CORDE recorre sus últimos pasos como entidad
Según el director de la Corporación Dominicana de Empresas Estatales, Leoncio Almánzar, la entidad podría cerrar sus puertas definitivamente el próximo año, porque en realidad ya no tiene ninguna
SD. Del emporio económico que se cobijó bajo la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (CORDE) en décadas pasadas, queda ya muy poco. De unas 30 empresas que llegó a tener esta compañía estatal, hoy se han reducido a unas dos comisiones liquidadoras, una mina en operaciones de subsistencia, deudas y pequeñas acciones segregadas en varias empresas.
Así lo detalla el director de CORDE, Leoncio Almánzar, para quien esta corporación yo no tiene razón de ser y asegura que hace las gestiones por liquidar lo poco que queda. La idea es tener todo listo para que CORDE cierre sus puertas de manera definitiva el próximo año.
"CORDE se extinguirá porque no tiene sentido; aquí quedará quizá su placa, pero ya esto cumplió su cometido y el año que viene deberá dar sus últimos pasos", dice.
Durante el proceso de capitalización en el año 1998, de las 30 empresas que tuvo CORDE sólo 12 estaban en operación, pero en condiciones deficitarias, mientras las demás estaban en total quiebra, según declaró para entones su director Eduardo Selman.
Para esa misma época, el presidente de la Comisión de Reforma de la Empresa Pública (CREP), Antonio Isa Conde, calculó las deudas de CORDE en más mil millones de pesos. En la actualidad, la corporación subsiste de lo que queda de sus empresas.
Ya para el año 2000, el presidente Leonel Fernández se ufanaba en decir que algunas de esas empresa "se le podía aplicar la sentencia de Jesús a Lázaro, cuando le dijo: "¡Levántate y anda!".
En efecto, dos de esas empresas, Molinos Dominicanos y del Norte, así como la Tabacalera lograron capitalizarse y hoy aportan beneficios al Estado. De acuerdo con el actual presidente de la CREP y del Fondo Patrimonial de la Empresa Reformada (Fonper), Fernando Rosa, Molinos Dominicanos, que anteriormente necesitaba del Estado alrededor de 1.5 millones para poder sacar la harina del muelle, ahora deja dividendos por encima de los 100 millones de pesos.
"El año pasado Molinos obtuvo unos 240 millones de beneficio, de los cuales el 29% correspondieron a pago de impuesto al Estado y del restante, un 50% fueron también para el Estado, en su calidad de socio", indica Rosa. Dice que esos ingresos se dejaron parte en la empresa para capitalizarla, y que para octubre este año la entidad que preside recibirá unos 77 millones de pesos en beneficio. El FONPER, previsto en la Ley de reforma No 147/97, que se creó mediante la ley 124/01 del 20 de junio del 2003, con la finalidad entre otras cosas de conservar y custodiar las acciones del Estado en las empresas capitalizadas.
En el caso de la Tabacalera, que al 1998 presentaba constantes pérdidas en sus operaciones y sus ventas se disminuyeron de 215.9 millones de pesos en el 1993, a 167.5 millones en el 97, según un informe de la CREP, al 2006 ganó 221 millones de pesos, conforme indica Rosa.
Sin embargo, la suerte fue distinta en el resto de las empresas. En el grupo de las empresas capitalizadas estaban además Las Minas de Sal y Yeso y la Marmolería. Otras como Dominicana de Aviación no puedo ser capitalizada, pese a que se realizó la evaluación, porque la recepción de las ofertas económicas estaba prevista para el 30 de mayo del 2000 y las nuevas autoridades gubernamentales electas ese mismo mes, decidieron suspenderla. Lo mismo sucedió con la Industria Nacional del Papel (Induspapel), Pinturas Dominicanas (Pidoca), donada hace unas semanas al Ayuntamiento de Santo Domingo Este para la construcción de su Palacio Municipal, Seguros San Rafael y la Sociedad Inmobiliria.
Otras como la fábrica de Sacos y Cordelería (Fasaco) y la Fábrica Nacional de Vidrio (Favidrio) estaban en medio de un litigio en la Suprema Corte de Justicia (SCJ) para determinar la propiedad de sus terrenos y no pudo completarse la capitalización. Para fines internos de la CREP, las empresas no reformadas se clasificaron en dos grupos: el IV con empresas que habían sido declaradas de utilidad pública y el V con aquellas que que eran inexistentes y sus instalaciones en inmuebles pertenecientes a otras empresas del CORDE.
