La buena noticia
La salida de Minou Tavárez del PLD y las luchas internas del PRD pueden ser dos claros síntomas de que algo se está moviendo en los partidos políticos.
Y quizá es lo que esta democracia necesita. Que los partidos, que son los que nos ofrecen en sus listas a las personas en las que delegamos el poder de administrar el erario público y organizar la vida en común, asuman la responsabilidad de la degradación de la democracia.
Necesitamos que los partidos entren en crisis profunda y renovadora, porque la institucionalidad tan precaria con la que esta democracia apenas respira es su responsabilidad directa.
Ellos, los partidos, son los que se amañan para que la Justicia esté en manos particulares, el cuerpo legislativo más ocupado en repartir(se) dinero que en lo suyo, y que el Ejecutivo tenga tan escasos controles.
Desde "el pacto de las corbatas azules" funcionamos sin oposición. Eso nos tiene en un continuo retroceso de la libertad. La presión del estado peledeísta crece y crece en nuestra vida diaria, avalado con el rejuego de un PRD que no le pone límites y unas instituciones supervisoras y fiscalizadoras que apenas son un departamento de empleo partidista.
La democracia no es eso, ni siquiera es ganar elecciones. Hoy, los partidos políticos son la obvia salida a un desempleo mucho mayor que lo que las cifras oficiales cantan. Son los que avalan la impunidad de los corruptos, y nos mantienen en un letargo social engañoso.
Que estén en crisis es una fantástica noticia.
IAizpun@diariolibre.com
Y quizá es lo que esta democracia necesita. Que los partidos, que son los que nos ofrecen en sus listas a las personas en las que delegamos el poder de administrar el erario público y organizar la vida en común, asuman la responsabilidad de la degradación de la democracia.
Necesitamos que los partidos entren en crisis profunda y renovadora, porque la institucionalidad tan precaria con la que esta democracia apenas respira es su responsabilidad directa.
Ellos, los partidos, son los que se amañan para que la Justicia esté en manos particulares, el cuerpo legislativo más ocupado en repartir(se) dinero que en lo suyo, y que el Ejecutivo tenga tan escasos controles.
Desde "el pacto de las corbatas azules" funcionamos sin oposición. Eso nos tiene en un continuo retroceso de la libertad. La presión del estado peledeísta crece y crece en nuestra vida diaria, avalado con el rejuego de un PRD que no le pone límites y unas instituciones supervisoras y fiscalizadoras que apenas son un departamento de empleo partidista.
La democracia no es eso, ni siquiera es ganar elecciones. Hoy, los partidos políticos son la obvia salida a un desempleo mucho mayor que lo que las cifras oficiales cantan. Son los que avalan la impunidad de los corruptos, y nos mantienen en un letargo social engañoso.
Que estén en crisis es una fantástica noticia.
IAizpun@diariolibre.com