Investigador mexicano revela ADN de mayas prehispánicos de un entierro masivo

Investigador del sureste mexicano encontró nueva información sobre el ADN de los mayas prehispánicos.

El proyecto de investigación “El descenso, los descendientes de Kukulcán, análisis arqueo genético de un entierro masivo-ritual en Chichén Itzá” arroja resultados sobre este pueblo indígena. (Archivo)

Un investigador del sureste mexicano encontró nueva información sobre el ADN de los mayas prehispánicos tras analizar un entierro masivo.

El proyecto de investigación “El descenso, los descendientes de Kukulcán, análisis arqueo genético de un entierro masivo-ritual en Chichén Itzá” arroja resultados sobre este pueblo indígena.

“El estudio sobre la genética de los mayas comenzó en 2017 en Alemania”, explicó a EFE el investigador Rodrigo Barquera, del Departamento de Arqueo genética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Sajonia.

“Hay cierta continuidad genética entre los habitantes de Chichén Itzá y la población maya actual”, agregó.

Entrevistado al término de la ponencia “Aproximaciones interdisciplinarias en el estudio de Mesoamérica”, que ofreció en la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Yucatán, explicó que uno de los resultados es la resistencia a la salmonella no solo en la población maya, sino en México en general.

“Somos más resistentes que los mayas del pasado”, aseguró sobre su investigación de un entierro masivo con carácter ritual encontrado en un chultún (cisterna prehispánica) cercano al Cenote Sagrado de Chichén Itzá, en el sur de México, donde se construyó un aeropuerto en 1967.

En ese chultún encontraron huesos de más de 100 individuos, en su mayoría niños, y “al parecer se trataba de un ritual relacionado con la cosmogonía maya”.

“Lo interesante de ese entierro masivo es que encontramos restos óseos de gemelos idénticos, como Hunahpú e Ixbalanqué”, los hermanos mellizos que fueron retados por los dioses del Xibalbá (inframundo maya) a un juego de pelota, como se relata en uno de los pasajes del Popol Vuh, el libro sagrado de esa civilización mesoamericana.

Dijo que aún falta mucho por investigar en Chichén Itzá y en varias zonas arqueológicas de Yucatán.

“Cada que alguien da un paso estamos obligados a replantear, a seguir las pistas, porque eso ayuda a divisar cosas que quizá estaban cubiertas”, comentó.

El trabajo del mexicano que estudia restos óseos de mayas prehispánicos y ADN de los actuales habitantes de Yucatán en Alemania continúa.

“Lo mío es una cuestión etnohistórica, genética y Alemania es la que patrocina las investigaciones, cuyos resultados son invaluables para conocer más del pueblo maya”, famoso en el mundo por su cosmogonía, arquitectura, escritura, arte, cultura y dominio de las matemáticas.

Los resultados de la investigación servirán para incrementar el número de individuos y sitios arqueológicos, para reportar y confirmar lo descubierto, así como sacar a la luz nuevos hallazgos “para tener avances en el campo de la Arqueo genética”.

Originario de Ciudad de México, el especialista consideró que aún falta mucho por investigar en Chichén Itzá, “uno de los sitios más impresionantes que hay en el mundo, no solo por la cuestión arquitectónica invaluable, sino por la mística del lugar”.

Los entierros en la zona son importantes desde el punto de vista académico y por la conexión mágica que reportan sus visitantes. 

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