El cártel de Sinaloa vive pese a la captura de su jefe

El sexagenario veterano del cártel Ismael “Mayo” Zambada está probablemente listo a tomar la posta, según los especialistas.

Joaquín El Chapo Guzmán es obligado a mirar a la prensa mientras es escoltado a un helicóptero esposado por soldados mexicanos en un hangar federal en Ciudad de México, el viernes 8 de enero de 2016. (AP/Eduardo Verdugo)

MEXICO. La recaptura del capo Joaquín “Chapo” Guzmán significó un espaldarazo para el gobierno mexicano, aunque el cártel de Sinaloa continúa con vida pese a haber perdido a su jefe, según analistas.

Esta organización criminal, cuyos tentáculos alcanzan a todas las regiones del mundo, seguirá suministrándose de cocaína en Sudamérica, alimentando la adicción en Estados Unidos y llenando sus arcas de dinero en efectivo.

“La captura no tendrá un impacto más significativo que la victoria moral”, dijo a la AFP Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la Oficina de Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA).

“Esto continúa funcionando. Un golpe no lo va a detener”, agregó.

Para herir al cártel, el gobierno mexicano debería ir sobre sus activos, intervenir cuentas bancarias y propiedades y limpiar toda la corrupción que ha ayudado a levantar esta empresa criminal, consideró el funcionario de la DEA.

“Su infraestructura ha sido desarrollada a través de décadas, y de hecho lo que pasa es que no porque se hayan deshecho de su jefe eso significa que van a colapsar”.

Mientras Guzmán, de 58 años, ahora enfrenta la posibilidad de ser extraditado a Estados Unidos, el sexagenario veterano del cártel Ismael “Mayo” Zambada está probablemente listo a tomar la posta, según los especialistas.

Los hijos de Guzmán están metidos en el cártel, pero Zambada -que no ha pasado una sola noche tras las rejas- es visto como el sucesor natural y quien goza del respeto de sus pares.

Capo a la vista

El mismo Guzmán dijo al actor estadounidense Sean Penn, en una entrevista para la revista Rolling Stone, que el negocio puede caminar sin él.

“El día que yo no esté, no se acaba el narcotráfico”, dice Guzmán en un video, respondiendo las preguntas que Penn le envió meses antes de su captura. El actor también se reunió en secreto con el capo.

Raúl Benítez Manaút, experto en seguridad nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo de su lado, que el cártel siguió operando normalmente durante los 17 meses que Guzmán estuvo en la cárcel de la que se fugó el 11 de julio pasado.

“No está destruido. Debilitado, sí. Pero se puede reconstruir porque tiene al ‘Mayo’ Zambada como operativo”, indicó Benítez.

Guzmán le dijo a Penn que mientras estuvo en prisión su negocio no cambió. “Nada ha disminuido, nada ha crecido”, afirmó el capo.

Benítez considera que algunos de sus rivales podrían ver en la captura de Guzmán una oportunidad de ganar terreno.

“Los que deben estar contentos son los del cártel del Golfo porque son los principales competidores”, señaló el experto.

Los dominios del cártel de Sinaloa están en una amplia región del Pacífico mientras sus rivales operan a lo largo de la costa del Golfo de México.

Las dos organizaciones protagonizaron durante varios años una sangrienta guerra por el control del tráfico de la droga hacia Estados Unidos, en la que el cártel del Golfo salió debilitado por la captura y muerte de varios de sus líderes.

Falta trabajo por hacer

Gustavo Fondevila, experto en seguridad del Centro de Investigación y Docencia Económicas, señaló que el cártel de Sinaloa tratará de evitar la fragmentación o las guerras intestinas que se han visto en otros grupos criminales mexicanos después de que sus líderes fueron arrestados o abatidos.

“Tampoco es un cártel que tenga problemas al interior”, explicó Fondevila.

“Esto no desmerece el trabajo que han hecho los cuerpos de seguridad del gobierno. (...) Atrapar a ‘El Chapo’ igual era muy importante, ¿Como vas a dejar a semejante personaje suelto?”, indicó.

Un funcionario federal, que accedió a hablar en el anonimato, dijo a la AFP que el arresto de Guzmán es “un acierto sin precedentes” para las fuerzas federales. Pero admitió que “siempre hay más trabajo por hacer contra el crimen organizado”.