Lula afirma que “el pueblo quiere votar” y se suma al coro “Fuera Temer”
BRASILIA. El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó hoy que “el pueblo quiere votar y no quiere ser dirigido”, en alusión a las presiones por la renuncia del actual mandatario Michel Temer, salpicado por sospechas de corrupción.
“Los brasileños tienen que poder expresarse”, declaró Lula al inaugurar el sexto Congreso Nacional del Partido de los Trabajadores (PT), en medio de un coro que gritaba “Fuera Temer” y exigía la convocatoria inmediata de elecciones directas para escoger un nuevo presidente, a pesar de que no está previsto en la Constitución.
A ese reclamo de “elecciones directas ya” se sumó también la expresidenta Dilma Rousseff, sucesora de Lula en la Presidencia y destituida por graves irregularidades fiscales en agosto pasado.
“Brasil vive un momento de total descontrol” y “es urgente que el pueblo sea llamado para elegir a sus gobernantes”, declaró Rousseff, para quien las elecciones directas “son la única alternativa viable para el país”.
Según las normas actuales, que sólo serían modificadas por medio de una enmienda constitucional, si Temer renuncia o es destituido en el que ya es el tercer año del actual mandato, el Congreso debe ser constituido como colegio electoral y escoger a quien gobernará hasta el fin del período, el 1 de enero de 2019.
La minoritaria oposición que encabeza en el Congreso el PT, sin embargo, intenta alterar la Constitución de modo que pueda haber una elección indirecta en el caso hipotético de que Temer renuncie o pierda el cargo por una decisión judicial.
El actual mandatario es investigado por la Corte Suprema por los delitos de corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y asociación ilícita, pero además podría ser desalojado del poder por la justicia electoral, que la semana próxima juzgará supuestas irregularidades en la campaña que compartió con Rousseff en 2014.
El PT, fundado por Lula y un centenar de obreros e intelectuales en 1980, enfrenta uno de los momentos más difíciles de su historia, tras haber sido desalojado del poder que ocupó durante trece años con la destitución de Rousseff en un proceso que encumbró a Temer, entonces vicepresidente y hoy antagonista.
Pero más allá de eso, muchos de sus principales dirigentes de los últimas décadas están en la cárcel por asuntos de corrupción y el propio Lula responde en tribunales en cinco causas penales, por su supuesta participación en los escándalos destapados en la estatal Petrobras.
Aún en esa delicada situación jurídica, Lula se mantiene como la gran apuesta del PT para las elecciones presidenciales previstas para octubre del año próximo y, hasta ahora, aparece como uno de los favoritos en casi todas las encuestas de opinión.
Según informó el propio PT, el evento inaugurado hoy también servirá para reforzar la defensa política del expresidente, que se dice víctima de una “persecución judicial” que tendría como objetivo impedir que vuelva al poder si decidiera volver a postular a la Presidencia.
Al igual que en los últimos meses, Lula no dejó del todo claro si aceptará volver a ser candidato del PT, pero como ha dicho en más de una ocasión, hoy volvió a dar a entender que está en sus planes y aseguró que su partido “volverá a gobernar este país”.
El Congreso Nacional del PT concluirá el próximo sábado con la renovación de la dirección y la elección de un nuevo presidente de la formación, que será dirimida entre dos activos parlamentarios del partido.
La favorita es la senadora Gleisi Hoffmann, apoyada abiertamente por Lula y quien tiene como único rival al también senador Lindbergh Farias.
Cualquiera sea el resultado, lo único seguro es que el PT pasará a ser presidido por un dirigente investigado por la Corte Suprema.
Tanto Hoffmann como Farias son sospechosos de haber recibido financiación ilegal para sus campañas del grupo Odebrecht, uno de los implicados en el escándalo de Petrobras.