Los grandes se imponen
El tamaño ayuda mucho.
Costa Rica aspiraba a que su ministro de Comercio Exterior llegase a ocupar la dirección de la Organización Mundial de Comercio (OMC), pero después de presentar su candidatura se dio cuenta de que los únicos latinoamericanos con posibilidades de ser electos eran los candidatos de México y Brasil. Finalmente, Brasil le ganó la partida a México, siendo la segunda derrota en línea de los mexicanos, pues perdieron también frente a Francia la lucha por la gerencia del FMI.
Con pocas excepciones lo mismo ocurre en otras organizaciones internacionales, donde los países grandes ocupan las posiciones cimeras, teniendo los pequeños que conformarse con cargos bajos o intermedios.
La propia RD ha sufrido las consecuencias de ser un país de reducido tamaño. Los dominicanos están ausentes de los cargos más significativos, al punto de que a veces sólo tenemos para exhibir que tal o cual funcionario es descendiente de dominicanos, lo que da la impresión de que para sobresalir en las entidades internacionales hay que emigrar primero. Aunque lo hemos intentado no hemos conseguido ni siquiera ser electos como miembro temporal del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Tenemos algunos puntos luminosos, como lo es la presencia de Mario Arvelo en la presidencia del Comité de Agricultura de la FAO, pero son pocos.
La preferencia por los grandes se debe en algunos casos a la simple razón de que ellos tienen más poder de voto que los pequeños, como es el caso en el FMI. Pero un hecho interesante, y algo inesperado, es que aún en los organismos en que cada país tiene un voto los pequeños no se agrupan a nivel mundial para elegir a uno de ellos. Prefieren apoyar a candidatos de países grandes cuyos conceptos les sean afines, para que si son electos tengan más posibilidades de poner en vigor sus planteamientos gracias al respaldo que reciban de sus países de origen.