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Expertos plantean a políticos adaptarse a la sociedad actual

Analizan cambios tecnológicos y el poder de grupos sociales

SANTO DOMINGO. Con un llamado a los dirigentes políticos para que adapten sus discursos a la nueva realidad política y de comunicación, la Academia para la Profesionalización de la Política (APP) inició ayer el segundo ciclo del curso “Campañas Electorales en el siglo XXI: De la improvisación a la ciencia”, que culmina hoy.

La apertura de este segundo ciclo la hizo el presidente de la APP, Ricardo Pérez Fernández, quien destacó la importancia de un buen discurso y el dominio de los temas y sentimientos que interesan a los electores en este tiempo.

Luego, Yago de Marta, consultor y entrenador en oratoria y comunicación personal persuasiva, dictó una conferencia sobre “Oratoria, retórica y comunicación personal”, en el hotel El Embajador.

En la tarde se desarrolló un interesante panel sobre el discurso político y los medios de comunicación dominicanos que integraron el director de Diario Libre, Adriano Miguel Tejada, el ex embajador dominicano en Washington, Flavio Darío Espinal; Marcos Villamán, rector del Instituto Global de Altos Estudios en Ciencias Sociales y el vocero del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Víctor Gómez Casanova.

Tejada recordó que en 1962 se inició una nueva etapa del discurso político más llano, con el presidente Juan Bosch, ya que el discurso político de la era de Trujillo era rimbombante, con frases muy elaboradas en el que la gente no entendía lo que se decía, pero alguien en la multitud vociferaba “bien”.

Señaló que los parámetros actuales de la sociedad son Gobierno abierto, Transparencia y Sensibilidad, por lo que los políticos actuales no deben obviar estos elementos, ya que “Cuando la prensa calla los muros hablan”.

Tejada destacó que en el país hay 10 periódicos, con una tirada diaria de 450 mil ejemplares, y 379 emisoras, pero no se debe ignorar que hay 90 sistemas de cable locales que tienen una gran incidencia local.

Indicó que la gran disyuntiva de un político es saber cómo interpretar las ansias de la gente, por lo que tiene que interpretar el sentimiento más profundo de los votantes, no puede estar ajeno a la demografía, analizar los programas de gobierno de todos los partidos, y utilizar el suyo como discurso.

De su lado, Flavio Darío Espinal manifestó que el reto del discurso político es construir sentidos, y dar respuesta a las necesidades de la gente.

Expresó que el desafío de un candidato o dirigente político no es solo hablarle a la gente, sino construir sentido de respuesta a las aspiraciones a la masa de electores. “Hay que entender la realidad de la gente”.

Marcos Villamán puntualizó que hay dirigentes con un discurso en el que muestran que no entienden lo que pasa en el país, porque no entienden lo que pasa en el mundo.

Villamán explicó que la política es una lucha, una pugna por orientar la sociedad hacia un punto determinado, donde se manifiesten los problemas que estén vigentes, y proponer alternativas de solución.

El diputado Gómez Casanova consideró que para que haya un buen discurso, el dirigente político tiene que creer en lo que dice, y sentirlo, ya que la gente percibe la autenticidad de las palabras de quien las pronuncia.

Expresó que la autenticidad en los discursos de los políticos está muy afectada en estos momentos en la República Dominicana. Los políticos tienen que creerse las ideas que le están diciendo a la gente.

También expusieron Ángela Paloma Martín, sobre “Imagínate. Inspíranos”; Antoni Gutiérrez Rubí, con Storytelling para la construcción del mensaje político, y Mauricio de Vengoechea con la conferencia “El mundo cambió, la comunicación política también”.

“Hablar bien no es hablar bonito”

 En la conferencia “La mecánica de la persuasión de masas”, el experto español Yago de Marta, insistió en que un buen orador centra sus esfuerzos en ayudar a la gente a que no tenga que pensar a la hora de tomar una decisión. “La forma más poderosa de persuasión es la identificación”, señaló, tras enfatizar en que la fuerza del discurso radica en la credibilidad del orador, y en la conexión de éste con los sentimientos de la población que lo escucha. Afirmó que todavía hay oradores que creen que hablar ante público es algo importante, cuando lo importante es el público.