Tabaquismo y enfermedad cardiovascular

Se estima que, por cada 10 cigarrillos que se fuma por día, el riesgo de muerte por enfermedad cardiaca aumenta un 18% en hombres y un 31% en mujeres. Los efectos del consumo de tabaco en el sistema cardiovascular incluyen: enfermedad coronaria (infarto agudo del miocardio, enfermedad isquémica, angor y muerte súbita) accidente cerebrovascular, enfermedad vascular periférica y aneurisma de la aorta abdominal.

Los fumadores de 15 cigarrillos por día tienen el doble de riesgo que los no fumadores de tener un infarto y los que fuman más de 25 cigarrillos por día tienen más riesgo. Diversos estudios muestran que fumar cigarrillos light o suaves NO modifica este riesgo. Al año de dejar de fumar el riesgo disminuye a la mitad y a los 15 años de haber dejado, el riesgo es similar al de un no fumador.

Hay dos factores por los que el tabaco puede producir una isquemia coronaria:

Nicotina. Desencadena la liberación de las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) que producen daño en la pared interna de las arterias (endotelio), aumenta el tono coronario con espasmo, altera la coagulación, incrementa los niveles de LDL (colesterol malo) y reduce los de HDL (colesterol bueno)

Monóxido de carbono. Disminuye el aporte de oxígeno al miocardio y aumenta el colesterol y la agregabilidad plaquetaria (su capacidad de unirse y formar coágulos).

Los efectos del tabaco en la salud y la economía

El consumo de tabaco se lleva la vida de más de 7 millones de personas cada año.

En el Día Mundial Sin Tabaco 31 DE MAYO 2017, la OMS recuerda la amenaza que representa este producto para el desarrollo de los países de todo el mundo y hace un llamamiento a sus gobiernos para que apliquen medidas firmes de control del tabaco, como la prohibición de comercializarlo y publicitarlo, la promoción del empaquetado neutro, el aumento de los impuestos especiales y la prohibición de fumar en espacios públicos cerrados y lugares de trabajo.

Vencer la adicción a la nicotina requiere más que fuerza de voluntad y resolución. La mayoría de las personas que tienen dificultades para dejar el hábito comienzan a fumar de nuevo en los tres meses siguientes a haberlo suspendido.

Si tiene un contratiempo, reconózcalo y vuelva a concentrarse en su plan y en su nuevo estilo de vida, que es más saludable.

La autora es presidente Sociedad Dominicana de Cardiología

claudiaalmonte@hotmail.com