Lo que queda
Cuando Leoncio Almánzar llegó a la dirección de CORDE, a esta corporación sólo le quedaban las
Comisiones liquidadora del Seguro San Rafael, de la Sociedad Inmobiliaria, la Mina de Sal, y acciones minoritarias en empresas privadas por valor de unos 60 millones de pesos, y que le aportan hasta dos millón de pesos al año, según cuenta.
"En algunos casos hay problemas de embargo a personas sobre acciones nuestras y lo que tratamos es de evaluarlas todas para ofertárselas a los accionistas mayoritarios de esas instituciones". Almánzar afirma que trabajan donde quiera que hay una acción de CORDE para venderlas y que el proceso de reforma culmine sin dejar asuntos pendientes.
La Mina de Sal, que están siendo explotada por CORDE, produce unas 10 mil toneladas de sal al año, equivalentes a 10 millones de pesos, aunque los beneficios netos son entre dos a tres millones. No obstante, Almánzar se queja de que la mina mantiene una producción precaria y sin equipos, y que si se explotara en condiciones optimas el país podría exportar unas 200 mil toneladas de sal al año, con una rentabilidad de unos 200 millones de pesos.
En cuento al seguro San Rafael, Almánzar se queja de lo difícil que ha sido cobrarle al sector público una deuda por más 85 millones de pesos. Esas deudas están acumuladas desde el 1999 hasta el 2001, y corresponde a pólizas pagadas por accidentes de trabajo y de tránsito.
CORDE también mantiene una extensión de terrenos de 700 mil metros, en su mayoría ocupados y en proceso de venta, en la zona de Los Tres Brazos y Los Mameyes, y pequeñas porciones de tierra en La Feria. CORDE gestiona hacer un paquete de sus propiedades inmuebles para pasarlas a la Inmobiliaria Banreservas a un costo menor de su precio y que estos negocien directamente con los ocupantes de los terrenos.
El uso del Fondo patrimonial
De todas las empresas capitalizadas solo tres reportan beneficios al Estado. Según Fernando Rosa, totalizan unos mil 600 millones de pesos el aporte que han hecho estas empresas al Estado desde el momento de la capitalización.
Aunque Rosa aclara que este total sólo incluye los últimos tres años de gestión del Partido de la Liberación Dominicana, ya que durante el gobierno de Hipólito Mejía, la entidad no reportó ninguna cifra, ni llevaba estadísticas financieras. Según la Ley que crea el Fonper, los fondos del patrimonio deben ir a una cuenta especial del Banco de Reservas.
Sólo el año pasado Molinos del Ozama reportó ganancias por 240 millones de pesos, la Tabacalera por 221 millones, y la empresa generadora Itabo ya presentó una relación financiera de este año, donde se detalla una utilidad neta al mes de agosto de 33.4 millones de dólares. De esas cifras el Estado cobra un 25% en impuestos y al Fonper llega el 50% del monto restante.
Conforme a la Ley 124/01, el fondo tendrá como organismo un consejo de directores y el dinero deberá utilizarse en un 20%, para proyectos de desarrollo que beneficien exclusivamente a las comunidades de las zonas del país relacionadas con las empresas reformadas, en forma de donación.
Otro 20% deberán ser destinados para la creación de un fondo de reserva que se utilizará en futuros aumentos de capital de las empresas capitalizadas. "El resto de los recursos será destinado a financiar programas y proyectos de desarrollo a nivel nacional, conforme a las prioridades que sean establecidas en el reglamento del Fonper", establece la referida Ley, en el artículo 5, acápite C.
Aunque Rosa dice que no tiene el total de cuanto se ha invertido al momento, indica que el uso que se le ha dado ha sido público.
"Lo primero que hicimos fue reunirnos con todas las entidades públicas que tienen que ver con el desarrollo de los ciudadanos, Secretarias de Educación, de Salud, de Agricultura, Infotep, Instituto Agrario y el Banco Agrícola, para hacer un balance de donde y cuanto se podía invertir ese fondo".
