Shinzo Abe ya no será la figura que se esperaba en Tokio

En esta fotografía del 21 de agosto de 2016, el primer ministro japonés Shinzo Abe aparece como el personaje de los videojuegos Super Mario de Nintendo durante la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. (Yu Nakajima/Kyodo News via AP)

El primer ministro japonés Shinzo Abe fue la estrella de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro cuando desfiló ante una multitud en el Estadio Maracaná como el personaje de los videojuegos Super Mario de Nintendo.

La divertida invitación de Abe a los próximos Juegos Olímpicos de Tokio fue un gran éxito entre los espectadores brasileños, y para una audiencia televisiva mundial.

Sin embargo, Abe ya no estará presente, al menos no en carácter oficial, cuando se inauguren los pospuestos juegos el 23 de julio de 2021. El viernes, anunció que pretende renunciar al cargo a causa de un problema cardiaco crónico.

Irónicamente, el primer ministro japonés con más años en el cargo habría estado en el palco privado junto al presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, si la justa se hubiera inaugurado hace un mes y no hubiera sido víctima de la pandemia de COVID-19.

“Creo que esto no hará mucha diferencia”, señaló Jeff Kingston, quien enseña política japonesa en la Universidad de Temple de Tokio, en un correo electrónico. “Los Juegos Olímpicos se beneficiaron de su respaldo, pero ahora la situación está mucho más allá del control del primer ministro. A su sucesor quizás no le importe mucho, pero gran parte depende del COI, del comité organizador de Tokio y de las federaciones deportivas de todo el mundo”.

Abe dijo que era “desgarrador” irse con tantos planes sin acabar. El más visible, al menos para el público fuera de Japón, eran los Juegos Olímpicos.

En 2013, el primer ministro estaba en primera fila en Buenos Aires cuando el entonces presidente del COI, Jacques Rogge, abrió un sobre para anunciar a Tokio como la sede de 2020, superando a Estambul en la votación final.

Fue Abe quien aseguró a los miembros del COI que el colapso de tres reactores nucleares en 2011 por un sismo y un tsunami estaba “bajo control”. De hecho, no lo estaba en su totalidad y Japón sigue lidiando con el desastre en la prefectura norteña de Fukushima.

“Creo que es probable que esto sea desconsolador para Abe”, escribió David Leheny, quien enseña política en la Universidad de Waseda en Tokio, en un correo electrónico.

Leheny dijo que Abe se va sin ningún avance significativo en temas de mujeres, enmiendas a la Constitución o políticas económicas.

“Creo que los Juegos Olímpicos habrían sido una cosa importante que él podría señalar y decir ‘sí, yo hice eso. Hice que sucediera’. Todavía podría hacerlo y pensar que quienquiera que sea el siguiente primer ministro estará seguro de que Abe tiene un lugar importante en los Juegos Olímpicos, pero no será lo mismo que estar a cargo para recibir a la gente”, añadió.

No existe ninguna garantía de que los Juegos Olímpicos se celebrarán. El COI y los organizadores han dicho que se llevarán a cabo, pero hasta ahora no han dicho cómo va a ocurrir eso. Hay dudas sobre cuarentenas, que se permita la presencia de aficionados, vacunas y en torno a la logística para llevar a 15.400 atletas olímpicos y paralímpicos de manera segura a Tokio. Eso sumado a miles de funcionarios, personal y miembros de los medios de comunicación, y al hecho de que el control del brote es muy diferente en países y territorios representados por 206 comités olímpicos nacionales.

Los organizadores locales de los Juegos Olímpicos de Tokio han dejado de sostener conferencias de prensas habituales para dar actualizaciones sobre el progreso y se prevén pocos detalles en los próximos meses y hacia 2021.

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