Los ayuntamientos
Si es verdad que los ayuntamientos constituyen la primera escuela de aprendizaje democrático, tenemos serios problemas con la educación que se imparte en esos recintos, que se han convertido en lo contrario a lo que se predica.
Los informes de auditoría de la Cámara de Cuentas revelan numerosas fallas que no pueden ser atribuidas a errores de buena fe. Es vox populi que los cabildos se han convertido en coto de caza de los partidos políticos para emplear a sus miembros, para repartirse contratos, y hacer todo lo que prohíbe el libro.
En una palabra, como escuela de gobierno democrático, los ayuntamientos han fracasado, y no se pueden presentar como ejemplo, ni de servicio público, ni de buena administración.
De esta afirmación no escapan los ayuntamientos que están en manos del partido de gobierno, ni los de la oposición.
Por tanto, rescatar los ayuntamientos de las malas prácticas de hoy debe ser una tarea ineludible del sistema político nacional. No hacerlo sería otra irresponsabilidad más.