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Crisis humanitaria en Africa, Trump restringe ayuda

Hacen falta al menos 4.400 millones de dólares para fines de marzo para evitar una “catástrofe” en Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen, según dijo el secretario general de la ONU Antonio Guterres a fines de febrero.

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Crisis humanitaria en Africa, Trump restringe ayuda
Un niño malnutrido es pesado en un hospital para niños de Juba, en Sudán del Sur, el 14 de marzo del 2017, bajo la mirada de otras madres. (MACKENZIE KNOWLES-COURSIN/UNICEF VIA AP)

NAIROBI. Tres países de África enfrentan la perspectiva de una hambruna en la peor crisis humanitaria que vive el mundo en 70 años, justo cuando el presidente estadounidense Donald Trump propone una reducción en la ayuda extranjera, que podría hacer que Estados Unidos abandone su papel histórico como el principal donante en casos de emergencias.

Varios expertos creen que si los profundos recortes son aprobados por el Congreso y Estados Unidos no contribuye a combatir la crisis de África, la creciente sequía y la hambruna podrían tener graves consecuencias, incluida una nueva ola de migrantes que tratan de llegar a Europa y más apoyo a agrupaciones extremistas islámicas.

Las hambrunas derivadas en parte de conflictos internos que enfrentan Nigeria, Somalia y Sudán del Sur desembocaron en hambrunas casi simultáneas. Casi 16 millones de personas corren peligro de morir de hambre en los próximos meses en esos tres países.

Ya se ha declarado una hambruna en dos condados de Sudán del Sur, donde hay un millón de personas al filo de la muerte por falta de alimentos, de acuerdo con funcionarios de las Naciones Unidas. Somalia declaró un estado de emergencia a raíz de una sequía y tiene 2,9 millones de personas que padecen una crisis alimenticia que podría dar paso a una hambruna, de acuerdo con las ONU. Y en el noreste de Nigeria, hay graves problemas de malnutrición en áreas afectadas por la violencia de los extremistas de Boko Haram.

“Estamos frente a la peor crisis humanitaria desde la creación de las Naciones Unidas”, afirmó Stephen O’Brien, director de los servicios humanitarios de la ONU, ante el Consejo de Seguridad tras visitar este mes Somalia y Sudán del Sur.

Hacen falta al menos 4.400 millones de dólares para fines de marzo para evitar una “catástrofe” en Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen, según dijo el secretario general de la ONU Antonio Guterres a fines de febrero.

Pero la ONU dice que solo se han recibido el 10% de los fondos.

El presupuesto de Trump reduciría el alcance de programas que ayudan a las personas más vulnerables del planeta, de acuerdo con Mick Mulvaney, director de presupuestos del presidente. “Se gastará menos dinero en la gente del exterior y más en casa”, declaró.

Estados Unidos ha sido siempre el principal donante de la ONU. En el 2016 donó más de 2.000 millones de dólares al Programa Alimenticio Mundial, una cuarta parte de su presupuesto.

“Nunca vi una amenaza como esta a algo que tenía un consenso de los dos partidos grandes, que opinaban que la ayuda humanitaria era algo vital para nuestra seguridad”, manifestó a la Associated Press Steven Feldstein, quien fuera subsecretario de estado del gobierno de Barack Obama.

En una entrevista ofrecida la semana pasada en Washington a la AP, el líder de la mayoría del Senado Mitch McConnell rechazó la idea de recortar la ayuda exterior. “Ser fuerte es algo que va más allá de reforzar el Departamento de Defensa”, expresó. “La diplomacia es importante y no creo que estos recortes en el Departamento de Estado sean indicados porque muchas veces la diplomacia es mucho más efectiva --y mucho más barata-- que las confrontaciones militares”.

Las crisis de Nigeria, Somalia y Sudán del Sur son más desgarradoras todavía por el hecho de que son causadas por el hombre, según expertos, aunque el cambio climático también ha incidido en Somalia y Nigeria, de acuerdo con J. Peter Pham, director del Centro para África del Consejo Atlántico.

Sudán del Sur padece una guerra civil desde el 2013 en la que han muerto decenas de miles de personas y que ha impedido el cultivo de alimentos. En Nigeria y Somalia, grupos extremistas afines a Boko Haram y al-Shabab han resultado un hueso duro de roer y ambas organizaciones controlan territorios, lo que complica la llegada de ayuda.

“Sin aportes importantes del gobierno estadounidense, será más difícil atraer contribuciones de otros donantes y satisfacer las necesidades mínimas para salvar vidas”, manifestó el viernes Nancy Lindborg, presidenta del Instituto por la Paz de Estados Unidos, ante la comisión de relaciones exteriores del Senado.

Los países vecinos ya están sufriendo las consecuencias de la hambruna. El director del programa de refugiados de la ONU dijo que Uganda ya no da abasto tras recibir 570.000 refugiados sursudaneses desde julio.

Otros que le huyen al hambre podrían intentar llegar a Europa.

“Los países vecinos van a sentir presiones. En algunos casos la gente seguirá las rutas tradicionales de migración, desde el Sahel hasta Europa o desde el sur a otros destinos de África”, declaró a la AP Joseph Siegle, director de investigaciones del Centro para Estudios Estratégicos.

“Hay 19 países que tienen algún problema de alimentos en África, y tres de ellos enfrentan condiciones de hambruna. En los tres hay conflictos y la gran mayoría de los países que enfrentan crisis más serias no tienen gobiernos democráticos”, dijo Siegle.

“El hambre puede ser prevenido si queremos”, dijo Alex de Waal, director ejecutivo de la Fundación por la Paz Mundial.

Por JUSTIN LYNCH, Associated Press

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El reportero de la Associated Press Stuart Graham colaboró en este despacho desde Johannesburgo.

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