Agua y basura atentan contra salud de la gente

SANTO DOMINGO ESTE. La combinación de basura y agua, a propósito de los últimos aguaceros, tiene preocupada a moradores de Santo Domingo Este, que exigen más frecuencia en la recogida de los desperdicios para evitar brotes de enfermedades.

Lucila Agramonte, residente en el sector Villa Carmen explicó que cerca de su casa hay un improvisado vertedero de basura, y que a veces duran mucho para recoger los desperdicios, y los que no caben en los contenedores se caen y se mezclan con el agua estancada.

Dijo que esa situación empeora insalubridad, porque el mal olor es mayor, así como la posibilidad de que se incrementen las enfermedades, porque la gente pisa el agua contamina de basura.

De su lado, Felipe Abreu, del mismo sector, dijo que aunque los camiones “pasan” con cierta regularidad, durante las últimas semanas dejan a cumular mucha basura, lo que convierte la comunidad en un criadero de moscas.

“Ellos la recogen, pero a veces duran varios días, y eso es un mosquero que no deja a uno tranquilo, y el mal olor es insoportable”, dijo Abreu.

Una señora residente en la calle Roma casi esquina Génova de la Urbanización Italia, informó a Diario Libre que no pueden vivir en paz por el mal olor que produce un vertedero en un parque frente a su casa.

“Los gusanos llegan hasta aquí”, dijo la mujer desde el balcón de su vivienda en un segundo nivel.

Informó que reportan el cúmulo de basura al cabildo del municipio, pero tardan en ir a recoger los desperdicios, que no los dejan ni comer bien por el mal olor que despiden.

En horas de la mañana de ayer había montones de basura en la carretera de Mendoza, en la entrada de del INVI que se mezclaba con las lluvias caídas durante la madrugada.

Más tarde, el agua se fue por los filtrantes, que se tapan con los plásticos lanzados cerca, y varias horas después fueron recogidos los desperdicios por parte de brigadas del cabildo municipal

Diario Libre pudo comprobar que en algunas calles un camión recolector recogía la basura de los contenedores, pero en otros lugares del municipio los desperdicios eran abundantes.

Adalberto de la Rosa