Salvar al país
La posible salida de los Estados Unidos de los Acuerdos de París sobre el cambio climático, sumado a la incapacidad de China de resolver sus problemas ambientales y la creciente deforestación de ese pulmón del globo que es Brasil, plantean a la Humanidad una cuestión de supervivencia inédita en la historia.
Esta crisis, junto a la proliferación de armas nucleares en manos de naciones irresponsables, la creciente amenaza del terrorismo que rompe las lealtades nacionales y el consumo irresponsable de un mundo que cada día demanda más bienes, son peligros tan inminentes que nadie está a salvo de ellos.
Para nuestro país, una pequeña isla perdida en la mar océana, los retos que le plantea el calentamiento global, los fenómenos naturales como El Niño y La Niña y nuestra incapacidad para resolver problemas de orden interno y de mantener fronteras seguras, debieran promover una acción general pública y privada para crear condiciones que mitiguen los daños que ya comenzamos a sufrir.
Tenemos que dejar la “política pequeña” y concentrarnos en la verdadera política: la de salvar al país.