Dominicanos que renuncian al bautismo en la iglesia católica: un signo de protesta
Sin procedimiento definido, la apostasía es un paso que algunos han decidido tomar A 2016, El Vaticano contabilizó en el mundo a 1,299 millones de católicos bautizados
Por tercera vez en casi tres meses, Reinaldo del Orbe Martínez se presenta a la oficina del Arzobispado de Santo Domingo. La recepcionista lo observa con tedio mientras le escucha, luego toma la hoja que le pasan, hace una llamada, grapa un pequeño papel sobre la hoja. Se despide sonriente. “Me dice que llame a este número para saber el curso de mi solicitud”.
Reinaldo es uno de los 1,299 millones de católicos bautizados a nivel mundial, según estadísticas presentadas por El Vaticano hasta el 2016. Pero ya no quiere ser católico, quiere renunciar a un bautismo que recibió cuando tenía 2 años. Quiere apostatar.
De acuerdo con el Código de Derecho Canónico, el conjunto de normas jurídicas que rige internamente la iglesia católica, la apostasía es “el rechazo total de la fe cristiana”, o al menos la fe cristiana desde la visión del catolicismo, una fe a la que muchos se adscriben por tradición y en la que incluyen a sus hijos desde los primeros meses de edad por vía del bautismo, un sacramento que se anula para hacer efectiva la apostasía.
“Yo prefiero llamarle ‘Reivindicación moral’, porque la razón por la cual lo hago es porque me avergüenzo de formar parte de ese clérigo de alguna manera, y saber que mi nombre es contado entre la lista de sus bautizados, me da una carga emocional difícil de llevar, me siento culpable por los crímenes políticos que comete la iglesia”, expresa Reinaldo, un joven de 30 años que tuvo una vida activa en la iglesia católica y hasta consideró ser sacerdote.
Y entre los hechos Reinaldo señala tres que determinaron su decisión: el encubrimiento al nuncio Józef Wesolowski, acusado de abuso sexual a menores de edad en República Dominicana, la oposición a las tres causales del aborto y a políticas públicas a favor de la comunidad LGBT.
Reinaldo no es el único. Alek Morillo, un diseñador gráfico, también ha decidido apostatar. “Mi lucha es contra la imposición y el oscurantismo, la obligación y esta doctrina que principalmente busca la iglesia imponer de modo totalitario”, comenta Alek al ser entrevistado por DL.
Alek también fue un joven activo en la iglesia católica desde su niñez. Estudió en un colegio dirigido por religiosos católicos, pero siempre se reveló ante una doctrina que asegura definió desde los 14 años como absurda e ilógica y que, sostiene al igual que Reinaldo, utilizan sus números de bautizados como medio para presionar a los Estados y mantener sus privilegios.
¿Cómo se renuncia a ser católico?
A pesar de que la iglesia católica no establece un procedimiento, aquellos que quieran cortar lazos con ella se amparan en el derecho de la libertad religiosa, contemplado en la Constitución y en las leyes relativas a la protección de datos personales. Esta premisa es aplicada varios países, como España, Chile y Argentina, donde se han realizado apostasías masivas como respuesta a escándalos y a la incidencia de la iglesia en temas como el aborto.
En el caso de Reinaldo y Alek, sus solicitudes - que incluyen una copia de sus actas bautismales- refieren en el artículo 45 de la Constitución dominicana que garantiza la libertad de conciencia y de cultos, derecho refrendado por artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el artículo 18 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
También se acogen al artículo 44 inciso 2 de la Carta Magna que apunta al derecho de acceso a la información y datos que reposen en registro oficiales o privados, así como al artículo 14 de la Ley 172-13 de Protección de Datos que establece que “Toda persona tiene derecho a que sean rectificados, actualizados y, cuando corresponda, suprimidos, los datos personales de los que sea titular”.
De acuerdo con esta última ley, se da un plazo de 10 días para la contestación de las solicitudes de Habeas Data. Reinaldo y Alek esperan desde el 23 de agosto una respuesta de la Arquidiócesis de Santo Domingo.
