros 33 estados del país donde sobre el papel el “topless” es legal. En otros 14 estados y Washington DC hay leyes ambiguas sobre el tema y en tres está prohibido: Utah, Indiana y Tennessee.
Ese es el panorama del país con datos de la organización “GoTopless”, que desde 2007 hace campaña para que las mujeres “tengan el mismo derecho constitucional que los hombres a enseñar su pecho en público”.
Algunas celebridades han abrazado la causa, como Miley Cyrus y Lena Dunham, sobre todo en las redes sociales: Facebook permite solo desde 2014 las fotos de mujeres dando de mamar e Instagram sigue retirando fotos donde aparecen pechos de mujeres, mientras acepta aquellas en la que son los hombres los que enseñan el suyo.
La excusa social más común en Estados Unidos para justificar la censura del pecho femenino son los niños, en un país donde los pequeños ven de media 200.000 actos de violencia y 16.000 asesinatos en la televisión antes de cumplir los 18, según datos de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.