Entre las acciones que ha hecho el Fonper, Rosa detalla un aporte de 500 millones de pesos para la Micro y Mediana Empresa.
Se invirtió además otros 68 millones de pesos, como primera partida de un total de 153 millones que se invertirán en la antigua Fábrica de Vidrios, más otros 64 millones en las instalaciones de la antigua Pidoca para convertirlas en un parque industrial. "También hacemos grandes inversiones en la salud, donde en hospitales hemos invertido unos 45 millones de pesos" según Rosa.
El FONPER también ha otorgado unos 40 millones este año al Despacho de la Primera Dama, para el financiamiento de una estancia infantil en la extensión de Santiago de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), más otros 12 millones para el Programa Progresando.
En el área de educación resalta unos 12 millones entregados a la Secretaria de Estado de Educación Ciencia y Tecnología (SEECYT) para financiar becas a estudiantes, así como la construcción de varias escuelas, canchas, liceos y multiusos en diferentes lugares del país.
Molinos del Ozama necesita más inversión
De acuerdo con Vinicio Mella, presidente de Molinos del Ozama, esta empresa ha logrado recuperarse y obtener beneficios de unos seis millones de dólares anuales, pero requiere de más de 10 millones en inversión para ampliar su capacidad productiva. Mella asegura que esas inversiones deben realizarse a más tardar un año para que la empresa no se estanque y pueda ser competitiva, sobre todo en tiempos del libre mercado. Según Mella, Molinos del Ozama requiere ampliar su muelle, comprar nuevos molinos y otros equipos para poder modernizar sus instalaciones.
El empresario manifestó que aún mantiene el interés, que desde hace tres años anunció al Gobierno, de comprar el 50% de las acciones que tiene el Estado en esa empresa.
Molino del Ozama controla el 60% de la producción y comercialización de la harina de trigo en a nivel nacional.
"Espero que todo este proceso termine rápido, antes de agosto del año que viene, aunque creía que desde el 2006 estaría todo listo y que este año cerraríamos CORDE". Leoncio Almánzar, director de CORDE.
"Estamos dando soluciones a grandes problemas y que darán grandes beneficios a las personas en las diferentes comunidades. Pero además estamos contribuyendo a que estos recursos vayan a buena mano y a programas de desarrollo para aquellas comunidades que en verdad lo necesitan". Fernando Rosa, presidente de Fonper.
Así lo detalla el director de CORDE, Leoncio Almánzar, para quien esta corporación yo no tiene razón de ser y asegura que hace las gestiones por liquidar lo poco que queda. La idea es tener todo listo para que CORDE cierre sus puertas de manera definitiva el próximo año.
"CORDE se extinguirá porque no tiene sentido; aquí quedará quizá su placa, pero ya esto cumplió su cometido y el año que viene deberá dar sus últimos pasos", dice.
Durante el proceso de capitalización en el año 1998, de las 30 empresas que tuvo CORDE sólo 12 estaban en operación, pero en condiciones deficitarias, mientras las demás estaban en total quiebra, según declaró para entones su director Eduardo Selman.
Para esa misma época, el presidente de la Comisión de Reforma de la Empresa Pública (CREP), Antonio Isa Conde, calculó las deudas de CORDE en más mil millones de pesos. En la actualidad, la corporación subsiste de lo que queda de sus empresas.
Ya para el año 2000, el presidente Leonel Fernández se ufanaba en decir que algunas de esas empresa "se le podía aplicar la sentencia de Jesús a Lázaro, cuando le dijo: "¡Levántate y anda!".
En efecto, dos de esas empresas, Molinos Dominicanos y del Norte, así como la Tabacalera lograron capitalizarse y hoy aportan beneficios al Estado. De acuerdo con el actual presidente de la CREP y del Fondo Patrimonial de la Empresa Reformada (Fonper), Fernando Rosa, Molinos Dominicanos, que anteriormente necesitaba del Estado alrededor de 1.5 millones para poder sacar la harina del muelle, ahora deja dividendos por encima de los 100 millones de pesos.
