Quirino acapara la atención por la incógnita de su paradero; dicen que no le pueden perseguir
Balcácer dice todos los casos perimieron con la extradición
SANTO DOMINGO. El ex convicto por narcotráfico Quirino Ernesto Paulino Castillo sigue acaparando la atención de los dominicanos, ahora por su inesperada llegada al país y la incógnita de su paradero. Antes lo fue por sus declaraciones sobre el supuesto financiamiento a la campaña del ex presidente Leonel Fernández.
“Esté donde esté”, como dice la canción de Juan Gabriel, Paulino Castillo llega como un ciudadano más, al que no podrá perseguirse, ya que los delitos por los que purgó una condena de nueve años en Estados Unidos, referente al alijo de 1,380 kilos de cocaína incautados por las autoridades dominicanas el 22 de diciembre del 2004, o cualquier otro cometido en ese tiempo, ya perimieron. Así lo afirmó ayer el abogado Carlos Balcácer, quien fue representante de Quirino durante el proceso de apresamiento y extradición a suelo estadounidense.
“El Estado renunció a la potestad de investigar, perseguir y acusar para cederle la extradición al país requirente que fue Estados Unidos. Desde ese 2004, que fue la fecha de los 1,300 kilos hasta hoy, todo prescribió al margen de esa acción en el que el Estado renunció, y no hay forma de que el Estado dominicano persiga a Quirino”, sostiene Balcácer.
Paulino Castillo llegó el sábado a las 4:52 a.m. por el Aeropuerto Internacional de las Américas, en un vuelo regular de la aerolínea JetBlue y, según las informaciones, abordó una yipeta negra, con rumbo hasta ahora desconocido. Ese mismo día se especuló que habría ido a su natal Elías Piña, donde los moradores dijeron esperarlo para celebrar.
Ayer surgieron versiones de que el ex capitán del ejercito estaría en Baní; que a su arribo al aeropuerto lo recibió un sargento del Cuerpo Especializado de Seguridad Aeroportuaria y de la Aviación Civil (CESAC), que lo escoltó hasta su lugar de destino. Dicho sargento estaría detenido ahora para fines de investigación.
A Quirino también le buscaban ayer por todo el Este, según los reportes de periodistas en esa zona, aunque también se comentó que estaría en un sector de la capital.
La insistencia en encontrar el paradero de Paulino Castillo será, talvez, para que responda algunas de las interrogantes pendientes, tanto del 2005 como de este año, cuando decidió participar en medios de comunicación nacionales, en los que declaró sobre la supuesta entrega de RD$200,000,000 que hizo al ex presidente Fernández.
¿A qué vino el ex capitán? ¿Será acaso a cobrarle a sus deudores? ¿Tuvo una relación real con el ex presidente Fernández? ¿Qué relación tenía con el ex presidente Hipólito Mejía, en cuya gestión de gobierno fue ascendido de rango? ¿Qué vínculos tenía o tiene con militares? Dado que cuenta con el apoyo de su comunidad, ¿aspirará a algún cargo político?, son algunas de las inquietudes. De paso, su llegada al país podría resolver el misterio del lugar al que se dirigía el cargamento de los 1,380 kilos de droga que le incautaron en 2004.
¿A empezar de cero?
Además del privilegio de entrar al país sin el adjetivo de repatriado con que llega la mayoría de los que cumplen condena en EE.UU., Quirino podría enrumbarse en los negocios que le fueron devueltos a su familia, tras su salida del país en 2005. En su cédula y en su tarjeta de abordaje de la compañía Jet Blue, el ex convicto se declaró como comerciante.
Mediante la sentencia de extradición emitida por la Cámara Penal de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) el 18 de febrero del 2005, se ordenó la incautación de inmuebles por valor de US$7,000,000, que fueron requeridos por EE.UU. Conforme declaró recientemente el fiscal que llevó la investigación entonces, ahora juez del Tribunal Superior Electoral (TSE), Juan Manuel Hernández Peguero, a Paulino Castillo se le incautaron unos RD$900,000,000.
Sin embargo, varios años después, la Fiscalía del Distrito Nacional tuvo que devolver a sus familiares algunos de esos bienes incautados.
En el 2009, el entonces fiscal del DN, actualmente magistrado de la SCJ, Alejandro Moscoso Segarra, informó que se había devuelto unos RD$40,000,000.00 a familiares del procesado, producto de la venta de arroz, y que también habían devuelto la factoría que tenía en Elías Piña.
Ese mismo año, medios nacionales se hicieron eco de una supuesta propuesta que hizo Paulino Castillo, a través de sus abogados, para comprarle a la Procuraduría la totalidad de los bienes incautados por un monto de US$14.5 millones.