Rescatan a 11 migrantes chinos "abandonados" en un bote en el Caribe panameño
El rescate se produjo en la zona de La Ensenada de Caledonia en Guna Yala
Las fuerzas de seguridad informaron este domingo del rescate de 11 migrantes chinos a los que habían dejado "abandonados" en un bote en el Caribe panameño, una ruta marítima alternativa para evitar el paso desde la vecina Colombia por la peligrosa selva del Darién.
El rescate se produjo en la zona de La Ensenada de Caledonia en Guna Yala, donde las fuerzas de seguridad "interceptaron dos botes artesanales, en uno de estos viajaban los 11 migrantes de nacionalidad china y sus maletas, mientras que en la segunda embarcación se mantenían 17 maletas".
"Los tripulantes huyeron, dejando abandonados a los migrantes, por lo que se mantiene un férreo operativo para dar con los responsables de esta acción, la cual puso en riesgo la vida de los migrantes", detalló el Ministerio de Seguridad Pública de Panamá en un comunicado.
El paso por el Caribe panameño ha sido utilizado con frecuencia por migrantes de nacionalidad china, que deben pagar sumas más altas a las redes de tráfico de personas para evitar atravesar a pie la selva del Darién, que supone varios días de caminatas expuestos a robos, ataques de animales salvajes o la crecida de ríos.
Reinel Serrano, jefe de la Primera Brigada oriental del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá en la provincia de Darién, explicó en septiembre a EFE que para optar por la ruta marítima los migrantes pagan a los coyotes unos 1,200 dólares por persona, mientras que el coste por la selva es de entre 80 y 180 dólares.
A la marítima "le hemos denominado una ruta VIP porque esas personas no caminan por la selva, pero tienen que pagar 1,200 dólares. Las operaciones que hemos tenido han sido pura nacionalidad china", explicó Serrano, que detalló que después de las embarcaciones los sacan de la costa en caballos y vehículos.
Las autoridades panameñas acusan a los países del sur de América, especialmente a la vecina Colombia, de dar la espalda al problema migratorio, en cuya gestión el país centroamericano ha invertido cerca de 70 millones de dólares en los últimos años, de acuerdo con los datos oficiales.
Panamá registra a los migrantes a su llegada a las poblaciones indígenas a la salida de la selva o en los centros de recepción migratoria donde les dan cobijo y alimento, para luego coordinar la salida en autobuses hasta Costa Rica, un desplazamiento que se deben costear ellos mismos.
Las autoridades panameñas situaron esta semana en más de 468,000 los migrantes que han llegado al país este año en su camino hacia EE.UU. a través de la peligrosa selva del Darién, que comunica el sur del continente con Centroamérica, una cifra récord que deja atrás los 248,000 de 2022 y los 133,000 de 2021.
El principal país de procedencia de esos migrantes es Venezuela, con 301,000, seguido de Ecuador (51,800), Haití (42,180) y China (19,400).
Con una media de más de mil llegadas diarias, se espera que en las próximas semanas se alcance los 500,000 migrantes que atravesaron la selva del Darién este año en su camino hacia el norte, una cifra histórica que subraya la crisis migratoria que atraviesa el continente.
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