Agitación en Ucrania, el dolor de cabeza de Putin
Hoy, Rusia puso en duda la legitimidad de las nuevas autoridades ucranianas
MOSCU. - Ahora que unas exitosas Olimpiadas han quedado atrás, el presidente ruso Vladimir Putin enfrenta lo que podría ser el reto más complejo de su gobierno: cómo responder a la agitación en Ucrania, un país que ha declarado vital para los intereses de Rusia, donde viven millones de rusohablantes y sede de una importante base naval rusa.
Algunos en el este y sur de Ucrania, donde más se habla ruso, han comenzado a pedir al Kremlin que los proteja contra la violencia que ellos temen de los victoriosos manifestantes que derrocaron al líder respaldado por Moscú. Putin evitó emitir cualquier postura pública sobre Ucrania durante los Juegos Olímpico de Invierno en Sochi, pero las tensiones rápidamente lo dejaron con una decisión difícil: apegarse a la diplomacia y arriesgarse a perder presencia en casa, o abrir la caja de Pandora entrando en la refriega.
Si Moscú respalda abiertamente a grupos con ideales separatistas en la península ucraniana de Crimea, que sirve de puerto para la flota rusa en el Mar Negro, podrían desatarse hostilidades devastadoras que Europa no ha visto desde las guerras de los Balcanes. Y desatender las peticiones de ayuda de los grupos pro rusos en Ucrania podría romper la imagen de Putin como el duro gobernante ansioso de plantar cara a Occidente, erosionando su conservadora base de apoyo en casa, donde sus enemigos podrían verse alentados por el ejemplo ucraniano.
Enfrentando estos enormes riesgos, Putin ha permanecido en silencio, sopesando sus opciones.
El lunes, a través del primer ministro Dimitri Medvedev, Rusia puso en duda la legitimidad de las nuevas autoridades ucranianas y consideró que la agitación en Ucrania es una amenaza tanto para los ciudadanos como para los intereses rusos en ese país.
La declaración fue la crítica más contundente surgida hasta ahora de Rusia, que respalda al presidente ucraniano Víktor Yanukovich.
Según agencias noticiosas rusas, Medvedev dijo que las nuevas autoridades de Ucrania llegaron al poder como resultado de un "motín armado" y criticó el reconocimiento de la Unión Europea a las nuevas autoridades como una "aberración de conciencia".
"Si consideras que el gobierno es la gente armada con kalashnikov y máscaras negras que merodea por Kiev, será entonces muy difícil que nosotros trabajemos con ese gobierno", agregó.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia criticó a Occidente por hacerse de la vista gorda a lo que Moscú ve como el incumplimiento de la oposición al acuerdo firmado el viernes para formar un gobierno de unidad y de querer "reprimir la disidencia en varias regiones de Ucrania con métodos dictatoriales e incluso terroristas".
Algunos en el este y sur de Ucrania, donde más se habla ruso, han comenzado a pedir al Kremlin que los proteja contra la violencia que ellos temen de los victoriosos manifestantes que derrocaron al líder respaldado por Moscú. Putin evitó emitir cualquier postura pública sobre Ucrania durante los Juegos Olímpico de Invierno en Sochi, pero las tensiones rápidamente lo dejaron con una decisión difícil: apegarse a la diplomacia y arriesgarse a perder presencia en casa, o abrir la caja de Pandora entrando en la refriega.
Si Moscú respalda abiertamente a grupos con ideales separatistas en la península ucraniana de Crimea, que sirve de puerto para la flota rusa en el Mar Negro, podrían desatarse hostilidades devastadoras que Europa no ha visto desde las guerras de los Balcanes. Y desatender las peticiones de ayuda de los grupos pro rusos en Ucrania podría romper la imagen de Putin como el duro gobernante ansioso de plantar cara a Occidente, erosionando su conservadora base de apoyo en casa, donde sus enemigos podrían verse alentados por el ejemplo ucraniano.
Enfrentando estos enormes riesgos, Putin ha permanecido en silencio, sopesando sus opciones.
El lunes, a través del primer ministro Dimitri Medvedev, Rusia puso en duda la legitimidad de las nuevas autoridades ucranianas y consideró que la agitación en Ucrania es una amenaza tanto para los ciudadanos como para los intereses rusos en ese país.
La declaración fue la crítica más contundente surgida hasta ahora de Rusia, que respalda al presidente ucraniano Víktor Yanukovich.
Según agencias noticiosas rusas, Medvedev dijo que las nuevas autoridades de Ucrania llegaron al poder como resultado de un "motín armado" y criticó el reconocimiento de la Unión Europea a las nuevas autoridades como una "aberración de conciencia".
"Si consideras que el gobierno es la gente armada con kalashnikov y máscaras negras que merodea por Kiev, será entonces muy difícil que nosotros trabajemos con ese gobierno", agregó.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia criticó a Occidente por hacerse de la vista gorda a lo que Moscú ve como el incumplimiento de la oposición al acuerdo firmado el viernes para formar un gobierno de unidad y de querer "reprimir la disidencia en varias regiones de Ucrania con métodos dictatoriales e incluso terroristas".