Obama se anota una victoria con acuerdo nuclear con Irán
No obstante, se gana el enojo de aliados claves en la zona, como Israel
WASHINGTON. El acuerdo provisional alcanzado ayer en Ginebra por el G5+1 sobre la limitación del programa nuclear de Irán supone una victoria para el presidente estadounidense, Barack Obama, aunque tendrá que enfrentarse a la oposición de un aliado clave en la región, como es Israel y al escepticismo de muchos congresistas.
Obama, que compareció ante los medios al poco de anunciarse el fruto de las conversaciones entre los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y Rusia) más Alemania, consideró que se trata de "un gran acuerdo" que "hará el mundo más seguro", pero advirtió de que "solo se trata de un primer paso".
Enfatizó que la paralización durante seis meses del programa nuclear iraní es "un éxito diplomático" y recalcó que a través de él se ha conseguido que, por primera vez en una década, Irán pare su desarrollo.
"Desde que asumí el cargo, he dejado clara mi determinación para impedir que Irán obtenga un arma nuclear. Como he dicho muchas veces, mi gran preferencia es resolver este asunto pacíficamente, y hemos extendido la mano de la diplomacia", apuntó desde la Casa Blanca.
Para ello, Obama se ha ayudado de las sanciones económicas, que han asfixiado paulatinamente al régimen iraní, provocando un cambio de presidente y abriendo "una puerta para que emergiera la diplomacia".
El éxito de las conversaciones supone un espaldarazo para Obama en materia de política exterior, precisamente en uno de los momentos más bajos de su presidencia en el plano interno.
Sin embargo, la apertura de Estados Unidos a Irán abre una amplia serie de interrogantes sobre el futuro de la implicación de EE.UU. en el movedizo tablero de Oriente Medio. EFE