Expresidentes se reúnen por separado con líderes venezolanos
Trataron con líderes opositores y oficialistas acciones para activar un diálogo nacional
CARACAS. Varios expresidentes de países hispanohablantes se reunieron por separado con líderes opositores y oficialistas venezolanos como parte de las acciones para activar en Venezuela un gran diálogo nacional, informó ayer el secretario ejecutivo de la alianza opositora, Jesús Torrealba, luego de una avalancha de críticas de opositores que lamentaron que ese encuentro fuera pactado en secreto.
El diálogo, que se mantuvo confidencial y en el que se intercambió información a través de mediadores, tuvo lugar entre el viernes y el sábado en la República Dominicana. Los expresidentes acudieron bajo la iniciativa de la Unión de Naciones Suramericanas.
La reunión se llevó a cabo una semana después de que los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero de España y Leonel Fernández de la República Dominicana anunciaron en Caracas que bajo el apoyo de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) iniciaron acciones para intentar poner en marcha un proceso de “diálogo nacional” en Venezuela. En esa comisión internacional también está el exmandatario panameño Martín Torrijos.
A través de su cuenta en la red social de Twitter, Torrealba, secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), negó que se haya tratado de un encuentro simultáneo entre los exmandatarios y los representantes de los bandos de este país amargamente dividido por la política.
“No hay ‘reunión gobierno-oposición’ en Dominicana. Representantes de la Unidad asisten a un encuentro con Zapatero, Torrijos y Fernandez”, aclaró el dirigente opositor en un tuit, luego de una oleada de rumores sobre diálogos secretos en territorio dominicano.
Acotó que, en dicho encuentro, los representantes de la Unidad han reiterado los puntos que consideran indispensables en cualquier proceso de diálogo, los cuales son: a) revocatorio (refiriéndose a la iniciativa para revocar el mandato del presidente Nicolás Maduro); b) libertad a presos y retorno de exiliados; c) atender la crisis humanitaria, y d) el respeto a la Asamblea Nacional y a la Constitución venezolana.
Indicó también que cuando retornen sus representantes la Unidad informará al país lo conversado con los mediadores, así como los pasos a seguir. No mencionó más detalles.
En un comunicado divulgado horas más tarde, la alianza opositora explicó que la reunión con dirigentes opositores se escenificó el viernes y el sábado en “un contexto altamente favorable para la lucha del pueblo venezolano por la libertad y la democracia”, citando el pronunciamiento de la víspera en que los líderes del G7 instaron al gobierno venezolano a obrar en favor del diálogo para resolver “urgentemente” la crisis que agobia a este país y lo exhortaron a “respetar los derechos y libertades fundamentales”.
El escrito también resaltó “el significativo gesto” del papa Francisco al recibir al secretario de la Unasur, Ernesto Samper, además de la solicitud de Paraguay de una reunión urgente de los cancilleres de los países que integran el Mercosur para analizar la situación en Venezuela.
“Nunca el régimen que desgobierna Venezuela estuvo tan solo, tras haber constatado el mundo en las elecciones del pasado 6 de diciembre que ese proyecto político no cuenta ya con apoyo popular”, se afirma en el texto, en alusión a los comicios legislativos de diciembre en que la oposición por primera vez en 17 años se adjudicó la mayoría abrumadora del Legislativo.
Los pronunciamientos internacionales y la merma de la popularidad del gobierno “es lo que hizo posible que ayer viernes 27 y hoy sábado 28 de mayo los ex presidentes Zapatero, Torrijos y Fernández se reunieran con nuestros representantes”.
En el escrito también se menciona que por la oposición asistieron representantes de los partidos Acción Democrática, Voluntad Popular, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo, que “expusieron nuestros puntos para la agenda de cualquier diálogo posible”.
Unasur, en un comunicado fechado en Quito, expresó que “después de hacer reuniones, en forma alternativa, con los representantes del gobierno y la oposición, los expresidentes constatan que existe una voluntad de diálogo de ambas partes, por lo cual se propuso continuar explorando nuevos contactos en fechas próximas con el objeto de acordar una agenda que cumpla con los requerimientos de cada una de las partes y un método para el diálogo nacional”.
Previamente, la canciller Delcy Rodríguez informó sobre los contactos en la República Dominicana y agradeció a la secretaría general de la Unasur y a los exgobernantes “por su acompañamiento respetuoso en esta iniciativa”, e indicó que se han realizado los primeros encuentros para un diálogo entre el gobierno y la oposición.
En otro tuit, Rodríguez escribió que la iniciativa de Maduro promueve la paz, el respeto al estado de derecho y la defensa de la soberanía e integridad nacional.
El canciller confirmó que por el gobierno, además de ella, asistieron el influyente diputado Elías Jaua y el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez.
Maduro adelantó la semana pasada que acordó con los exmandatarios que sostuvieran contactos “para que la oposición respete la Constitución y que se inicie un diálogo de respeto”.
“Les he solicitado y así hemos acordado” que inicien los contactos junto a Samper, agregó.
El exgobernante español se reunió el 18 de mayo con el gobernante venezolano y la canciller Rodríguez. Un día después sostuvo un encuentro en la sede del Congreso con el presidente y vicepresidente de la Asamblea Nacional, los diputados Henry Ramos Allup y Enrique Márquez; el dirigente opositor Henrique Capriles, y Torrealba, secretario general de la alianza opositora que agrupa a cerca de tres decenas de partidos.
Rodríguez Zapatero admitió entonces que ante la situación política, social y económica que enfrenta Venezuela, el camino que se transitará para el proceso de diálogo será “largo, duro y difícil”, e implicará un trabajo “muy intenso”. El político español pidió respaldo de la comunidad internacional para los diálogos en Venezuela.
Añadió que espera lograr en el inicio del diálogo un “plazo razonable” y la definición de una agenda específica de las conversaciones que abarcarán los problemas sociales, económicos, institucionales, de convivencia pacífica y de libertades.
Fernández, por su parte, ha dicho que tendrá a su cargo la coordinación de un equipo económico que trabajará los temas de abastecimiento, reactivación económica, inflación y desempleo.
Venezuela está agobiada por una crisis compleja dominada por una inflación galopante que se estima que este año ronde 720%, una escasez severa de alimentos, medicinas y otros bienes básicos, y una recesión económica que podría agravarse ante el deterioro de los precios del petróleo, que representan la principal fuente de ingresos por exportaciones del país.
La oposición sostiene que “en Venezuela no hay solución económica si no hay cambio político”.
La coalición opositora recolectó el mes pasado más de 1,8 millones de firmas a favor de un referendo para recortar el mandato de seis años de Maduro. Esas rúbricas son revisadas actualmente por las autoridades electorales.
Algunos dirigentes oficialistas descartaron que el referendo contra el mandatario pueda realizarse en 2016. De acuerdo con la Constitución, de darse el escenario de una falta absoluta del presidente en 2017 —es decir, Maduro, en los últimos dos años del período constitucional_, el vicepresidente ejecutivo que esté en funciones en ese momento asumirá la presidencia hasta completar el período.