Atacando la tasa
Después de estar casi 30 años utilizándola y exaltando sus virtudes, el Banco de Inglaterra, la Reserva Federal, y otros organismos están ahora atacando la tasa Libor, calificándola como "estructuralmente deficiente".
La Libor es una tasa de "referencia", pues sirve de base para que otras tasas se establezcan. Dado que es un promedio de las tasas que pagan los bancos londinenses más grandes, lo que implica riesgos muy bajos, se le usa como una medida del costo básico del dinero, para plazos y monedas diferentes. Otras tasas, que involucran riesgos mayores, se expresan como un tanto por ciento sobre la Libor.
Es importante comprender que la Libor no es una "tasa de política" económica, como son las que fijan los bancos centrales (incluido el de la RD) y que también sirven como referencia para las tasas de los préstamos bancarios. La Libor, en cambio, no es una tasa "fijada" por ninguna institución. Es un dato que debe reflejar una realidad de mercado en un momento determinado.
Pero, ¿la refleja realmente? Ése es el punto clave del asunto. Si los bancos reportan tasas falsas y la Libor se calcula en base a ellas, el resultado no presentará la situación real del mercado.
Se alega que los bancos reportaron tasas menores que las verdaderas, lo que podría lucir irracional, porque les hubiera convenido más aumentarlas, para cobrar más por sus préstamos. Si las bajaron, los beneficiarios fueron países como el nuestro, que recibe créditos ligados a la Libor.
Pero no fue irracional. El objetivo era mejorar la imagen de solidez del banco en cuestión, pues mientras más bajo fuese el costo del dinero para él, menor era el riesgo que se supone otros bancos atribuían a facilitarle fondos. Su propósito, por lo tanto, no fue bajar el promedio de las tasas, sino sólo la suya. Para subir el promedio de tasas, los bancos tendrían que ponerse de acuerdo, lo que es más difícil y peligroso.