Un muerto y ocho heridos por sismo en Puerto Rico
GUAYANILLA, Puerto Rico (AP) — Miles de personas salieron de sus casas en la costa suroeste de Puerto Rico el martes tras un sismo de magnitud 6,4 que dejó un anciano muerto, al menos ocho lesionados y varias construcciones en ruinas.
Desde hace 10 días ha estado temblando en la isla, cada vez con mayor intensidad.
Horas después de que el terremoto ocurrido antes del amanecer dejara sin luz a todo el territorio estadounidense, varios sismos de menor magnitud remecieron el sur de Puerto Rico hasta la tarde del martes. Los sismólogos señalan que no hay forma de saber cuándo terminará la actividad sísmica, por lo que los residentes han decidido hospedarse con familiares o amigos o incluso dormir al aire libre lejos de la costa, temerosos de un tsunami y de la caída de edificios.
“¡Voy a montar la hamaca!”, dijo Miguel Santana, un residente de 38 años de edad de la localidad costera de Guayanilla.
La residencia de Alexandra Colberg, de 27 años, sufrió varias cuarteaduras en la localidad cercana de Guánica, por lo que ella, su esposo y sus cuatro hijos cargaron colchones, un refrigerador, cortinas y ropa en dos camionetas y se mudaron de la casa.
“¿Qué hago con esto?”, le preguntó su hijo de 9 años mientras sostenía un pequeño balde rosa con su mascota, un pez que sobrevivió al sismo.
“Tenemos que irnos porque si no, caemos ahí abajo”, dijo Colberg mientras señalaba a la planta baja desde el segundo piso de su casa. Ella y su familia partieron poco después hacia la localidad montañosa de Hormigueros, donde vive su abuela.
La mayoría de los daños ocurrieron en Guánica, donde una escuela de tres pisos se derrumbó. María Mercedes Alcázar, una guardia de seguridad privada de 63 años, se alistaba a iniciar su turno de 12 horas para proteger los restos de posibles saqueadores. Dijo que no le daban miedo los temblores, a diferencia de sus hijos de 37 y 42 años.
Mario Cruz, un albañil de 49 años que dejó a Alcázar en el lugar, dijo que sigue aterrorizado.
“Emocionalmente no estoy bien”, comentó. “No quiero sentir otro coso de esos”.
El sismo dejó sin electricidad a toda la isla, ya que las plantas de energía se apagan automáticamente para prevenir incendios. Las autoridades indicaron que dos plantas sufrieron daños menores, y anticiparon que el servicio se reanudará en las próximas horas. El aeropuerto principal de la isla operaba con normalidad gracias a generadores eléctricos.
La gobernadora de Puerto Rico, Wanda Vázquez, declaró el estado de emergencia y activó a la Guardia Nacional del territorio. Dijo que alrededor de 300.000 familias seguían sin agua corriente la tarde del martes, y varios cientos más continuaban en albergues.
“Estamos hablando de un evento que Puerto Rico no había experimentado en los últimos 102 años, y estamos hablando también de algo que no podemos predecir', declaró.
El terremoto del martes fue el más fuerte en Puerto Rico desde octubre de 1918, cuando un sismo de magnitud 7,3 se desató cerca de la costa noroeste de la isla, desencadenando un tsunami y dejando 116 muertos.
Puerto Rico se ubica en una zona propensa a los temblores, pero el sismo del martes fue inusual debido a que se produjo justo junto a la costa sur, dijo John Bellini, geofísico del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) en Golden, Colorado.
La mayoría de los grandes sismos en la zona ocurren a unos 95 o 130 kilómetros (60 u 80 millas) de la costa norte de la isla, indicó. Desde 1950, ya son cinco temblores de al menos 6,0 que se registran cerca de Puerto Rico, y todos los demás habían ocurrido más hacia el norte, comentó.
