Las Universidades y la Competitividad Agrícola Dominicana
¿Hasta qué punto contribuyen las Universidades a la competitividad de la economía? Es innegable que un capital humano competente es un factor clave de la competitividad económica. La pregunta es hasta qué punto la educación superior está logrando formar a sus egresados en las competencias del siglo XXI.
Esta pregunta ha generado investigaciones en muy diversos países con el propósito de actualizar lo que se aprende en las Universidades y producir sinergias con las necesidades de formación de las empresas. Esto aplica particularmente a las carreras vinculadas a la producción y a la creación de mercados.
En nuestro país, Jaqueline Malagón y José Oviedo realizamos en dos ocasiones investigaciones para la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE) para determinar cuáles eran las principales demandas de formación de las empresas y cuáles de esas demandas encontraban respuesta en los programas de varias Universidades.
En esas investigaciones el hallazgo fundamental fue que existen brechas negativas entre las competencias y áreas de conocimiento consideradas claves por las empresas y el nivel en que son desarrolladas en los programas universitarios.
Después de varios años, una nueva investigación, compuesta por consultas a empresas y egresados de seis Universidades en el ámbito de la producción agraria, así como por el análisis de planes y programas de estudio, arroja también brechas significativas entre lo que enseñan las Universidades y lo que requieren las empresas en la producción agraria.
Es necesario enfatizar que la mayoría de las empresas consultadas pertenecen a los rubros agrícolas de mayor éxito y crecimiento exportador. Por lo que su demanda de egresados formados con las competencias requeridas actualmente es crucial para aumentar la competitividad agraria dominicana.
Las deficiencias fundamentales planteadas por las empresas en relación al desempeño de los egresados de Universidades son las siguientes: capacidades gerenciales y estratégicas, de planificación y organización y de liderazgo para la integración de equipos efectivos. También tienen deficiencias en la implementación de sistemas de calidad, salubridad y seguridad y en la propuesta de formas de producción más sostenibles.
Llama poderosamente la atención que los propios egresados universitarios coinciden con las empresas en percibir las capacidades gerenciales, la gestión ambiental y la sostenibilidad como aspectos particularmente deficientes de su formación. De igual modo indican el desequilibrio entre “mucha teoría y poca práctica” y la enseñanza de nuevas tecnologías como área relevante de deficiencia en relación a las transformaciones tecnológicas de la producción agraria en el siglo XXI.
Esta investigación fue realizada por un equipo interdisciplinario conformado por Jaqueline Malagón, José Oviedo, Lourdes Russa y Pamela Castillo, auspiciada por el BID y el Consejo Nacional de Competitividad. Sus resultados deben ser un urgente llamado de atención a las Universidades y autoridades vinculadas a la educación superior, la competitividad y las exportaciones para iniciar un proceso de cooperación Universidades-Empresas que logre mejores sinergias entre ellas y asegure un capital humano más competente para la calidad, eficiencia, actualización tecnológica y competitividad de la producción agrícola dominicana.
Influenza y resurgimiento de Covid invaden las consultas de los neumólogos
Pensiones promedio del quintil más alto estuvieron por debajo de los RD$30,000 al 2022, según Cepal
David Ortiz pide construcción de un moderno estadio de béisbol, "llegó el momento"
El gobierno vuelve a bajar los precios de cuatro combustibles
La deportación, un volver a empezar para los migrantes que no desisten del sueño americano