Crece incertidumbre sobre debates entre Trump y Biden

Combinación de fotos del presidente Donald Trump y del exvicepresidente Joe Biden durante su primer debate hacia las elecciones presidenciales de noviembre, el martes 29 de septiembre de 2020, en Cleveland, Ohio. (AP Foto/Patrick Semansky)

WASHINGTON (AP) — El destino de los últimos debates entre el presidente Donald Trump y el aspirante demócrata Joe Biden quedó en el aire el jueves, luego que las campañas presentaron propuestas divergentes para los encuentros restantes que han sido trastocados por la infección de COVID-19 del mandatario.

El presidente de la Comisión de Debates Presidenciales señaló a The Associated Press que el debate final, programado para el 22 de octubre, se mantiene en la agenda de forma presencial, tal como estaba planeado. Pero el debate del jueves 15 parece que será cancelado, luego de que la campaña de Trump objetó el cambio de formato de la comisión, que es una entidad apartidista.

La jornada comenzó con el anuncio de la comisión de que el evento del 15 de octubre en Miami se realizaría de manera virtual. El panel dijo que el cambio se debía a cuestiones de salud tras el diagnóstico de COVID-19 del presidente.

Trump, quien está impaciente por volver a la campaña pese a la incertidumbre sobre su estado de salud, dijo que no participaría en el debate a menos que fuera presencial. La campaña de Biden sugirió entonces que el evento se aplazara una semana hasta el 22 de octubre, día en que está programado el tercer y último encuentro entre los candidatos.

La campaña de Trump respondió accediendo al debate el 22 de octubre — pero únicamente de forma presencial — y solicitó que se sumara un tercer evento para el 29 de octubre, poco antes de los comicios. Sin embargo, los asesores de Biden rechazaron un debate a esas alturas de la campaña.

Después de que la noche del jueves se dio a conocer una carta del médico de Trump en la que se afirma que el presidente había “completado su terapia” y podía reanudar su campaña este fin de semana, la campaña de Trump llamó a la comisión a realizar el debate de la próxima semana tal como se tenía planeado originalmente.

“Por lo tanto, no existe razón médica por la que la Comisión de Debates Presidenciales deba optar por un debate en un ambiente virtual, posponerlo o alterarlo de cualquier forma”, dijo el director de campaña de Trump, Bill Stepien.

Sin embargo, el presidente de la comisión Frank Fahrenkopf dijo la noche del jueves que no se cambiaría la decisión de llevar a cabo el debate virtual, bajo la recomendación de asesores médicos de la Clínica Cleveland.

La comisión indicó que hizo el anuncio a fin de “proteger la salud y seguridad de todos los involucrados”, incluyendo los ciudadanos invitados a formular preguntas a los candidatos.

La comisión de debates, que tiene la poco envidiable tarea de encontrar terreno en común entre las dos campañas, ya recibió duras críticas después de que el primer debate entre Trump y Biden se convirtió en un evento de constantes interrupciones de Trump a Biden y un moderador incapaz de asumir el control.

El debate del 22 de octubre en Nashville, Tennessee, está programado con un formato similar al primero. La campaña de Biden sugirió que se modificara al de una “asamblea pública', aunque la campaña de Trump no ha presentado propuestas.

La comisión, fundada después de las elecciones presidenciales de 1984, ha organizado todos los debates previos a los comicios generales desde 1988, y por lo general selecciona fechas, moderadores, formatos y lugares sin el aporte de los candidatos.

En tanto, Biden intenta cerciorarse de aparecer frente a una audiencia televisiva la próxima semana. En lugar de debatir con Trump el jueves, participará en un foro organizado por ABC News. Durante un evento de campaña en Arizona, Biden dijo que acudirá al debate del 22 de octubre.

“En el verano acordamos tres debates”, dijo Biden. “Me presentaré. Ahí estaré. Y si se llegara a presentar, está bien. Si no, también está bien”.

Para Trump, quien convalece de COVID-19 en la Casa Blanca luego de pasar tres días hospitalizado, los cambios por motivos de salud no son bien recibidos en su intento por alejar la atención pública de un virus que ha cobrado la vida de más de 210.000 estadounidenses este año.

En una entrevista con la presentadora de Fox Business Maria Bartiromo poco después del anuncio de la comisión, Trump insistió en que estaba en “gran forma” y dijo que la idea de un debate virtual era una “broma”.

“No voy a hacer un debate virtual”, declaró.

Stepien, dijo que Trump organizaría un mitin en lugar de debatir el próximo jueves, aunque aún se desconoce si estará lo suficientemente saludable para hacerlo.

A menos de cuatro semanas de los comicios y con millones de electores presentando sus boletas con voto anticipado, la presión sobre Trump se acumula para darle giro a una campaña que se encuentra rezagada respecto a Biden a nivel nacional y en la mayoría de los estados sin clara preferencia política, en donde el margen es más estrecho. Un debate frente a decenas de millones de televidentes podría ayudarlo en ese frente.

Pero otro debate también podría exponer a Trump a riesgos políticos. Estrategas republicanos señalan que el respaldo del partido comenzó a debilitarse luego de su primer encuentro con Biden la semana pasada, en el que no condenó de manera clara a un grupo supremacista.

La aparente falta de disposición de Trump para cambiar su estilo y congraciarse con los votantes que necesita — en especial las mujeres — quedó nuevamente de manifiesto el jueves durante su entrevista con Fox Business, en la que se refirió a la candidata demócrata a la vicepresidencia Kamala Harris como un “monstruo”.

En campaña con Harris en Arizona, Biden dijo que la descripción de Trump de la primera mujer de raza negra que aparece en representación de uno de los dos principales partidos en una boleta presidencial es “despreciable” y “está muy por debajo del cargo de la presidencia”.

No sería la primera vez que Trump se ausenta de un debate. Durante las primarias republicanas de 2016, boicoteó el último debate antes del primer caucus nacional en Iowa, y en su lugar organizó un evento de recaudación de fondos para veteranos, un movimiento que posteriormente especuló pudo haber contribuido a su derrota en el estado.

Trump enfermó de coronavirus el 1 de octubre, apenas 48 horas después de compartir el escenario con Biden en el primer debate presidencial en Cleveland. A pesar de que ambos candidatos permanecieron a varios metros de distancia, la infección de Trump causó preocupaciones de salud en Biden, por lo que se sometió a varias pruebas de diagnóstico antes de volver a su campaña.

La campaña del exvicepresidente anunció el jueves que Biden se sometió a su quinta prueba de diagnóstico y resultó negativa.

Trump seguía siendo contagioso al momento de dejar el Centro Médico Militar Walter Reed el lunes, pero su médico declaró el jueves que el mandatario había “completado su terapia” y podría reanudar su campaña durante el fin de semana. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, los pacientes con síntomas leves o moderados pueden permanecer infecciosos por hasta 10 días, durante los cuales deben permanecer aislados.

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Los periodistas de The Associated Press Bill Barrow en Wilmington, Delaware, y Alexandra Jaffe y Jill Colvin en Washington contribuyeron a este despacho.

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