Respondiendo una solicitud de información sobre este tema, la Conferencia del Episcopado Dominicano explicó que en el país la apostasía es un proceso “casi inexistente” y en el caso de que se reciban solicitudes “el obispado considera a quien encarga para eso, pero no es tarea de los tribunales” eclesiásticos.
“Es bastante sencillo. La gente manda una carta, se hace la solicitud y se tramita a la parroquia correspondiente”, reseñó la información suministrada por el Episcopado Dominicano. No obstante, Reinaldo y Alek afirman que hasta ahora, y a pesar de sus insistentes visitas y sus llamadas, ningún responsable del Arzobispado de Santo Domingo les ha respondido para saber el estado de sus peticiones.
Ambos saben que pueden pasar meses sin que reciban respuesta. Ante esta perspectiva, Alek mantiene espacios en Instagram y Facebook para informar a posibles interesados en apostatar sobre el proceso bajo el nombre de “Desbautización masiva en la República Dominicana”.
“La idea es que todo el que sienta que no quiere pertenecer se salga. Tengo pensado hacer una actividad para hacerle llegar el mensaje a muchas personas más. Incluso personas que profesan otras religiones ahora, a quienes cuentan y así hacen ver que tiene la mayoría para recibir fondos, patronatos en el sector salud y en el educativo”.
Sólo se pone una nota
Una fuente del Episcopado Dominicano explicó a DL que en caso de cursar una solicitud de apostasía el registro no es borrado ni destruido. “Los libros son propiedad de la iglesia. Son unos archivos que han jugado un papel importantísimo, antes de existir las oficialías las iglesias tienen archivos de nacimientos, matrimonios y defunciones. Ahora si por el motivo que sea quieres abandonar la iglesia católica, la apostasía que es renunciar a la fe, simplemente en el acta se le pone una nota de que esa persona no quiere afiliación con la iglesia católica”.
Joan Manuel Ferrer Rodríguez, miembro del Instituto Dominicano de Genealogía, señala en su artículo “La partida de bautismo más antigua de República Dominicana”, que el registro sistemático y obligatorio de partidas sacramentales fue impuesto a partir del concilio de Trento, celebrado entre los años de 1545 y 1563.
“En nuestros archivos obra copia de un interesante pleito del siglo XVIII, tocante a la siempre contenciosa familia de los Colón, donde se sugiere que en Santo Domingo el procedimiento inició con cierto rigor cerca del 1580”, específica Ferrer Rodríguez en el texto publicado en la web del Instituto Dominicano de Genealogía.
El registro civil en el país empezó a ser organizado antes de la Independencia Nacional, cuando pasamos de ser colonia española a territorio de Haití, con la invasión del territorio en 1822.
Consecuencias
Apostatar te deja fuera de participar en cualquier sacramento de la iglesia católica. No puedes ser padrino o madrina de bautizos o matrimonios y si contraes matrimonio con un católico se te trata como un no católico y a la hora de la muerte tu familia no podrá celebrar ningún rito sacramental sobre tu persona.
Para Reinaldo y Alek estas consecuencias no son de importancia, pero su decisión si les ha acarreado el cuestionamiento de sus familiares.
“Esa es la parte más dolorosa, porque aún cuando he expresado infinidad de veces todos los puntos por los cuales quiero la apostasía, mi familia sigue pensando en especial mi madre que son cosas satánicas”, lamenta Reinaldo del Orbe.
Alek, a quien bautizaron con poco menos de dos años, ha recibido también una reacción parecida de su madre. “Se sintió muy mal mi mamá, pero ya ella ha aflojado un poco. Ella misma me dice que hay mucho abuso en la iglesia, pero ella sigue por tradición, a ella le gustan las tradiciones”.
No obstante, consideran que su decisión es una forma de no solo hacer evidente en hechos su rechazo a las acciones cuestionables de los líderes católicos, sino como un ejercicio de coherencia y honestidad.
“No veré un cambio en mi vida, pero sé que seré un granito de arena para aportar a los cambios, que aportó para que el planeta se desreligionice y mi primer paso es la desbautización”, sostiene Alek.
“Esta lucha es moral”, apunta Reinaldo.
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