Se llama terrorismo

La violencia se multiplica

Los atentados de los últimos días parecerían una reacción a los planes de reforma de la Policía Nacional. Son un nuevo formato de los “intercambios de disparos”: ahora los perpetradores van de incógnito y demuestran equipamiento y formas entrenadas y las víctimas diferentes particularidades.

Llama la atención especialmente el ataque a Wilman González y familiares. En la escena del atentado miembros del Dicrim colectaron  46 casquillos de fusil y 21 de calibre 9 mm. En uno de los vehículos de los atacantes, un Hyundai blanco, se recogieron tres casquillos de fusil.

Armas no les faltan. González había sufrido otro atentado hace ocho días y estaba en libertad condicional, acusado de tres homicidios. Ese intento de asesinato previo no le impedía, una semana después, turistear en grupo.

¿Cómo llamamos a estos violentos sucesos? En cualquier otro país hablarían de terrorismo, palabra que no utilizamos aquí porque no se considera que haya grupos terroristas sino sicarios contratados. ¿Por quién? ¿De dónde salen estos candidatos a matar, tan apertrechados, tan entrenados?

Los ataques refuerzan la idea de que es más necesaria y urgente la reforma de la Policía Nacional. Que el país necesita un cuerpo policial más entrenado, más honesto, más profesional y más depurado. Que además de recoger casquillos en la escena de los crímenes “recojan” a los asesinos. Que inspire confianza, cosa que ahora mismo no ocurre.

(En la misma semana en que un acusado de tres homicidios en libertad condicional paseaba con familiares y amigos, un preso condenado a 30 días y que llevaba dos años encerrado en prisión preventiva moría por una enfermedad grave antes de salir a la calle.)

Inés Aizpún es una periodista dominicana y española. Ha recibido el premio Caonabo de Oro, el Premio de la Fundación Corripio de Comunicación por su trayectoria, y el premio Teobaldo de la Asociación de Periodistas de Navarra.