Escritores demasiado amigos
Pero se dejaron llevar de los prejuicios ajenos
No debe extrañar que Julia Álvarez y Junot Díaz hayan firmado una carta al New York Times protestando la sentencia del Constitucional.
Son escritores, igualmente notables, pero sobre todo inmigrantes. Álvarez no tanto, puesto que nació en Estados Unidos.
Que no es el caso de Díaz, a quien su familia llevó a Nueva York siendo ya muchacho grande, y que allá se la luce como literato y aquí, cuando viene, presume de "tíguere bimbin".
Ahora, lo que no estuvo bien fue que la suscribieran con Edwidge Danticat, también escritora, igual notable, lo mismo inmigrante, sólo que haitiana.
Díaz, de seguro, no conoce la situación más que de oídas, y Álvarez podría saber un poquito más, pues como tiene una plantación de café, posiblemente se haya relacionado con jornaleros haitianos.
Aunque en Return to Sender, una de sus obras, muestra preocupación por la suerte de quienes abandonan su tierra y se establecen en una ajena.
Danticat no sólo es obsesiva, sino que en sus ficciones da rienda suelta al resentimiento de sus abuelos, que es decir su gente. El Corte del 37, por ejemplo.
Sin dudas que andaban en mala compañía.