Un año después, Biden y EEUU pasan la página de la retirada de Afganistán

Biden criticó durante mucho tiempo la guerra en Afganistán porque sentía que Estados Unidos no tenía nada que ganar

Biden ha mantenido la asistencia a Afganistán eludiendo a los talibanes. (Fuente externa)

El presidente Joe Biden fue duramente criticado por la caótica retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, pero un año después, tanto él como Estados Unidos han pasado la página en gran medida, incluso a pesar de los crecientes desafíos que enfrentan los afganos.

Biden conmemoró en un comunicado esta operación, así como la muerte, el 26 de agosto de 2021, de 13 soldados estadounidenses en un atentado con bomba afuera del aeropuerto de Kabul. Pero su administración se mantiene bastante discreta en al aniversario de esta retirada que puso fin a la guerra más larga que ha librado Estados Unidos.

En un mensaje a las fuerzas armadas, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, rindió por su parte tributo a los 2.461 estadounidenses que murieron en el frente y elogió los esfuerzos realizados por Estados Unidos para "construir un futuro mejor para el pueblo afgano", que de nuevo vive bajo el régimen talibán.

Biden criticó durante mucho tiempo la guerra en Afganistán porque sentía que Estados Unidos no tenía nada que ganar. Y mientras Kabul caía y el gobierno afgano colapsaba en agosto pasado, a pesar de los 2.000 billones de dólares inyectados allí en dos décadas, el demócrata se negaba a dar marcha atrás.

Un año después, los hechos parecen haberle dado la razón, al menos desde una perspectiva política.

"Caja de resonancia"

Afganistán ya no es una prioridad para la actual administración estadounidense y su política exterior, sacudida por la invasión rusa a Ucrania a fines de febrero.

Según una encuesta reciente de la consultora Gallup, el 50% de los estadounidenses cree incluso que la guerra en Afganistán fue un error, en comparación con el apoyo casi unánime después de que los ataques del 11 de septiembre de 2001 provocaran la invasión que derrocó a los talibanes.

"Es fácil criticar la decisión de retirarse sin brindar alternativas viables de buena fe", dice Adam Weinstein, del centro de investigación The Quincy Institute, que aboga por la moderación militar.

"Si bien ciertamente hay una caja de resonancia en la capital, donde hay personas hablando de esto, no es un aniversario que le importe a la mayoría de los estadounidenses".

"Están preocupados por la inflación, la deuda estudiantil, las divisiones que existen en nuestro país. No están pensando en el primer aniversario de una guerra que para la mayor parte del país era algo lejano", apunta.

Aún así, las imágenes caóticas de la retirada estadounidense en la pista del aeropuerto de Kabul fueron impactantes y precedieron una caída pronunciada en la popularidad de Biden, elegido bajo la promesa de liderazgo competente después de los turbulentos años de su predecesor Donald Trump.

La guerra en Afganistán no es el único factor; también influyó la ola de casos de covid-19 en ese momento. Un año después, el índice de aprobación del líder demócrata está aumentando lentamente, en particular tras victorias legislativas clave.

"Traición" a las mujeres

Biden ha mantenido la asistencia a Afganistán eludiendo a los talibanes. Y también demostró que Estados Unidos podía continuar la guerra contra el terrorismo sin tropas en el terreno, como cuando ordenó un ataque con drones que mató al jefe de Al Qaida, Ayman al Zawahir, el 31 de julio en Kabul.

Pero el regreso al poder de los talibanes ha sido un duro golpe para quienes lucharon por otro Afganistán, especialmente por el respeto a los derechos de las mujeres y niñas, ahora nuevamente vedadas de la escuela.

Para Teresa Casale, que encabeza la organización Mina's List, Estados Unidos debió exigir garantías antes de salir del país. "De lo contrario, se puede decir categóricamente que la retirada fue un desastre y yo diría incluso una traición", dice a la AFP.

"Afganistán se ha convertido en el peor lugar del mundo en cuanto a derechos de las mujeres, cuando hace apenas un año el 27% de las parlamentarias eran mujeres", señala.

Casale culpa tanto a Trump por negociar directamente con los talibanes, como a Biden por ordenar una salida incondicional de Afganistán.

Aunque Trump acordó la retirada con los talibanes, su Partido Republicano ha criticado frecuentemente a la administración Biden por su manejo del tema y prometió audiencias sobre Afganistán si gana los comicios legislativos de noviembre.  

"Por acción u omisión, las consecuencias de esta debacle han dañado irreparablemente tanto nuestra seguridad nacional como nuestra imagen global", opinó el congresista republicano Mike Waltz.

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