El verdugo se solidariza con el reo...
Qué cambio con lo que les pasó a los del Peme
Todavía es temprano para todo, y se supone que en la ocasión no se reproducirán situaciones de la vez anterior. Aunque nunca se sabe.
Uno que otro peledeísta que fue a dar con sus huesos a la cárcel por el Peme, se sintió abandonado, o por el partido o por el liderazgo mayor.
Incluso se llegó a cambiar de adhesión y dejarse ganar por el gobierno de entonces, sin que quedara claro si tránsfuga de circunstancia o síndrome de Estocolmo.
La solidaridad anda subiendo y bajando escaleras en el palacio de Justicia de Ciudad Nueva, aun cuando los peledeístas sean víctimas de sí mismos. Solicitan suspensión a los organismos a que pertenecen, pero el partido parece no enterarse, o por lo menos no ve la prisa, o acoge el principio constitucional de inocencia.
Los chismes se uniforman, pero nadie los llama a juego, pues es mejor disimular que tener que remediar. Y la verdad que son vientos de fronda, no de tormenta, o imposibles de tumbar cocos. Los días dirán, pero como Iglesias -padre- no está entre los procesados, nadie espera que se tropiece de nuevo con la misma piedra.
Además, Olivo, que los vio, dijo que están de buen ánimo.