El rompecabezas de armar la unidad del PLD después de las primarias
Las diferencias entre los peledeístas se extienden a los 158 municipios
Las elecciones primarias han sacado a flote diferencias acumuladas por años en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) dando motivos para que la comunidad política piense en el destino de la organización después del “Día D” y se vean con más claridad las complejidades para armar el rompecabezas de la unidad.
Danilo Medina y Margarita Cedeño, presidente y vicepresidenta de la República, respectivamente, fortalecen esas discrepancias al anunciar su respectivo apoyo a cada uno del aspirante a la nominación presidencial.
La organización, fundada en 1973 por Juan Bosch y un grupo de sus seguidores, se encuentra en el momento más crucial de su existencia con las divergencias entre sus principales líderes, con la agravante de que no hay posibilidad de que algún mediador sea tomado en cuenta por las partes.
El expresidente Leonel Fernández rechazó la firma de un acuerdo propuesto por el también aspirante a la nominación presidencial del PLD, Gonzalo Castillo, para que el derrotado reconozca el triunfo de su adversario en las elecciones primarias, lo cual ayudaría a bajar el nivel de tensión y a recomponer la unidad.
La batalla por ganar las primarias no solo es por la nominación a la presidencia de la República, sino a todos los cargos electivos: diputados, senadores, alcaldes regidores, directores de distritos y sobre todo por el control de la organización.
Se trata de una lucha frontal, extremada en los últimos meses en una campaña como jamás se había visto dentro de la organización, en la que cada sector apunta a destruir al contrario con todo tipo de argumentos. Han relucido las denuncias de la incorporación de miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional a la precampaña, lo que hace recordar la época de los doce años de Joaquín Balaguer, donde esa era una práctica común.
Cualquiera que resulte vencedor en las elecciones primarias, Fernández o Castillo, tendrá que actuar con mucha cautela para poder integrar al trabajo electoral a los seguidores del bando derrotado, cuando se comenta que las diferencias entre la cúpula del liderazgo político más que política es de carácter personal.
Las diferencias se expresan en los 158 municipios y las filiales del exterior en donde compiten las dos tendencias. Muchos temen que ocurran brotes de violencia que las autoridades policiales no puedan controlar en los días sucesivos a las primarias. Se recuerda que en el 2015 murieron en un proceso de primarias cuatro personas por disparos y una cantidad indeterminada resultó herida.
El día después
Esos son los problemas con los cuales lidiará el PLD después del “Día D” después de un disputado proceso interno entre los seguidores de uno y otro bando.
Muchos ponen en dudas que la organización se compacte debido a lo radical de las diferencias de los sectores enfrentados, que han llegado a nivel personal entre Medina y Fernández y se teme que luego de las primarias el enfrentamiento se lleve a los organismos legales del Estado como la Junta Central Electoral, el Tribunal Superior Electoral y el Tribunal Constitucional.
Sin embargo, aún no se cierran las posibilidades de que después de las primarias se llegue a un acuerdo en el PLD, en aras de impedir que se pierdan las mieles del poder, y, sobre todo, de garantizar que muchos funcionarios no se vean en necesidad de dar explicación a la justicia sobre los bienes que hoy ostentan.