Florián, el capo más temido de RD, dejó de ser

Designan comisión y acuartelan seguridad de tres penales

Rolando Florián Féliz enfrentó a un oficial de la cárcel de Najayo. CORTESIA SIN

Santo Domingo. Rolando Florián Féliz, considerado por muchos el capo más temido del país, dejó de ser. La muerte le llegó el sábado por la noche, en medio de un incidente, aún no esclarecido,  dentro del recinto carcelario de Najayo, donde guardaba prisión.

Siete disparos, salidos del arma del capitán de puesto en la cárcel, Lino Oscar Jiménez, fueron la causa de  muerte, según las informaciones ofrecidas por el director General de Prisiones, Manuel de Jesús Pérez Sánchez.

El reporte oficial, dice que a eso de las 9 de la noche,  tres horas más de las permitidas a las visitas, el capitán Jiménez "le reiteró a Florián que debía terminar la visita que le hacían Danerys Mejía de los Santos y Yury Lora, desde las 4 de la tarde".  

La reiteración habría sido razón para que el recluso le  infiriera heridas de arma blanca en la cara al agente, que para ese momento estaba desarmado.   "El recluso persiguió fuera de su área de reclusión al capitán, momentos en que el oficial se dirigió a buscar un arma de fuego con la cual propinó las heridas que le causaron la muerte", informó Pérez Sánchez, en una rueda de prensa en la que sólo leyó una nota  y se negó a responder preguntas. 

Dijo, además, que, conforme a las versiones de los testigos, Florián caminó hasta su celda y salió nueva vez para buscar ayuda.  Ante el hecho, el procurador general,  Radhamés Jiménez, designó una comisión para investigar, conjuntamente con la Policía, lo ocurrido.  Dicha comisión la integran el procurador adjunto Ramón Madera, el fiscal del Distrito Nacional, Alejandro Moscoso Segarra, el supervisor general de Prisiones, Henry Garrido y el supervisor policial de cárceles, Ricardo Rodríguez. 

En Prisiones se dispuso el acuartelamiento de toda la seguridad de las cárceles de Najayo, La Victoria y Monte Plata.    Pese a todo, la cárcel lucía normal y las visitas fluían como de costumbre ayer.

Florián Féliz de 43 años, era  estudiante de odontología de la UASD, cuando fue detenido en el 1994 y condenado a una pena de 20 años, por el tráfico de 953 kilos de cocaína.   Pasó por los penales de La Victoria, Monte Plata, donde estuvo en celdas de alta seguridad.  Desde el 2005 lo trasladaron a una celda común en  Najayo.

A lo largo de sus 14 años en prisión,  el nombre de Florián se vinculó a varios expedientes de droga y asesinatos,  entre los que se destaca el secuestro y muerte de Víctor Augusto Féliz Matos, hecho por el cual fue condenado a seis años de cárcel.  También fue condenado a cinco años por un intento de fuga. En varias ocasiones intentó salir bajo libertad condicional.  Los últimos intentos datan de enero pasado, pero la solicitud le fue negada.

Los hechos

Luego del incidente en Najayo, Florián fue trasladado al Hospital Juan Pablo Pina de San Cristóbal.  Un gran número de policías y familiares acompañaba al recluso, que llegó consciente y pidiendo que lo llevaran a la Plaza (de la Salud), según personal médico que lo asistió.  Del hospital fue trasladado al Marcelino Vélez,  en la capital, donde falleció a eso de las 11 de la noche.

Capitán herido explica cómo mató a Florián Feliz

"Él salió para matarnos". Así lo consideró el capitán Lino Oscar Jiménez, quien estaba de puesto en la cárcel de Najayo cuando  recibió una herida en los labios y en varios dedos por parte del recluso Rolando Florián Feliz, durante el incidente que le cobró la vida al preso.

El oficial, quien se encuentra estable en el Hospital Central de la Policía Nacional, narró a DL el hecho. "Habían dos mujeres en una celda. El coronel Apolinario (encargado de la cárcel) quería que las dos  salieran y el reo no quería", dijo.

"Cuando sale el reo, salió de la celda con un cuchillo y fue a darle una puñalada al coronel. Cuando él va a tirarle una puñalada  entonces yo tengo un palo en la mano y le digo: ¡cuidado si tú vas a matar al coronel!, ¡ten mucho cuidado!", relató.

Dijo que cuando Florián lo vio "ahí fue que se puso rabioso". "Me tiró como ocho veces, puñaladas, y me cortó la boca y los dedos. Entonces un sargento tenía la pistola en el bolsillo y yo se la saqué...Yo estaba ahí ciego, bañado en sangre. Saqué la pistola, la sobé y le disparé", contó.

En el incidente, Florián recibió siete heridas de balas con entrada y salida. "Yo no le iba a tirar tantos balazos, pero fue que el gatillo se corrió", explicó.

"Cuando me tiró la tercera (puñalada) me cortó la boca porque él tiraba para degollarme", dijo. Indicó que nunca había hablado con el occiso y que sólo hacía retén. "Estoy vivo por un milagro de Dios y el coronel también", consideró.

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