“Hay una pobreza léxica y gramatical, y eso no deja de preocuparnos”
La Academia Dominicana de la Lengua realiza diversas jornadas del buen uso de la palabra
SANTO DOMINGO. En la República Dominicana hay una elevada pobreza léxica y gramatical que mantiene preocupadas a las autoridades de la Academia Dominicana de la Lengua, reveló su director, Bruno Rosario Candelier.
Sostuvo que si se compara el modo de hablar y de escribir de un individuo del país, con el de una sociedad que emplee un modelo estándar de la lengua española, ciertamente habrá muchas deficiencias.
“La realidad social y cultural dominicana es la siguiente: tenemos un léxico muy reducido, sumamente reducido en términos de cantidad y hasta de calidad”, precisó.
Indicó que la Academia estableció tres categorías del conjunto de palabras que normalmente usa el dominicano cuando habla.
La primera, según explicó, es la elemental, la utilizada por una persona que no fue a la escuela, el hombre de trabajo común, el campesino que apenas se alfabetizó, y que se desenvuelve durante toda su vida con mil 500 palabras.
En segundo lugar están los bachilleres y universitarios, quienes se desenvuelven con 3 mil a 5 mil palabras, y los profesionales con cierta inquietud y formación intelectual, quienes poseen un vocabulario con un máximo de 8 mil palabras.
En tercer puesto fue colocado un reducido grupo de intelectuales, quienes usan unas 20 mil palabras, lo que Rosario Candelier entiende no es mucho si compara con las 100 mil palabras que tiene el Diccionario de la Lengua Española.
A modo de ejemplo, hizo una comparación sobre el uso de la lengua entre un vendedor de tortillas de México y un platanero dominicano, poniendo en relieve que el primero pronuncia debidamente las eses y el criollo no.
Añadió que un ciudadano humilde de esa nación domina la lengua, incluso con un nivel más alto que el profesional dominicano, y “eso lo ve uno en los programas de radio y de televisión, cuando son entrevistados”.
Afirmó que la misión de la academia desde su fundación ha sido propugnar por una mayor conciencia de la lengua, para que los hablantes conozcan mejor su propio idioma y lo usen correctamente.
“Hay una pobreza léxica y gramatical, y eso no deja de preocuparnos a los que tenemos la misión justamente de motorizar, de mover, encender el entusiasmo y el interés por la lengua”, apuntó.
Sin embargo, dijo que desde la perspectiva de un sociolingüista, la realidad social del habla dominicana es aceptada y legítima por ser la forma peculiar de una comunidad expresarse. Eso, aseguró, es lo que se llama la variante del español que tiene cada país.
Lo que hace
Como parte de su responsabilidad de velar por el buen desarrollo del español dominicano y el buen uso del idioma, la Academia Dominicana de la Lengua busca incrementar su presencia en los diferentes sectores de la sociedad.
“Desde que asumí la dirección me tracé varios planes, lo primero, tirar la academia a la calle, porque era cerrada, muy elitista, cerrada para sí”, aseveró Rosario Candelier.
Para lograr esa iniciativa cuenta que organizan actividades variadas en todo el país, como presentaciones de libros, conferencias, talleres, cursos, tertulias lingüística y literaria, de cara al público.
A ello se suma la confección de varios diccionarios, como es el caso del diccionario de dominicanismos que cuenta con 11 mil palabras, uno fraseológico del español dominicano que comprende el uso de adagios, giros, locuciones y frases y otro de símbolos. Para finales de mes o principios de noviembre, se pondrá en circulación un diccionario de mística y se está trabajando en uno de los refranes usados en el país.
“Me preocupa la pobreza que muestra el dominicano ante el conocimiento de su lengua, nos preocupa la carencia del dominio sintáctico, es difícil escribir correctamente, eso requiere un entrenamiento, y ustedes lo saben como vinculados al mundo del periodismo”, recalcó al participar en el Diálogo Libre del periódico Diario Libre.