"El año pasado Molinos obtuvo unos 240 millones de beneficio, de los cuales el 29% correspondieron a pago de impuesto al Estado y del restante, un 50% fueron también para el Estado, en su calidad de socio", indica Rosa. Dice que esos ingresos se dejaron parte en la empresa para capitalizarla, y que para octubre este año la entidad que preside recibirá unos 77 millones de pesos en beneficio. El FONPER, previsto en la Ley de reforma No 147/97, que se creó mediante la ley 124/01 del 20 de junio del 2003, con la finalidad entre otras cosas de conservar y custodiar las acciones del Estado en las empresas capitalizadas.
En el caso de la Tabacalera, que al 1998 presentaba constantes pérdidas en sus operaciones y sus ventas se disminuyeron de 215.9 millones de pesos en el 1993, a 167.5 millones en el 97, según un informe de la CREP, al 2006 ganó 221 millones de pesos, conforme indica Rosa.
Sin embargo, la suerte fue distinta en el resto de las empresas. En el grupo de las empresas capitalizadas estaban además Las Minas de Sal y Yeso y la Marmolería. Otras como Dominicana de Aviación no puedo ser capitalizada, pese a que se realizó la evaluación, porque la recepción de las ofertas económicas estaba prevista para el 30 de mayo del 2000 y las nuevas autoridades gubernamentales electas ese mismo mes, decidieron suspenderla. Lo mismo sucedió con la Industria Nacional del Papel (Induspapel), Pinturas Dominicanas (Pidoca), donada hace unas semanas al Ayuntamiento de Santo Domingo Este para la construcción de su Palacio Municipal, Seguros San Rafael y la Sociedad Inmobiliria.
Otras como la fábrica de Sacos y Cordelería (Fasaco) y la Fábrica Nacional de Vidrio (Favidrio) estaban en medio de un litigio en la Suprema Corte de Justicia (SCJ) para determinar la propiedad de sus terrenos y no pudo completarse la capitalización. Para fines internos de la CREP, las empresas no reformadas se clasificaron en dos grupos: el IV con empresas que habían sido declaradas de utilidad pública y el V con aquellas que que eran inexistentes y sus instalaciones en inmuebles pertenecientes a otras empresas del CORDE.
Lo que queda
Cuando Leoncio Almánzar llegó a la dirección de CORDE, a esta corporación sólo le quedaban las
Comisiones liquidadora del Seguro San Rafael, de la Sociedad Inmobiliaria, la Mina de Sal, y acciones minoritarias en empresas privadas por valor de unos 60 millones de pesos, y que le aportan hasta dos millón de pesos al año, según cuenta.
"En algunos casos hay problemas de embargo a personas sobre acciones nuestras y lo que tratamos es de evaluarlas todas para ofertárselas a los accionistas mayoritarios de esas instituciones". Almánzar afirma que trabajan donde quiera que hay una acción de CORDE para venderlas y que el proceso de reforma culmine sin dejar asuntos pendientes.
La Mina de Sal, que están siendo explotada por CORDE, produce unas 10 mil toneladas de sal al año, equivalentes a 10 millones de pesos, aunque los beneficios netos son entre dos a tres millones. No obstante, Almánzar se queja de que la mina mantiene una producción precaria y sin equipos, y que si se explotara en condiciones optimas el país podría exportar unas 200 mil toneladas de sal al año, con una rentabilidad de unos 200 millones de pesos.
En cuento al seguro San Rafael, Almánzar se queja de lo difícil que ha sido cobrarle al sector público una deuda por más 85 millones de pesos. Esas deudas están acumuladas desde el 1999 hasta el 2001, y corresponde a pólizas pagadas por accidentes de trabajo y de tránsito.
CORDE también mantiene una extensión de terrenos de 700 mil metros, en su mayoría ocupados y en proceso de venta, en la zona de Los Tres Brazos y Los Mameyes, y pequeñas porciones de tierra en La Feria. CORDE gestiona hacer un paquete de sus propiedades inmuebles para pasarlas a la Inmobiliaria Banreservas a un costo menor de su precio y que estos negocien directamente con los ocupantes de los terrenos.
El uso del Fondo patrimonial
De todas las empresas capitalizadas solo tres reportan beneficios al Estado. Según Fernando Rosa, totalizan unos mil 600 millones de pesos el aporte que han hecho estas empresas al Estado desde el momento de la capitalización.
