¿Qué nos dejan algunos de los principales expositores de ClaroTec?
Daniel Kraft, Eshter Duflo y José Antonio Meade exploran las políticas públicas necesarias para que las economías de la región resurjan y sean resistentes ante posibles futuros retos de salud
¿Qué ajustes son necesarios en un ecosistema de salud que nos permita minimizar lo más posible el impacto financiero? ¿Cómo trabajamos para una economía sana conviviendo en medio de una pandemia? Son algunas de las interrogantes que ClaroTec respondió en su nueva edición Salud & Economía, que se llevó a cabo los días 18 y 19 de noviembre.
Tres de sus ponentes internacionales, Daniel Kraft, destacado médico-científico, emprendedor e inventor; José Antonio Meade, experto en regulación y finanzas, y Esther Duflo, Premio Nobel de Eonomía 2019, nos plantean los desafíos y las soluciones que demandan los nuevos tiempos en los ámbitos sanitarios y económicos.
Daniel Kraft
BS: ¿Cómo entiende que será el futuro de la industria de la medicina y qué beneficios nos traerá?
DK: Cuando hablamos del futuro de la salud, debemos pensar fuera de las cuatro paredes tradicionales de la clínica. Nos estamos moviendo del hospital a nuestras casas y de ahí a nuestros teléfonos, lugares dentro de nuestros propios cuerpos o locales cerca del hogar. En los Estados Unidos muchas farmacias se han convertido en centros de salud donde puedes recibir cuidado médico a través de equipos especializados, al igual que a través de tus equipos móviles. Este tipo de cuidado se denomina Salud Conectada, Salud Móvil o Salud Digital.
Con el Internet de las Cosa Médicas y el uso de nuevas tecnologías, se creará la oportunidad de unificar toda esta data disponible para tomar mejores decisiones en el ámbito de la salud. La combinación de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial, la robótica, Impresión 3D, la nano-tecnología, la genómica y la realidad virtual, nos permitirá enfrentar los grandes retos que tenemos en la industria y que son comunes en muchas partes del mundo como costos elevados, población envejeciente y la falta de doctores.
BS: ¿Cómo podemos comenzar a incorporar estas tendencias avanzadas?
Para potencializar los beneficios de estas tendencias, debemos acelerar el cambio hacia ese futuro, dejar de pensar en silos y el cuidado según cada especialidad, permitiendo que la tecnología conecte la data recolectada de forma continua, personalizada, proactiva y disponible en cualquier momento y dónde sea que estemos, para que podamos cambiar el tratarnos de forma reactiva cuando nos enfermamos, a cuidarnos en la salud, incluso a un menor costo, de forma más precisa y con mejores resultados.
El hecho de que la tecnología se ha democratizado y casi cualquier persona puede tener un teléfono inteligente o tableta en su bolsillo, nos permite reimaginar nuestro mundo en los próximos años y aumentar el potencial de los equipos y herramientas que empoderarán a los consumidores, permitiéndoles comparar hospitales, médicos, enfermeras, cirujanos. Al tener ya muchos de los cuidados digitalizados, podemos tramitarlos a través de nuestros equipos móviles, que se han convertido en herramientas médicas y de diagnóstico.
José Antonio Meade
BS: Estamos más cerca de lograr tener la vacuna contra la COVID-19, en ese sentido, ¿cuál es la agenda de la que tenemos que hablar en estos próximos meses?
JM: Primero, debemos pensar en cómo contenemos los contagios en la población sana. Si bien no sabemos siempre quién está enfermo, siempre sabremos a quién queremos cuidar, qué población es especialmente vulnerable, quién tienen mayor probabilidad de demandar de nosotros un cuidado de salud. Mientras mejor contengamos al enfermo, cuidemos al vulnerable y mayores elementos de capacidad hospitalaria tenemos, mejor será el espacio para reactivar la economía.
BS: ¿Qué impacto económico podría experimentar la región debido a la pandemia y cuáles protocolos o buenas prácticas se deben implementar para una mejor recuperación?
