Doble atraco en la avenida Abraham Lincoln
Dicen que los hombres de la motocicleta atracaron al mensajero y el de la yipeta a los motociclistas
SANTO DOMINGO. Un doble atraco acaba de suceder en la avenida Abraham Lincoln esquina Andrés Julio Aybar, en Piantini. Los ladrones cargaron con más de 300 mil pesos de un mensajero de un restaurante.
Un ladrón en una motocicleta interceptó al mensajero del restaurante Cane que iba a cruzar al banco a cambiar papeletas grandes por menudo, lo encañonó en la cabeza y le pidió que le diera todo el efectivo.
Luego, un hombre a bordo de una yipeta Ford Runner dorada vio el atraco y disparó contra el motociclista, que se defendió a tiros pero huyó tirando al pavimento el sobre con los 300 mil pesos.
El de la yipeta, que se creía iba a defender al mensajero, bajó del vehículo, recogió el dinero y se fugó a toda velocidad. Los motoristas iban delante.
"El motorista me atracó a mí y el de la yipeta atracó al motorista. Yo no vi a nadie siguiéndome. Yo salí de un banco para venir a cambiar menudo para este banco", dijo el mensajero Natanael Carvajal, nervioso.
Cuenta el joven que para resguardarse se ocultó detrás de un poste de luz. Los vendedores y empleados de la zona acudieron al lugar y otros fueron testigos del hecho. En el suelo quedaban aún los casquillos.
Un ladrón en una motocicleta interceptó al mensajero del restaurante Cane que iba a cruzar al banco a cambiar papeletas grandes por menudo, lo encañonó en la cabeza y le pidió que le diera todo el efectivo.
Luego, un hombre a bordo de una yipeta Ford Runner dorada vio el atraco y disparó contra el motociclista, que se defendió a tiros pero huyó tirando al pavimento el sobre con los 300 mil pesos.
El de la yipeta, que se creía iba a defender al mensajero, bajó del vehículo, recogió el dinero y se fugó a toda velocidad. Los motoristas iban delante.
"El motorista me atracó a mí y el de la yipeta atracó al motorista. Yo no vi a nadie siguiéndome. Yo salí de un banco para venir a cambiar menudo para este banco", dijo el mensajero Natanael Carvajal, nervioso.
Cuenta el joven que para resguardarse se ocultó detrás de un poste de luz. Los vendedores y empleados de la zona acudieron al lugar y otros fueron testigos del hecho. En el suelo quedaban aún los casquillos.