OMS debe actuar con rapidez en las Américas para detener el virus Zika
Conforme la epidemia de Ébola se extingue en África Occidental, después de cobrar más de 11,000 vidas, otra enfermedad tropical emergente está activando las alarmas internacionales. El Zika se “propaga de forma explosiva” a través de las Américas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que este lunes lo declaró como emergencia global de salud pública. Los expertos dicen que hasta 4 millones de personas podrían quedar infectadas este año por el virus transmitido por mosquitos, el cual se relaciona con daño cerebral en los niños nonatos.
Movidos por las críticas justificadas de que la demorada reacción contra el Ébola costó miles de vidas en África, la OMS y otros organismos mundiales de salud están movilizando recursos urgentemente en América Central y América del Sur para combatir el virus. Es importante ahora una acción decisiva, antes de que los expertos tengan una idea clara de la magnitud de la amenaza del Zika, porque el peor escenario de una epidemia que deje a decenas de miles de bebés con microcefalia — cerebros muy pequeños y cabezas deformes — sería espantoso. Si tenemos suerte y el Zika resulta ser menos peligroso de lo que se temía, entonces el año que viene nadie debe evaluar esta decisión con el beneficio de la retrospectiva y acusar al mundo de haber reaccionado exageradamente. La respuesta oportuna a una infección emergente siempre implicará el análisis de riesgos basado en información imperfecta.
Aunque se pueden aprender lecciones de la última emergencia de salud pública en el mundo, no debemos considerar el Zika como el nuevo Ébola. Es una enfermedad muy diferente que requiere una respuesta diferente. Mientras que el virus del Ébola se transmite entre las personas y provoca una fiebre virulenta, el Zika es transmitido por los mosquitos Aedes aegypti y, aparte de la microcefalia, los síntomas suelen ser leves.
Esta vez no necesitamos el valiente ejército de trabajadores de la salud quienes atendían a pacientes moribundos que sufrían de Ébola en África Occidental, localizaban a aquellos con quienes habían tenido contactos y se aseguraban de que fueran enterrados de forma segura. En lugar de ellos, necesitamos un ejército de personas que combatan a los mosquitos y eliminen los pequeños charcos de agua donde se reproducen los insectos, incluso en las bandejas en donde se colocan las macetas de plantas.
Los insecticidas y la fumigación también son de mucha utilidad. Al igual que el enfoque más futurista, actualmente en fase de pruebas de campo, de combatir al Aedes aegypti con mosquitos genéticamente modificados para evitar la reproducción de los insectos en su hábitat. El éxito de esto último sería útil en la batalla no sólo contra el Zika sino también contra otras enfermedades transmitidas por mosquitos, especialmente el dengue, que es causado por un virus estrechamente relacionado.
Otra gran prioridad es la investigación, la cual fue desafortunadamente insuficiente en las primeras etapas de la epidemia de Ébola. Necesitamos urgentemente pruebas de un vínculo causal entre la infección de Zika y la microcefalia y posteriormente entender cómo el virus daña el cerebro de un feto en crecimiento, ya sea si actúa por sí mismo o si otro factor es el causante. Los científicos deben hacer a un lado su tendencia natural de acaparar datos hasta que hayan publicado los resultados y, en este caso, compartir todo desde el principio según los protocolos acordados internacionalmente.
El diagnóstico, los medicamentos antivirales y la vacuna contra el Zika también son muy importantes. Afortunadamente la industria farmacéutica está respondiendo, y varias compañías ya han comenzado a trabajar en productos contra el Zika.
Al mismo tiempo, las autoridades tienen que aconsejar a la población cómo responder. Es prudente aconsejarles a las mujeres embarazadas o que planean quedar embarazadas que eviten viajar a los países más afectados. Pero es demasiado pronto para dar recomendaciones acerca de viajar a Brasil para los Juegos Olímpicos. Si las autoridades tienen éxito en su batalla por eliminar los mosquitos Aedes aegypti de la región de Río, aprovechando las condiciones más frías durante el invierno austral, podrían no ser necesarias las restricciones de viaje. Les deseamos muchísimo éxito.
(c) 2016 The Financial Times Ltd. All rights reserved