Los diferentes tonos de la reelección para bailar un mismo ritmo

Gustavo Montalvo (Fuente externa)

SANTO DOMINGO. El influyente ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, ha puesto nueva vez, junto a otros, sobre el tapete el tema de la reelección presidencial al anunciar que la misma no es de interés del mandatario.

Primero fue el dirigente del Partido de la Liberación Dominicana, Félix Jiménez, quien afirmó que a Danilo Medina no le interesa permanecer en el Poder Ejecutivo más allá del año 2020.

Pero antes escuchamos pronunciamientos de diferentes sectores a favor de la reelección, incluso aparecieron letreros en gran parte del país promoviendo un nuevo periodo del mandatario. El senador, Rafael Calderón, por la provincia de Azua de Compostela, se destapó hace varios días con un pronunciamiento a favor de la reelección, que cuenta con un impedimento constitucional.

Los pronunciamientos de estos funcionarios allegados al gobierno no son casuales ni producto de su imaginación, sino que detrás de ellos se esconden propósitos políticos movidos astutamente.

Muchos se preguntan por qué se recurre al tema, que provoca pasiones a favor en y contra, en momentos en que se conmemora el primer año de gestión del segundo mandato de Medina que no ha recibido buena evaluación por parte de muchos analistas, que consideran que el mismo marca el declive de la popularidad que gozó en años anteriores.

Llama la atención que no sea el propio mandatario quien haya tomado la palabra para anunciar una decisión que compete a él divulgar, pero hay que aducir que en los hechos se desmiente porque la población percibe un entramado reeleccionista, sobre todo después que hace varios años dijo que para reelegirse tendría que comerse un tiburón podrido.

El anuncio de Montalvo de que el mandatario descarta la reelección ocurre también en momentos que en el gobierno es cuestionado por casos de presuntos actos de corrupción.

Incluso analistas políticos destacan como hechos notables durante el primer año de gobierno de Medina los actos de corrupción, entre los que más se destaca el de la Odebrecht, considerado por mucho como una “mega corrupción”.

La oposición le enrostra que en la construcción de Punta Catalina, una obra emblemática, hubo el pago de sobornos y sobreevaluación por parte de la Odebrecht por lo que exige llevar a la justicia los presuntos responsables de ello.

Además el surgimiento de la Marcha Verde, que mantiene un fuerte cuestionamiento a los actos de corrupción y exige el cese de la impunidad, cuestiona el accionar del gobierno en este sentido como antes no lo había hecho la oposición.

La Marcha Verde es un movimiento cívico que ha movilizado millones de personas en todo el país como nunca antes se había visto, sin que las mismas sean estimuladas con dinero, alcohol, comida u otro tipo de prebenda.

Que se pretende

Tras estos pronunciamientos de allegados el gobierno, en el sentido de que el mandatario no optará por una nueva reelección es evidente que busca poner a girar a la oposición política y la opinión pública en torno a este tema, que le conviene más al gobierno que se siga debatiendo el tema de la corrupción y otras debilidades que exhibe el gobierno. En fin se busca que todos bailemos alrededor de la reelección.

Además eso ha dado pie a que la oposición entre dentro de este juego político y haya iniciado su campaña a destiempo, ahora está la lucha entre Hipólito Mejía y el Luis Abinader por obtener la nominación presidencial, en el Partido Revolucionario Moderno. En el PLD ocurre lo mismo ya han comenzado a sacar los pies para iniciar la carrera para obtener la candidatura.

Mientras eso ocurre, se trata de acallar las voces que relaman justicia en relación a los actos de corrupcion y los temas candentes que afectan al país como la crisis hospitalaria.

El objetivo es desplazar de la palestra pública temas que no favorezcan al gobierno para encarrilar al país a una campaña electoral a destiempo, con lo que se libraría de las críticas que actualmente les formulan por su pobre gestión en la lucha contra la corrupción, la crisis hospitalaria, entre otras.

El gobierno se siente incómodo con la Marcha Verde, la cual no ha podido neutralizar a pesar de que ha recurrido a diversos métodos: desde la campaña de descrédito por sus bocinas hasta llegar al extremo de acusar a una de sus dirigentes de narcotraficante, como ocurrió con Juan Comprés, el Peregrino de Moca.

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