Vuelve pestilencia y peligro de incendio en vertedero Duquesa
La basura es esparcida a cielo abierto en varios “tiros” o improvisados lugares de depósitos
El vertedero de Duquesa volvió a causar pestilencia debido a que se retomó la vieja práctica de depositar residuos sólidos al aire libre en varios puntos sin el tratamiento de cubrirlas con caliche como ocurría después del incendio del pasado 28 de abril.
En cuatro “tiros” o lugares de depósito que estaban cubiertos de arcilla, volvieron a tener montañas de basura de donde se supone salen los malos olores que afectan a residentes en áreas lejanas al botadero.
Residentes en Arroyo Hondo, Perantuén, Los Casabes, Residencial Juan Bosch, Los Ríos, Jacagua, Puerta de Hierro, Residencial Juan Rafael y otros denunciaron que el mal olor les llega hasta sus casas, sobre todo en horas de la madrugada.
Aunque algunos dijeron que el mal olor no es tan fuerte, otros expresaron que en ocasiones no pueden ni dormir por el putrefacto olor.
“Yo desperté del baho tan fuerte y pensé que se había reventado el séptico y era de Duquesa, ya volvimos a lo mismo de siempre”, dijo una residente en Perantuén que no se identificó.
Susana Morillo, otra vecina, dijo que desde hace unos cuatro días que se siente el mal olor con mayor intensidad.
“El mal olor de Duquesa nos está afectando, el mal olor llega hasta aquí y a veces en la madrugada nosotros nos sentimos que nos estamos asfixiando por el mal olor”, expresó.
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Un joven identificado como Pepe dijo que ciertamente hasta su casa llega mal olor a veces a basura quemada. “Estamos mortificados con eso, porque eso nos puede traer problemas nuestra salud”, sostuvo.
En tanto que Marcelino Calvo, expuso que en el residencial Juan Bosch, el mal olor es permanente no solo porque la brisa lo lleva hasta el sector, sino porque también, los camiones pasan por la carretera principal y dejan la pestilencia.
Diario Libre buscó una reacción por parte de la administración del vertedero, pero no había ninguna autoridad que pudieran explicar la situación.
Sin embargo, un equipo logró captar la situación y tomar algunas fotos desde algunos espacios y se pudo constatar que en la parte oeste, en el centro y el este, se han improvisado varios tiros donde hay miles de toneladas de basura a cielo abierto.
Camiones de distintas empresas y municipios vierten los residuos que son regados por tractores, pero sin taparlos con tierra como se hacía después del incendio del año pasado que duró casi un mes.
Los caminos de acceso que habían sido acondicionados volvieron a estar intransitables debido al lodazal y a los lixiviados que corren por sus lados.