Una mirada a la arquitectura latinoamericana
Como parte de la celebración del Día de la Arquitectura Dominicana, el pasado 3 de noviembre, la Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) desarrolló el programa "Dos Semanas de Arquitectura", en la cual participaron importantes profesionales del área en el ámbito latinoamericano.
El programa de conferencias también formó parte de las actividades preparatorias del Seminario de Arquitectura Latinoamericana -SAL XVI-, que se celebrará en Santo Domingo el próximo año, organizado por la UNPHU, junto a la Universidad Iberoamericana, Pontificia Universidad Madre y Maestra y Universidad Central del Este.
Las primeras conferencias estuvieron a cargo de la doctora Silvia Arango, de la Universidad Nacional de Colombia, considerada una de las grandes intelectuales de la arquitectura latinoamericana, y del doctor Eduardo Tejeira Davis, uno de los principales historiadores de la arquitectura de Panamá.
Dictaron conferencias también Mark Raymond, de Trinidad y Tobago, y Andrés Mignucci, de Puerto Rico, en UNIBE. El programa concluyó con la charla del arquitecto Bienvenido Pantaleón, en Galería 360.
La conferencia de Arango
Arango, diplomada en diseño urbano en Oxford Polytechnic, Inglaterra, y doctorada en urbanismo por la Universidad de París XII, en Francia, presentó una breve panorámica de la arquitectura reciente promovida por el Estado colombiano, y se refirió también al Seminario de Arquitectura Latinoamericana (SAL), a propósito de celebrarse el próximo año en la República Dominicana.
La profesora de la maestría Historia y Teoría de la Arquitectura en la Universidad Nacional de Colombia, se enfocó en la arquitectura promovida por el Estado de su país, y señaló que después de una época gloriosa en los años 30 y 40, en la que el sector público asumió los procesos arquitectónicos más importantes, pasaron décadas en los que gobierno y arquitectura no eran compatible, ya sea por una política de construcción barata, sin que importara mucho el diseño, o por los procesos de privatización que trajo consigo el neoliberalismo en las últimas décadas del siglo XX.
Sin embargo, afirma que en Colombia en la última década, y entiende que es una tendencia latinoamericana, el Estado ha asumido de nuevo su responsabilidad, no sólo social sino también en lo que tiene que ver con la calidad de la arquitectura, lo cual se refleja en una serie de proyectos nacionales y municipales ejecutados.
Arango, también investigadora de la historia de la arquitectura latinoamericana, aseguró que el sentir, por ejemplo, no es sólo que se deben hacer escuelas, sino muy buenas escuelas, y que la calidad arquitectónica importa y es un factor fundamental en los procesos educativos.
Bibliotecas públicas
Una de las bibliotecas que Arango describió fue la Virgilio Barco, en Bogotá, obra del arquitecto Rogelio Salmona, donde terreno y arquitectura se moldearon simultáneamente. "Era un terreno donde se acumuló basura y escombros de construcción, y lo que hace Salmona es moldearlo para hacer un parque, dentro del cual hace un hueco y pone la biblioteca, a la que se accede en distintos niveles, de manera que no es un objetivo puesto sobre el terreno, es una arquitectura esculpida dentro de un proceso de formación y creación topográfica", asegura.
Consideró que una de las bibliotecas más interesantes de las muchas que se han hecho en Medellín es la Belén, diseñada por el arquitecto y profesor japonés Hiroshi Naito, "a quien le interesa hacer una arquitectura poco atractiva, pero llena de valor, y a la hora en que ese valor se acumula, la arquitectura es capaz de albergar distintas capas de sentidos y de significados, y eso se logra más con una arquitectura sencilla que con una muy compleja"
Como ejemplo de pequeñas bibliotecas en pequeñas ciudades, Arango mencionó la de Villanueva, en Casanare, en los Llanos Orientales, donde un grupo de arquitectos experimentaron con materiales como la piedra y el bambú. Aseguró que es una zona muy caliente y que la estructura funciona muy bien, por lo que se ha convertido en una especie de centro de cultura de enorme importancia.
Las escuelas
Arango sostuvo que en los años 60 y 70 se tuvo la idea de que se podían usar los mismos colegios para doble jornada, mañana y tarde, pero no resulto, e incluso los problemas de violencia juvenil se achacaron a que los estudiantes tenían mucho tiempo fuera de las escuelas; por eso, asegura, desde hace algunos años se ha decidido volver a la jornada única, lo que significa duplicar el número de escuelas en el país, un esfuerzo que está en proceso.
Entre los centros educativos que ya se han construido mencionó el Colegio Carlos Pizarro, en Bogotá, un proyecto de Motta y Rodríguez Arquitectos, y el de la Fundación Pies Descalzo, en Barranquilla, patrocinada por la cantante Shakira, quien ha trabajado en esta y otras escuelas con el arquitecto barranquillero Adolfo Schlegel.
El Colegio Flor del Campo, en Cartagena, de los arquitectos Giancarlo Mazzanti y Felipe Mesa, para Arango es un proyecto muy interesante, el cual describe como una cadena, ya que alrededor de una circulación se cuelgan las aulas, permitiendo una planta muy irregular, que rodea un espacio central.
