Las “reborn” o muñecas realistas ya se crean en República Dominicana
SANTO DOMINGO. El olor a talco de bebé está impregnado en la habitación que se presta para taller donde son fabricadas. Unas sentadas, otras acostadas; vestidas con ropa de recién nacidas y lazos que adornan sus cabezas. No lloran, ni se mueven, pero dan la sensación de que pueden ver -las que tienen los ojos abiertos-, las demás solo “duermen”.
Las muñecas “renacidas” o “reborn”, como famosamente son conocidas, cruzaron el continente europeo donde fueron originadas y donde solo podían ser vistas, -por motivos culturales o la alta suma de dinero que cuesta adquirir un ejemplar-. Ahora pueden ser vistas en muchos países fuera de Europa, incluso en República Dominicana.
En la habitación taller, que tiene lugar en la casa de Glenny Capellán, -creadora de muñecas-, las extremidades de las muñecas aun sin trabajar están colocadas encima de una mesa. Junto a las partes están colocados los materiales que darán “vida” a las muñecas realistas: pinturas para dar color a la piel y diseñar la expresión del rostro; un secador de pelo para dar el calor que fijará la pintura; sobres plásticos que contienen las hebras de cabello; pinceles; ojos y pestañas.
Al lado de la mesa un abanico para combatir el calor, un perchero con ropas, y un mueble donde están colocados los diferentes modelos ya listos para ser vendidos.
Glenny tarda una semana en tener listo “un encargo”, contando desde el momento en que recibe la solicitud, el tiempo en que tardan en llegar los utensilios que ordena por Internet, que no están a la venta en el país, y la realización del ejemplar.
Cada muñeca es entregada con un pañal desechable, ropa, zapatos y un chupete que se mantiene fijo ayudado por un imán.
Las compradoras asiduas son mujeres, no para sus niñas, sino para ellas mismas. Al momento de encargar su muñeca, algunas mujeres desean que sean lo más parecidas a sus bebés. En algunos casos mujeres que están pasando por la difícil situación de haber perdido su bebé recién nacido, y que entienden que adquirir una muñeca realista le servirá de “terapia”.
“En este caso es complejo cumplir con la petición del cliente, debido a que los prototipos no siempre se asemejarán a un bebé en específico”, indica Glenny. Se buscará que las partes de las muñecas sean lo más parecido al bebé que figura en la fotografía entregada previamente por la compradora.
Estas “madres adoptivas” como se les conoce comúnmente a las compradoras en Europa, invierten grandes sumas de dinero en decoración de espacios, coches, cargadores, ropas, accesorios y colonias que “necesitan” para el “cuidado” de sus “bebés”.
Otras mujeres lejos de querer “adoptar” adquieren las muñecas realistas para coleccionarlas.
Especialista de la conducta: “Nada puede cubrir la pérdida deun hijo, menos un objeto”El terapeuta familiar y de pareja Ramón Emilio Almánzar manifiesta que no hay nada que pueda cubrir la pérdida de un bebé. “Una pérdida humana es irreparable, ya que ninguna persona, y mucho menos un objeto puede sustituir de manera saludable la falta de un ser humano”.
El también sexólogo asegura que aunque no ha conocido un caso de este tipo, no es terapéutico usar un muñeco para cubrir la falta de un ser querido, “no ayuda a superar y aceptar la pérdida de ese ser, y poder seguir caminando de manera saludable, sabiendo el dolor que se siente la ausencia de ese ser querido”.
El especialista atribuye esta práctica a la ignorancia y el temor que tienen las personas que pasan por el proceso de perder un hijo.
Precios:
Los precios varían de los siguientes factores: materiales de los que están hechas, las hay de vinilo completo, cuerpo de colcha y extremidades de vinilo, de silicona, entre otros; los precios también variarán de acuerdo al tipo de cabello, edad, peso, terminación, ropa y accesorios, entre otros elementos.
Según los precios consultados en las tiendas en línea donde se pueden adquirir las reborn, van desde los RD$ 3,000 y ascienden hasta los RD$ 175,700. Entre esos precios se pueden encontrar muñecas usadas y nuevas.
Glenny manifestó que en una ocasión iba con su esposo y una de sus muñecas en brazos en el asiento delantero de su vehículo, con lo que llamaron la atención de un oficial del tránsito, quien según la expresión de su rostro estaba confundido de si era un bebé o no.
En Gran Bretaña medios locales informaron sobre un caso ocurrido en 2015 en el que un policía rompió la ventanilla de un carro para salvar “un bebé” que había dentro. El carro estaba estacionado en el parqueo de un hospital, pero era solo un muñeco envuelto en una manta.
Glenny Capellán, una ama de casa de 33 años, adquirió su primera muñeca hace cuatro años, y recientemente ante el deseo de adquirir una nueva y no poseer los recursos necesarios, le despertó la curiosidad de cómo se hacen las renacidas. Inmediatamente empezó la búsqueda de información.
Glenny reconoce que tiene talento para las manualidades, y es por esto que no le resultó difícil desarrollar la habilidad para crear las figuras que cada vez están más de moda.
No asistió a una escuela de arte, ni contrató algún profesional en el área. Glenny se instruyó viendo vídeos en youtube y con la asesoría online de unas blogueras españolas, a quienes agradece mucho las técnicas que le enseñaron.
Las reborn que fabrica Glenny pueden ser vistas en las redes sociales como -Mimositos Reborn-.
Las muñecas “de la suerte” de Tailandia
Las “thep de Luuk” no son muñecas recién nacidas. Son las protagonistas de la nueva moda en Tailandia: mimar a las costosas muñecas para tener buena suerte, aunque algunos creen que la tendencia ha ido demasiado lejos.
Las adquirientes de las muñecas piensan que tienen un espíritu de bebés reales.
La moda empezó en Tailandia cuando figuras famosas tailandesas dijeron que estas muñecas el habían dado éxito profesional. Se cree también que cuidar de estas figuras que pueden costar hasta 600 dólares cada una, conlleva ser premiados con buena fortuna.
Una dueña de muñeca asegura haber ganado la lotería gracias a ella y siempre andan juntas. Como muchas otras mujeres llevan sus muñecas a los templos para ser bendecidas por los monjes budistas.
Natsuda Jantaptim, una dueña de muñeca, asegura que está 100 por ciento viva, “porque la quiero y me siento muy unida a ella”. Desde que la adquirió nunca se han separado, hasta duermen juntas.
Para otros no es más que superstición.
En febrero de este año, la Policía de Tailandia confiscó más de un centenar de muñecas y acusó a tres vendedores de no pagar los impuestos sobre las importaciones.