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opinion

Los Castillo están “cool”

Parece que les llovió y volvieron a su nivel...

Los periodistas, de mal pensados, sospecharon que entre los Castillo y el gobierno había problemas, y llegaron a esa conclusión por exceso de lógica.

Vinicito andaba tirando como loco hacia el Palacio, y Vincho se había ausentado de su despacho desde muchos días atrás. Submarino alemán a la vista.

Montaron, pues, dos cabezas de playa. Una fue para monitorear al más pequeño de los Castillo, a ver si se soltaba más de la lengua. Una tarea por demás fácil, ya que Vinicito es como bellonera de campo.

Suena mañana, tarde y noche, y siempre con una canción de amargue.

La otra para acechar si el más viejo de los Castillo ocupaba su oficina en la Casa de Gobierno, pues aunque hombre de la manigua, no se creía que su furia fuera tanta como para llegar al rompimiento.

Sus íntimos decían que no volvería y que sus heridas no eran de las que curan antes de los diez días.

Los periodistas se cansaron, y ahora descubren que los Castillo no son como las presas. Si les llueve recuperan el nivel de sus aguas.

Por ahí andan Vinicito y Vincho de lo más entretenidos. El primero con el muro y el segundo cortando cinta con el “americano feo”.