Universidad dominicana está próxima a conseguir una patente en el extranjero
En tanto, la Universidad Iberoamericana tiene una solicitud nacional para un nuevo biomaterial odontológico
SANTO DOMINGO. En este mes o en octubre la República Dominicana podría conseguir el primer registro en el exterior de un descubrimiento académico, cuando la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) consiga finalmente una patente por una innovación en nanociencias y nanotecnología, áreas que estudian la materia en escalas muy pequeñas.
“Ya está a punto de salir la patente internacional”, afirma David Álvarez, vicerrector de Investigación e Innovación de la PUCMM. Sería publicada como aceptada en los Estados Unidos luego de agotar un proceso de registros que se inició en 2013, que también incluyó a Taiwán y el consorcio PCT, conformado por 148 países. En estos dos últimos aún se está en la fase evaluativa.
La universidad aspira a que le sea concedida una patente por un descubrimiento del profesor Fabrice Piazza, que tiene el potencial de ser implementado a nivel industrial ya que puede mejorar las propiedades químicas y físicas de los nanotubos de carbono, necesarios para el desarrollo de aplicaciones en electrónica y medicina.
Un nanotubo de carbono es un cilindro hueco y extremadamente diminuto cuyas paredes están formadas por átomos de carbono. La innovación de la PUCMM consiste en “el revestimiento de conglomerados de nanotubos de carbono con nanocristales de carburo de silicio y carbono, del tamaño del orden de 10 nanómetros, de manera que el revestimiento se ajuste a la geometría de los nanotubos de carbono”.
Piazza ha explicado que el resultado se obtuvo mediante un nuevo método “a baja temperatura, por debajo de los 200 grados centígrados, que representa una disminución de por lo menos 450 grados centígrados” respecto a lo antes posible, que permitirá integrar los nanotubos con materiales sensibles a la temperatura en la fabricación de equipos tecnológicos y disminuir así los costos de producción cuando se usen nanotubos.
Cuando en enero de 2014 la universidad informó sobre el proceso internacional, se detalló que la investigación -que se realizaba desde 2007- tenía un presupuesto de RD$74 millones, de los que RD$45 millones fueron aportados por el Fondo Nacional de Innovación y Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondocyt) del Ministerio de Educación Superior.
“Nosotros decidimos ir directamente a Estados Unidos (...) porque lo que habíamos logrado es de alta tecnología y al ser de alta tecnología no hay ningún industrial dominicano que diga: Quiero comprar esa patente o quiero utilizarla”, explica Álvarez a Diario Libre.
De recibir la patente, la PUCMM se sumaría al logro del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), que recibió la semana pasada de la Oficina Nacional de Propiedad Industrial (Onapi) la primera patente nacional concedida a una universidad local, por un dispositivo para vehículos.
El profesor Álvarez entiende que en la República Dominicana se celebran las patentes universitarias, pero en otros países es algo más común. Y a eso aspira.
Desarrollos de centros de estudios de los Estados Unidos han sido punto de partida para innovaciones como la bebida Gatorade y medicamentos como al antirreumático Remicade.
“Ya las universidades dominicanas estamos llegando a un punto de madurez en nuestras investigaciones”, afirma Álvarez. La meta es mejorar los indicadores.
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Unibe y la UASD también buscan una patenteLa Onapi tiene en sus registros un requerimiento de patente de la Universidad Iberoamericana (Unibe). “Tenemos una solicitud sometida para un nuevo biomaterial odontológico y hay dos proyectos adicionales que someterán solicitud de patentes también en el área de odontología. No podemos divulgar detalles sobre el diseño”, informa Aida Mencía, decana del Decanato de Investigación del centro de estudios superiores.
Aunque la Onapi no reporta alguna de la estatal Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) como institución solicitante, el director del Centro de Innovación, Emprendimiento y Transferencia Tecnológica de la academia, Sucre Rosario, hace notar que en el cuerpo docente hay iniciativas a destacar.
Está el caso del profesor del Instituto de Química Juan Arias Dipré, quien en 2014 presentó una solicitud para patentar una formulación de plaguicidas ecológicos de múltiple acción –un producto que ya comercializa- y en el presente año tramita otra sobre una tecnología de procesamiento del grano integral del café para la producción de sustancias y productos ecológicamente limpios. De la primera solicitud, el investigador informa que ya pasó el examen de forma y se inició el de fondo.
Otra iniciativa que aún se incuba para una futura solicitud es del profesor de la Facultad de Ciencias, Quírico Castillo. El investigador aspira a patentar una molécula de una planta endémica de la familia asteraceae que pudiera tener actividad anticancerígena.