Definen libertad de Fujimori en medio de zozobra en Perú
Un juez de Perú analiza el lunes si la candidata presidencial Keiko Fujimori retorna a la cárcel por un caso de lavado, mientras el país sigue en zozobra por unos comicios presidenciales inconclusos.
La derechista Fujimori no ha aceptado su derrota luego que, tras el conteo de todas las actas electorales, el izquierdista Pedro Castillo terminó primero con 50,125% y 44.058 votos de ventaja.
Fujimori -que quedó con 49,875%- extendió la incertidumbre electoral tras pedir anular 200.000 votos de Castillo a quien acusa sin pruebas contundentes de orquestar un “fraude”. La derechista recibe el apoyo de la élite económica, de militares jubilados y de gran parte de la prensa capitalina.
Sus problemas judiciales van de forma paralela. Está acusada de lavar dinero con millones de dólares recibidos de la constructora brasileña Odebrecht y de otros peruanos poderosos que le otorgaron efectivo en maletas para sus campañas presidenciales de 2011 y 2016, donde ella perdió.
La fiscalía busca encarcelarla porque afirma incumplió estrictas normas de conducta que le permitieron salir en libertad condicional en 2020 y postular. El fiscal del caso José Domingo Pérez pidió no aceptar la solicitud de Fujimori, quien exigió que la audiencia sea presencial.
Pérez insistía en que la sesión fuese virtual con el argumento de que una sesión presencial convocaría una multitud de partidarios de la candidata hostiles al fiscal y, además, podría arriesgarlo a un “posible contagio” por COVID-19.
La justicia peruana analizará desde las 2000GMT del lunes los argumentos de la fiscalía, así como de la defensa de Fujimori. No está claro si la decisión judicial se conocerá durante la jornada.
La fiscalía afirma que Fujimori se comunicó con uno de los testigos del caso de lavado y por eso debe terminar de cumplir los 13 meses que le restan detrás de las rejas por entorpecer la justicia y por peligro de fuga mientras es investigada. La candidata ya estuvo tres veces en la cárcel.
Si Fujimori pierde las elecciones, empezará un juicio por lavado cuyos efectos podrían ser devastadores para la candidata, su esposo y su partido político Fuerza Popular.
El fiscal José Domingo Pérez acusa a Fujimori de ser la jefa de un grupo criminal, de lavado de activos, de obstrucción de la justicia y de falsa declaración en procedimiento administrativo.
Pérez ha pedido 30 años de cárcel para Fujimori, 22 años para su esposo, el estadounidense nacionalizado peruano Mark Villanella, y otras solicitudes que incluyen a 38 implicados cuya sumatoria detrás de las rejas superan en total más de 800 años.
Tampoco podrá cumplir con una de sus promesas de campaña: Liberar a su padre, el expresidente Alberto Fujimori, condenado a 25 años de cárcel por corrupción y por ser autor intelectual en el asesinato de 25 peruanos por militares financiados por su gestión (1990-2000) que mataban en secreto a civiles.
En cambio, si Fujimori gana las elecciones su juicio se congelará por cinco años mientras dure su mandato debido a que un presidente no puede tener juicios activos durante su gestión.
El sábado, Keiko Fujimori convocó a miles de seguidores y les dijo que “está en juego nuestro presente y nuestro futuro”. Tenía en la mano una bandera de Perú y añadió en medio de aplausos y vivas “está en juego la democracia y las libertades”.
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