Su verdadero objetivo

En todos los países, y en cualquier circunstancia, el sector empresarial no se distingue por dejar pasar las oportunidades de negocios. Aún en condiciones más extremas, como las que pueden existir en Venezuela o Rusia, hay segmentos del empresariado que subsisten y prosperan.

Una peculiar situación está teniendo lugar en la economía estadounidense. Importantes grupos empresariales han visto mejorar sus perspectivas de negocios con la llegada del nuevo gobierno, hecho que se refleja en el precio de mercado de sus acciones. Tal ha sido el impacto que ha desplazado su anterior obsesión con la tasa de interés establecida por la Fed, el banco central de los EE.UU. Su atención está puesta ahora en la capacidad del presidente para lograr que sus iniciativas sean aprobadas por el Congreso, sin interferencia del poder judicial. Estaban, por esa razón, interesados en que la reforma del sistema de salud saliera airosa.

Pero esa reforma no era su verdadero objetivo. Ni tampoco lo son el muro en la frontera mexicana o la deportación de millones de indocumentados. Ni siquiera lo es la salida del acuerdo transpacífico o la revisión del tratado comercial Nafta. Los puntos que realmente les interesan, los que han hecho subir su valoración de mercado, son la rebaja de los impuestos, el desmonte de las regulaciones y el programa de inversiones públicas que el presidente se propone llevar a cabo. Deploraron, de hecho, que el presidente decidiera comenzar por la salud, gastando capital político en un asunto que también envolvió a las administraciones de Clinton, Bush y Obama.

En ese sentido, el tropiezo del proyecto de reforma y su retiro del Congreso puede convenir a esos segmentos empresariales, al dar paso a que los puntos de su interés pasen ahora al primer plano. Consideran que los republicanos que se opusieron a la reforma querrán compensar ese rechazo acogiendo las propuestas fiscales y regulatorias.