Pero desde el 31 de diciembre se han registrado más de 950 temblores y réplicas en la zona en que ocurrió el sismo del martes, la mayoría de ellos imperceptibles, según el USGS.
Las islas del Caribe son propensas a la actividad sísmica debido a que se ubican en un lugar en el que coinciden dos placas tectónicas. La placa de Norteamérica está siendo empujada debajo de la placa del Caribe en algunas partes de la zona, y ambas placas también se rozan de manera lateral, afirmó Bellini. Conforme se mueven acumulan tensión y a la larga ocurren los terremotos.
La ubicación inusual del sismo del martes significa que los científicos no cuentan con un registro histórico detallado que sirva de guía para intentar calcular la actividad futura. Los residentes pueden esperar réplicas durante algunas semanas, pero irán reduciéndose en magnitud y frecuencia hasta que finalmente cesen, aseguró.
El USGS dijo que, aunque es prácticamente un hecho que se registrarán varias réplicas la próxima semana, la posibilidad de un sismo similar al del martes, o incluso de mayor magnitud, es de alrededor del 22%.
El riesgo de un sismo de al menos 7 de magnitud es sumamente bajo, aseguró el USGS.
El profesor Rey González dijo a The Associated Press que su tío murió después de que un muro le cayera encima en la casa que compartían en la ciudad de Ponce. Nelson Martínez, de 73 años, era discapacitado y González y su padre cuidaban de él.
Ocho personas resultaron heridas en Ponce, detallaron las autoridades. Cientos se sentaron sobre las calles de la ciudad, algunas de ellas cocinando en asadores, temerosas de volver a su casa por miedo de que haya réplicas o daños estructurales.
El presidente Donald Trump fue informado sobre los terremotos en Puerto Rico durante el último mes, incluyendo el del martes, dijo Judd Deere, subsecretario de prensa de la Casa Blanca.
“Funcionarios del gobierno, incluyendo al administrador de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), han estado en contacto con la gobernadora y su equipo durante el día, y seguiremos monitoreando los efectos y en coordinación con las autoridades puertorriqueñas”, dijo Deere.
En el distrito histórico de Ponce, las autoridades evacuaron a más de 150 personas de dos edificios que, dijeron, corrían el riesgo de derrumbarse. Entre ellos había más de una veintena de pacientes ancianos en un asilo, quienes permanecieron en silencio en sus sillas de ruedas mientras la tierra seguía moviéndose.
Gran parte de los daños se reportaron en Guayanilla, donde el alcalde dijo que el municipio no tendrá servicio eléctrico durante al menos dos semanas.
Una iglesia del siglo XIX se desplomó parcialmente en esa localidad.
Ruth Caravallo, de 83 años, se aferraba a la verja de hierro del templo mientras lloraba.
“Mi hermana era la secretaria aquí”, dijo. “Mi esposo murió hace dos meses, y aquí fue su funeral”.
A la vuelta de la esquina, el sacerdote Melvin Díaz habló por teléfono con un amigo y describió los daños que sufrió el lugar.
“La Virgen se cayó. Sí, san Judas sigue intacto”, comentó.
Díaz recorrió la iglesia y expresó su optimismo en las labores de reconstrucción.
“Esto no es un problema, es un desafío”, aseguró.
Algunas personas andaban en bicicleta alrededor de la plaza pública, mientras que otras buscaban sombra debajo de árboles frondosos que se remecían ocasionalmente durante las réplicas.
Un terremoto de 5,8 ocurrido el lunes en la mañana causó el derrumbe de cinco casas en Guánica y provocó daños graves en decenas de residencias. También desencadenó pequeños deslaves y cortes en el servicio eléctrico. Después del sismo se registraron varios temblores de menor magnitud.
El movimiento telúrico provocó que se desplomara una formación rocosa costera llamada Punta Ventana, una popular atracción turística en Guayanilla.
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Los corresponsales Malcolm Ritter en Nueva York y Michael Weissenstein en La Habana contribuyeron con este despacho.