JM: El impacto a la economía va a depender de la intensidad que tenga cada economía en los sectores que son especialmente vulnerables, a que la movilidad se haya acotado. El virus puso en perspectiva, sobre todo, en algunos países del Caribe, que la diversificación económica importa, y que tener economías muy concentradas en algunos sectores nos hizo especialmente vulnerables. Y esto también es interesante al tiempo de pensar en cómo salir adelante, porque apalancamos en los sectores que son tan extensivos en movilidad, pues nos ofrece un espacio de reflexión y de construcción de política pública. En ese sentido, ¿cuáles protocolos implemento? Mientras más difícil sea el riesgo sanitario, mientras más complicado es el sector, mientras menos visibilidad me ofrezcan las pruebas, más estrictos tendrán que ser los protocolos. Pienso que todos aquellos sectores que están lejos de la enfermedad y que no tienen grandes espacios de densidad, son sectores que debían de recuperarse muy rápido, como la construcción, la manufactura y el sector primario.
Con eso en mente, ¿de qué deberíamos estar hablando en foros como estos?, ¿de qué deberíamos de estar reflexionando en el debate público?, ¿de qué debiéramos estar pensando en el contexto de las empresas? Deberíamos estar hablando de cómo fomentamos el pago sin contacto, cómo aprovechamos la tecnología para hacer que la economía funcione con menos intensidad de contacto, y menos riesgo de contacto, cómo evitamos conglomeraciones, qué viaje sí y cuáles no. Cómo activamos el uso del cubrebocas, qué hacemos con las escuelas, pues no es lo mismo el riesgo en la escuela primaria, en la preprimaria que en la secundaria y en la universidad, cómo recordamos mejores prácticas de higiene, qué hacemos para aislar a quien está contagiado, pero no tiene síntomas y, a lo mejor, cómo administramos y monitoreamos la cuarentena.
Esther Duflo
BS: De cara ante posibles catástrofes, como en el ámbito de salud, ¿cuáles aspectos de las políticas públicas deben transformarse?
ED: Una oportunidad que ha reflejado la pandemia es que hay que devolverle la dignidad a la gente, poner su dignidad en el centro de la protección social. Hay que repensar el modelo de protección social. Para tener un modelo inclusivo, flexible, dinámico, que le dé a la gente mayor habilidad de ajustarse a los futuros shocks que enfrenten. También reconstruir la economía de una manera que sea resiliente ante estos eventos o crisis de salud futuros como la pandemia.
Debemos estar listos para adaptarnos. En primer lugar, con un sistema que sea capaz de transferir dinero si la gente lo necesita, durante el tiempo necesario, sin necesidad de diseñar un programa. Esto se puede lograr con una infraestructura financiera conformada con listas de personas y su número de teléfono, estableciendo así un sistema de dinero electrónico relacionado con números de teléfonos.
BS: ¿Qué aprendizaje nos deja la COVID-19 con relación a estar preparados ante otros posibles desastres, como el cambio climático?
ED: El cambio climático es otra adaptación necesaria en todo el mundo, y que se debe mitigar, así como adaptar medidas en muchos países donde ya está causando estragos. Pienso que esta crisis puede ser de gran ayuda demostrando que a veces la naturaleza es más fuerte que nosotros. Que a veces cuando los expertos dicen que va a haber una pandemia o que va a haber una gran catástrofe climática si no hacemos nada, los expertos pueden tener razón. Y sucede.
A los seres humanos se nos hace tan difícil contemplar el futuro. Especialmente un futuro que no es bueno. Y realmente no nos hemos preparado para el cambio climático. Esto es algo que pienso va a ser una buena llamada de alerta. En las elecciones municipales francesas, que fueron justamente después de la segunda ola de la pandemia, el Partido Verde (de ideología ecologista) ganó mucho espacio, y así se va a quedar. Y esto va a ser muy bueno, particularmente para un país como la República Dominicana.
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Este contenido fue redactado por el equipo de Brand Stories, de Grupo Diario Libre, para Claro Dominicana.