¿Debo votar o no?
El otro día se me acercó un joven, primer votante, y me disparó la pregunta del millón: ¿ante lo que estoy viendo, en la forma en que se comportan los partidos y por el camino que marcha nuestra sociedad, debo votar o no en las próximas elecciones?
Estoy seguro de que la misma pregunta se la están haciendo muchas personas en el país.
Técnicamente, las elecciones son mecanismos para impulsar programas de desarrollo, para renovar liderazgos y para consolidar un clima en que florezca la libertad y un modo de vida tolerante, democrático.
Es evidente que en nuestro país el cambio en los liderazgos ha traído cambios importantes, incluso la posibilidad incruenta de cambiar el propio liderazgo.
En ese sentido, votar es importante.
El voto ayuda también a consolidar un clima de libertades, pero para ello hay que elegir políticos responsables, mejor dicho, hay que elegir estadistas, es decir, personas que piensen más allá de la próxima elección.
Es evidente, sin embargo, que para las próximas elecciones el comportamiento de los partidos y de los líderes va dejando mucho que desear. Votar entre un PLD inamovible, que tiene las mismas caras en el poder por más de 20 años, y una oposición que no se pone de acuerdo ni para escoger un candidato a alcalde, el panorama no es muy alentador.
Pero le dije: debes votar, ya sea como castigo o como premio y, si deseas, vota sólo por los candidatos que te parezcan mejores. Así aportarás a la solución y no al problema.
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