No son llamadas, sino amenazas
Dicen que hay gente pagando en silencio...
"Las agrias no se pagan" fue la picaresca del fullero con el chinero, y de ese modo consumía la fruta por unidad sin dar un centavo.
Cuando las chinas eran hechas jugo, y se le ponía azúcar, lo agrio, mucho o poco, no se tomaba en cuenta, y quedaba fuera del negocio de la esquina.
Como lo malo contagia, lo de "las agrias no se pagan" fue aplicado a situaciones en que la burla no era permitida, y en caso de producirse, provocaba consecuencias.
Dicen ahora, y parece que no es chiste, que mucha gente quiere localizar a Quirino para pagar préstamos oficiosos que se pensaron saldados con la extradición.
Esos deudores quieren ponerse a salvo a tiempo, a manera de librarse del inri de que se conozcan sus relaciones con el capo sensación, y sobre todo que fueron beneficiarios de su generosidad.
Lo de Leonel es lo de Leonel, y Quirino quiere cobrar políticamente sus aportes de campaña. Los otros son los otros, y la política anda lejos de la acreencia.
Como dicen los norteamericanos: "Business is Business", y las llamadas del Don no son llamadas, sino amenazas.
"Las agrias no se pagan" fue la picaresca del fullero con el chinero, y de ese modo consumía la fruta por unidad sin dar un centavo.
Cuando las chinas eran hechas jugo, y se le ponía azúcar, lo agrio, mucho o poco, no se tomaba en cuenta, y quedaba fuera del negocio de la esquina.
Como lo malo contagia, lo de "las agrias no se pagan" fue aplicado a situaciones en que la burla no era permitida, y en caso de producirse, provocaba consecuencias.
Dicen ahora, y parece que no es chiste, que mucha gente quiere localizar a Quirino para pagar préstamos oficiosos que se pensaron saldados con la extradición.
Esos deudores quieren ponerse a salvo a tiempo, a manera de librarse del inri de que se conozcan sus relaciones con el capo sensación, y sobre todo que fueron beneficiarios de su generosidad.
Lo de Leonel es lo de Leonel, y Quirino quiere cobrar políticamente sus aportes de campaña. Los otros son los otros, y la política anda lejos de la acreencia.
Como dicen los norteamericanos: "Business is Business", y las llamadas del Don no son llamadas, sino amenazas.