Confesó que uno de sus favoritos, Premio Nacional de Arquitectura, es el Colegio Santo Domingo Savio, en Medellín, levantado en una zona muy pobre por Obranegra Arquitectos, el cual no sólo cumple con la función de colegio sino que cuenta también con espacios colectivos alzados, que crea debajo una especie de plaza cubierta que sirve al colegio y a la comunidad, con auditorio y biblioteca, entre otros espacios.
Museos y centros culturales
Al hablar de los museos y centros culturales, destacó el Museo del Caribe, en Barranquilla, diseñado por los arquitectos Rafael Esguerra y Giancarlo Mazzanti, cuyo aspecto más interesante, aparte de su interior, es el espacio público que se logra al frente y que se ha convertido en un lugar muy importante de reunión en la ciudad.
Por otro lado, Arango explicó que en Colombia los temas de la reconciliación, los procesos de paz y las víctimas de conflictos armados están muy presentes, y que un reflejo de ello es la inauguración reciente en Bogotá del "Centro de la Memoria, la Paz y la Reconciliación", un gran cubo simbólico, hecho con muros de tierra pisada, traída de diferentes regiones de Colombia donde hubo conflictos. Fue diseñado por el arquitecto Juan Pablo Ortiz e inaugurado en el 2012.
Luego de una matanza en una cancha de básquet en El Salado, Bolívar, el lugar quedó como una especie de campo santo y la comunidad con un trauma histórico. Se le pidió al joven arquitecto Simón Hosie recuperar el espacio y hacer a través de la arquitectura un proceso de reconciliación. Se construyó así la "La Casa del Pueblo" un edificio muy sencillo, donde hay biblioteca, se pasan películas y hay espacios para la reunión de la comunidad.
Restauraciones
La arquitecta Arango explicó que se están haciendo en Colombia restauraciones con mucho respeto a la arquitectura tradicional, y puso como ejemplo el Castro Santo Domingo y el Palacio de la Inquisición, en Cartagena, ciudad donde se ha concentrado la mayor parte de trabajos restaurados, "en un proceso como de conciencia del patrimonio arquitectónico, que aunque se venía ventilando en los círculos profesionales desde hace varios años solamente ahora ha adquirido una especie de derecho propio, y ya hasta los políticos están convencido de que hay que salvar el patrimonio".
Mencionó que en la propia Cartagena también hay una proliferación de intervenciones en los llamados hoteles boutique, que está convirtiendo la ciudad en un decorado para turistas; "un fenómeno muy preocupante que se está produciendo en el casco histórico de Santa Martha, y quería mencionarlo, porque junto al patrimonio de verdad se está fabricando el patrimonio de mentira, y de alguna manera caricaturesco".
Espacios públicos
Arango sostuvo que el tema del espacio público aparece en Colombia como una estrategia de intervención, sobre todo en barrios marginales. "Como no hay recursos para mejorar las condiciones de todas las viviendas o darles agua potable y electricidad a todos, se crean con la arquitectura procesos de convivencia, de reunión comunal, para que la gente por sí misma genere mejoras en sus condiciones de vida", comenta la profesional.
Con esta idea, manifestó, en la PUI, comuna nororiental, en Medellín, se realizó un proyecto que incluyó un metro cable y una intervención del espacio público que entendió y trabajó con las condiciones del lugar, con las topografías difíciles y viviendas en desarrollo progresivo. Los arquitectos oyeron y diseñaron a partir de las necesidades de las personas un complejo de espacios públicos interconectados.
Por otro lado, habló del nuevo camellón alrededor de río Cali, y señaló que en los años 70 el paseo pasó a ser vehicular, y luego lo convirtieron en una avenida de alta velocidad. Ahora, lo que consideró un proyecto muy significativo, se decidió hacer un paso a desnivel para los carros y se recuperó para los peatones el corredor que tenía la ciudad desde el siglo XIX.
Vio como positivo que en algunos lugares en vez de hacer los incómodos puentes peatonales, de los cuales está lleno Colombia, se ha optado por hundir los carros y hacer plataforma peatonales que dan acceso a los sitios, dando así prioridad a las personas de a pie.
Señaló además que en diversas ciudades costeras se ha emprendido un proceso de recuperación de espacios públicos, y sugiere que uno de los casos más interesantes es el de Santa Martha, donde se intervinieron diferentes plazas y hubo vías que se peatonalizaron.
El SAL en RD, el próximo año
Arango, que es una de las fundadoras del Seminario de Arquitectura Latinoamericana (SAL), lo definió como un movimiento de personas que piensan en América Latina desde América Latina y con los ojos de América Latina, y que no están adscritas a ninguna institución específica.
Sostuvo que el SAL no es únicamente la pasarela de los proyectos ganadores de los distintos países, "es un espacio donde se debate, se discute, se cuestiona, se pone en contexto, se compara, y es por lo tanto un lugar de reflexión, donde la práctica arquitectónica adquiere sentido, pierde esa dimensión competitiva, para volverse preguntas".
Indicó que hasta la fecha se han realizado 15 seminarios en distintas ciudades latinoamericanas, y que el próximo año tendrá lugar en la República Dominicana, donde entiende debe tratarse cómo es el Caribe, cómo piensa y cómo ve el mundo actual y el resto de América Latina.