Aunque Rosa aclara que este total sólo incluye los últimos tres años de gestión del Partido de la Liberación Dominicana, ya que durante el gobierno de Hipólito Mejía, la entidad no reportó ninguna cifra, ni llevaba estadísticas financieras. Según la Ley que crea el Fonper, los fondos del patrimonio deben ir a una cuenta especial del Banco de Reservas.
Sólo el año pasado Molinos del Ozama reportó ganancias por 240 millones de pesos, la Tabacalera por 221 millones, y la empresa generadora Itabo ya presentó una relación financiera de este año, donde se detalla una utilidad neta al mes de agosto de 33.4 millones de dólares. De esas cifras el Estado cobra un 25% en impuestos y al Fonper llega el 50% del monto restante.
Conforme a la Ley 124/01, el fondo tendrá como organismo un consejo de directores y el dinero deberá utilizarse en un 20%, para proyectos de desarrollo que beneficien exclusivamente a las comunidades de las zonas del país relacionadas con las empresas reformadas, en forma de donación.
Otro 20% deberán ser destinados para la creación de un fondo de reserva que se utilizará en futuros aumentos de capital de las empresas capitalizadas. "El resto de los recursos será destinado a financiar programas y proyectos de desarrollo a nivel nacional, conforme a las prioridades que sean establecidas en el reglamento del Fonper", establece la referida Ley, en el artículo 5, acápite C.
Aunque Rosa dice que no tiene el total de cuanto se ha invertido al momento, indica que el uso que se le ha dado ha sido público.
"Lo primero que hicimos fue reunirnos con todas las entidades públicas que tienen que ver con el desarrollo de los ciudadanos, Secretarias de Educación, de Salud, de Agricultura, Infotep, Instituto Agrario y el Banco Agrícola, para hacer un balance de donde y cuanto se podía invertir ese fondo".
Entre las acciones que ha hecho el Fonper, Rosa detalla un aporte de 500 millones de pesos para la Micro y Mediana Empresa.
Se invirtió además otros 68 millones de pesos, como primera partida de un total de 153 millones que se invertirán en la antigua Fábrica de Vidrios, más otros 64 millones en las instalaciones de la antigua Pidoca para convertirlas en un parque industrial. "También hacemos grandes inversiones en la salud, donde en hospitales hemos invertido unos 45 millones de pesos" según Rosa.
El FONPER también ha otorgado unos 40 millones este año al Despacho de la Primera Dama, para el financiamiento de una estancia infantil en la extensión de Santiago de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), más otros 12 millones para el Programa Progresando.
En el área de educación resalta unos 12 millones entregados a la Secretaria de Estado de Educación Ciencia y Tecnología (SEECYT) para financiar becas a estudiantes, así como la construcción de varias escuelas, canchas, liceos y multiusos en diferentes lugares del país.
Molinos del Ozama necesita más inversión
De acuerdo con Vinicio Mella, presidente de Molinos del Ozama, esta empresa ha logrado recuperarse y obtener beneficios de unos seis millones de dólares anuales, pero requiere de más de 10 millones en inversión para ampliar su capacidad productiva. Mella asegura que esas inversiones deben realizarse a más tardar un año para que la empresa no se estanque y pueda ser competitiva, sobre todo en tiempos del libre mercado. Según Mella, Molinos del Ozama requiere ampliar su muelle, comprar nuevos molinos y otros equipos para poder modernizar sus instalaciones.
El empresario manifestó que aún mantiene el interés, que desde hace tres años anunció al Gobierno, de comprar el 50% de las acciones que tiene el Estado en esa empresa.
Molino del Ozama controla el 60% de la producción y comercialización de la harina de trigo en a nivel nacional.
"Espero que todo este proceso termine rápido, antes de agosto del año que viene, aunque creía que desde el 2006 estaría todo listo y que este año cerraríamos CORDE". Leoncio Almánzar, director de CORDE.
"Estamos dando soluciones a grandes problemas y que darán grandes beneficios a las personas en las diferentes comunidades. Pero además estamos contribuyendo a que estos recursos vayan a buena mano y a programas de desarrollo para aquellas comunidades que en verdad lo necesitan". Fernando Rosa, presidente de Fonper.