El misterio del aumento del consumo en México
La confianza del consumidor está deprimida, pero los ingresos disponibles están aumentando por diversas razones.
El crecimiento mexicano no tiene nada de especial. Aunque pudiera ser peor, ha sido decepcionante en el último par de años conforme incumple con sus objetivos y continúa con revisiones a la baja de las expectativas.
Pero el consumo anda bien. ¿Cómo es posible?
¿Es el resultado del ambicioso paquete de reformas estructurales del gobierno, el cual, según el propia administración, impulsará el crecimiento y el bienestar? No necesariamente. Si lo fuera, sería de esperar que también aumentara la confianza del consumidor, y no está aumentando, a pesar de un incremento en mayo del 0.5 por ciento en comparación con abril, después del ajuste por los cambios estacionales.
Sin embargo, incluso aunque la confianza de los consumidores sigue deprimida, el consumo real está en alza. Se elevó 3.2 por ciento interanual en el primer trimestre de este año, comparado con el dos por ciento en todo 2014 -a pesar de que el crecimiento económico fue de sólo el 2.5 por ciento en el primer trimestre- un resultado que llevó al gobierno a recortar un punto porcentual de su pronóstico de crecimiento para 2015.
He aquí las cuatro claves para entender el aumento del consumo.
Las remesas de los trabajadores fuera del país. Viridiana Ríos, directora del grupo de estudio “México ¿Cómo Vamos?”, dice que mayores remesas más un peso devaluado equivalen a un peso con mayor poder adquisitivo. Así que no es extraño que el consumo haya crecido. Las remesas en dólares crecieron 2.4 por ciento interanual en mayo hasta un total de US$2.2 mil millones y aumentaron un 3.6 por ciento en los primeros cinco meses del año hasta un total de casi US$10 mil millones. Si se toma en cuenta el peso devaluado -actualmente en mínimos históricos- esos dólares rinden mucho más. En términos de pesos, las remesas crecieron 20 por ciento en mayo.
Gasto electoral. Una de las sorpresas de las elecciones legislativas del mes pasado fue cómo el gobierno, siendo tan impopular, obtuvo mejores resultados que sus rivales. Pero sin importar el resultado, las elecciones traen dinero a la economía, dice Ríos, aunque el impacto es difícil de medir todavía.
Reforma fiscal. Tal vez las reformas estructurales del gobierno todavía no estén impulsando el crecimiento, pero parte de la mejoría del consumo puede atribuírsele al hecho de que el impacto del aumento de los impuestos a principios del año pasado -que resultó ser un lastre para la economía- se está desvaneciendo. Eso ayudaría a explicar un aumento de 7.4 por ciento en las ventas de tiendas de minoristas en mayo y un aumento del 11 por ciento cuando se le añade en tiendas abiertas en los últimos 12 meses.
Menor desempleo. El gobierno se deleita con una tasa de desempleo -que dice- es la más baja de la historia. HSBC también observa una recuperación de la masa salarial después de ser golpeada por la reforma tributaria.
El gobierno se está preparando para el segundo año de un plan de austeridad, lo que probablemente signifique una menor inversión. Pero Lorena Domínguez, economista principal de HSBC, cree que el consumo crecerá 3.1 por ciento este año, frente al 2.7 por ciento del año anterior.
Alberto Ramos de Goldman Sachs señaló en un informe reciente que los hogares estaban un poco más optimistas sobre sus perspectivas de aquí a un año, pero mucho menos sobre la economía en general. Aunque el índice de confianza del sector doméstico creció un 0.7 intermensual en mayo, ajustado por los cambios estacionales, el índice que mide la confianza en la economía cayó un 0.1 por ciento.